Que resplandezca tu rostro, Señor, y nos salvarás
01 Del maestro de coro. Según la melodía de «Los lirios». Testimonio. De Asaf. Salmo.
02 Escucha, Pastor de Israel, tú que guías a José como a un rebaño; tú que tienes el trono sobre los querubines,
03 resplandece entre Efraím, Benjamín y Manasés; reafirma tu poder y ven a salvarnos.
04 ¡Restáuranos, Dios de los ejércitos, que brille tu rostro y seremos salvados!
05 Señor, Dios de los ejércitos, ¿hasta cuándo durará tu enojo, a pesar de las súplicas de tu pueblo?
06 Les diste de comer un pan de lágrimas, les hiciste beber lágrimas a raudales;
07 nos entregaste a las disputas de nuestros vecinos, y nuestros enemigos se burlan de nosotros.
08 ¡Restáuranos, Señor de los ejércitos, que brille tu rostro y seremos salvados!
09 Tú sacaste de Egipto una vid, expulsaste a los paganos y la plantaste;
10 le preparaste el terreno, echó raíces y llenó toda la región.
11 Las montañas se cubrieron con su sombra, y los cedros más altos con sus ramas;
12 extendió sus sarmientos hasta el mar y sus retoños hasta el Río.
13 ¿Por qué has derribado sus cercos para que puedan saquearla todos los que pasan?
14 Los jabalíes del bosque la devastan y se la comen los animales del campo.
15 Vuélvete, Dios de los ejércitos, observa desde el cielo y mira: ven a visitar tu vid,
16 la cepa que plantó tu mano, el retoño que tú hiciste vigoroso.
17 ¡Que perezcan ante el furor de tu mirada los que le prendieron fuego y la talaron!
18 Que tu mano sostenga al que está a tu derecha, al hombre que tú fortaleciste,
19 y nunca nos apartaremos de ti: devuélvenos la vida e invocaremos tu Nombre.
20 ¡Restáuranos, Señor, Dios de los ejércitos, que brille tu rostro y seremos salvados!
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