9 de Septiembre de 1976
UNA GRAN MISIÓN
Escribe:
Soy Don S.,
También yo estoy deseoso de unirme al coro de tus amigos del Cielo que ya te han hablado, y de otros que te hablarán.
Vosotros, peregrinos en la tierra, estáis viviendo una hora grave y estáis en la víspera de no menos graves acontecimientos que
determinarán el futuro de la humanidad.
Pero como tú mismo puedes constatar, son poquísimos los que comprenden la grave crisis
que sufre la humanidad de este siglo descreído.
Este ateísmo, esta concepción materialista de la vida ha resquebrajado las relaciones entre Cielo y tierra.
La humanidad entera está subyugada y atormentada por su peor Enemigo: por Satanás y por sus legiones.
Lo que agrava tremendamente la situación es que humanidad, cerrando los ojos a la luz de la Verdad Eterna, rechazando a Dios y
a Su Ley, se haya alineado decididamente de parte de los enemigos de Dios y de sus propios enemigos.
¡Este es el colmo de la
necedad y de la ignorancia humana!
La humanidad debería combatir a sus enemigos bajo la guía de la Iglesia y de los Pastores de las almas; pero los mismos Pastores
no tienen en general conciencia de la situación que los atenaza y los paraliza, por lo que no reaccionan enérgicamente y con la
prontitud debida.
Don O.: no te dejes atemorizar, escucha Voz de Él; Jesús te ha escogido para una gran misión
¡Agradéceselo!
El Enemigo hace de todo para deprimirte, para fatigarte y para abatirte.
¡No cedas!
Su rugido puede hacerte sobresaltar, pero tú utiliza abundantemente y bien los medios que Jesús ha puesto en tus manos.
Tendrás
que sufrir, sí, pero tu sufrimiento es levadura para ti, para muchas almas y para muchos consagrados.
Misterio de amor
Déjate conducir dócilmente; en el momento justo Él sabrá proveer.
Don O., donde está Jesús, el Enemigo de Él y tuyo no puede estar. Y en ti está Jesús.
Por eso, es claro que su acción de estorbo te
viene sólo del exterior.
Jesús no impide esta acción, porque sabe transformarla en fermentos de vida.
Te sirva otra vez la analogía entre lo que sucede en el mundo de la materia y en el del espíritu.
De un cuerpo en putrefacción pueden salir gérmenes de vida por una providencial ley de la naturaleza.
De la acción de Satanás y de sus satélites, criaturas en perenne putrefacción espiritual, salen brotes maravillosos de vida en virtud
de la Sabiduría y Potencia Divina.
La Providencia Divina hace este continuo milagro cuando encuentra almas bien dispuestas a colaborar en la salvación propia y en
la de otros.
Don O., busca profundizar en este misterio de amor de Dios, Uno y Trino, por sus hijos, por sus redimidos, por los coherentes con
su dignidad sacerdotal, que obran realmente para la realización de la Voluntad Divina.
Don O., la insistencia con la que nosotros, amigos vuestros, venimos a vosotros para disipar la niebla que os circunda, para
ayudaros en virtud de la Comunión de los Santos, debe ser bien entendida.
Es el amor nuestro el que nos espolea a haceros
comprender mejor el gran Misterio de Amor que es Dios.
Nada es comprensible sin Él, suma y eterna Verdad.
En un mensaje reciente se te ha dicho que no tengas miedo de tener que sufrir por amor de la justicia y de la verdad.
Cuando luego por Voluntad Divina se te ha comunicado cómo se hace afluir la luz a muchas almas a través de ti, "pequeña pluma
despuntada", instrumento en las manos de Dios, de salvación y de corredención de almas, de ello debes sacar motivo no sólo de
gozo, sino de gratitud: "Bienaventurados los que sufran por amor...
"
Te bendigo, y continuaré intercediendo por ti ante Aquella, que todo lo puede.
Don S.
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