Debido a las continuas masacres del Estado Islámico, los secuestros constantes de Boko Haram y las muchas otras manifestaciones de crueldad pura por parte de gente enferma, además de catástrofes naturales en distintos lugares del mundo, e invocando a todas las desgracias de la humanidad de todos los tiempos, muchos se preguntan con cierto recelo de enfrentarse a un
“Dios castigador”, ¿por qué Dios siendo tan bueno, permite cosas tan malas? O más aun, ¿por qué permite que les ocurran a los inocentes?
Primero que nada, creo yo que la pregunta correcta no debería ser el porqué Dios permite este tipo de desgracias, sino, ¿por qué permite la muerte?
Todos los días mueren miles de personas, causando un profundo dolor en sus seres queridos, y también es cierto que cuando ocurre una catástrofe natural, un accidente o tal vez un atentado con miles de victimas, la sociedad se siente más conmovida, por lo que se deduce que el dolor se multiplica cuando lo sufren muchos a la vez. Sin embargo, Dios es el mismo cuando alguien muere de cáncer a los veinte años en la cama de un hospital, como también cuando alguien muere aplastado por una casa o un edificio que no soportó el temblor de la tierra.
¿Dios permite estas cosas? Ciertamente, permite que vivamos y muramos. ¿Es indiferente Dios frente al dolor de los que sufren? No. Y tanto es esto así, que Dios hizo aquello que ni la ciencia ni ningún ser humano puede hacer: vencer a la muerte, para que sea la vida quien tenga la última palabra.
Por la Revelación
[1], somos conscientes de que la muerte es la consecuencia del pecado, y con esto no pretendo decir que aquellos que han muerto en terremotos o en cualquier otro desastre similar, están pagando algún pecado concreto. Pero Dios se hizo hombre y murió en la Cruz, para que todo aquel que crea en El, no muera sino que tenga vida eterna.
< > Ciertamente, a esta certeza de la vida y de la muerte se llega tan solo por la fe. Cuando el hombre no tiene fe, en vez de acudir a Dios en busca de consuelo, sencillamente se rebela contra El, optando voluntariamente por un camino que lleva al sinsentido y al dolor sin consuelo.
“Para percibir la verdadera respuesta al “por qué” del sufrimiento, tenemos que volver nuestra mirada a la revelación del amor divino. Cristo nos hace entrar en el misterio y nos hace descubrir el “por qué” del sufrimiento, ya que Él le ha dicho todo al hombre en la cruz.”[2]De tal manera que, profundizando en las palabras de san Juan Pablo II, podremos comprender que solamente en Jesucristo se podrán encontrar las verdaderas respuestas a todos estos acontecimientos, y para aquellos que reniegan de la explicación dada por el Cristianismo, sencillamente se los invita a dar una mejor explicación a la luz de la razón y la lógica. Siendo que, el sufrimiento puede ser explicado desde el punto de vista científico, sin embargo su sentido carece de explicación por parte de la ciencia, de allí que el hombre busca respuestas mas profundas.
El sufrimiento. Llamado a la conversión"En aquel mismo momento llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: « ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro"; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo.» -Lucas 13:1-5
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