La iglesia cristiana en el este de Libia, que data de la era de Cristo hace dos milenios, está luchado por sobrevivir después de que la guerra forzara a casi todos sus feligreses a huir.
Pero los musulmanes de la región, en poder de los rebeldes, quieren demostrar que los cristianos aún son bienvenidos, marcando un contraste con la turbulenta historia de la comunidad cristiana bajo el mandato Muammar Gaddafi, cuyo Gobierno en el este culminó con la revuelta de febrero.
Gaddafi ha dicho reiteradas veces que el Islam triunfará sobre el cristianismo en el mundo y describe a los Estados de la OTAN que lanzan ataques aéreos contra su coraza militar como "cruzados colonialistas".
En la iglesia copta de Bengasi, la segunda mayor ciudad de Libia, el principal bastión rebelde, el padre Polla Eshak balancea un quemador de incienso entre los bancos mayormente vacíos para los fieles que no han escapado de los combates.
Muchos cristianos en Libia son coptos, una secta egipcia, y el número que asiste a la iglesia de Eshak ha disminuido a unos 40, comparado con los más de 1.000 de antes de que comenzara la revuelta.
Eshak dice que es el temor a la guerra, y no a la persecución, lo que causó el éxodo de cristianos, quienes casi en su mayoría son agricultores, obreros y enfermeras extranjeras vitales para la economía de Libia.
"La administración de Gaddafi nos dio libertad y la próxima lo hará también, a juzgar por el modo en que hemos sido tratados aquí", dijo Eshak, refiriéndose a la nueva dirigencia rebelde del este de Libia.
Los rebeldes han prometido consagrar la libertad de culto en la Constitución para que no dependa más de los caprichos de los líderes políticos.
"Los revolucionarios son buenos con nosotros. Temen por nosotros más que nuestra propia gente. Hay mucho afecto entre nosotros y los libios", dijo Redha Thabit, un copto en Bengasi.
RELIGION DE EXTRANJEROS
La presencia de comunidades cristianas en Libia data del siglo siguiente al nacimiento de Jesús.
Según tres de los evangelios, fue Simón de Cirene -una antigua ciudad costera en el este de la Libia - quien ayudó a cargar la cruz sobre la cual Jesús fue crucificado.
El cristianismo se convirtió mayormente en una religión de extranjeros cuando el Islam se extendió en los siglos VII y VIII, y se mantuvo con vida gracias a las comunidades de mercaderes, muchas de ellas oriundas de Pisa, Génova y Malta.
El levantamiento militar de 1969 contra el Rey Idris que llevó a Gaddafi al poder dio lugar a la intervención y clausura de iglesias y al estricto monitoreo de la práctica religiosa.
Pero la actitud del líder libio hacia los cristianos fue moderando gradualmente y la comunidad de Bengasi dijeron enfrentarse a pocos impedimentos en los últimos años.
En la oficina de Eshak, una foto de Gaddafi con el Papa copto Shenouda cuelga de la pared. En el 2003 Gaddafi dio a Shenouda un premio a los derechos humanos y a los coptos cuatro edificios para ser usados como iglesias.
La iglesia de Eshak todavía presenta los tallados de la estrella de David, recordatorios de su rol anterior como sinagoga de la comunidad judía de Libia, antes de que los judíos fuesen perseguidos y exiliados en los años posteriores a la creación de Israel.
Los musulmanes que viven cerca del edificio ahora están atentos a sus vecinos cristianos para asegurarse de que no se repita la historia.
"En esta calle, nadie puede decir nada en su contra. Si lo hacen, todos saldremos en defensa de ellos", dijo Haji Salim, un musulmán que vive frente a la iglesia.
FUTURO INCIERTO
Najib Makhlouf, otra residente del lugar que no pierde de vista la iglesia, lamentó el destino de los habitantes judíos de la zona y dijo que cualquier episodio de violencia sectaria socavaría la causa rebelde.
Los enfrentamientos entre cristianos y musulmanes en el vecino Egipto se han vuelto más comunes desde el derrocamiento del líder Hosni Mubarak en febrero tras 30 años en el poder.
También existen temores de que Al Qaeda pueda infiltrarse en Libia. Grupos vinculados a Al Qaeda perpetraron varios ataques de alto perfil contra la minoría cristiana de Irak después de la guerra del 2003 en ese país.
"Lo más peligroso son los ataques sectarios. En Egipto, fueron comenzados por una quinta columna para sabotear la revolución", dijo Makhlouf.
En el momento de apogeo de la iglesia católica en Bengasi durante la ocupación italiana, se construyó una catedral de dos cúpulas que todavía domina la ribera de la ciudad.
La catedral, ahora con lunas islámicas adornando sus cúpulas, ha estado vacía desde que los miles de italianos fueron expulsados de Libia cuando Gaddafi asumió el poder. La gente del lugar dice que el sitio fue después usado para colgar a sus oponentes.
Sylvester Magro, el obispo católico de Bengasi, dijo que usualmente hay unos 10.000 católicos en el este de Libia bajo su tutela, pero que ahora estaba predicando ante una congregación de unos pocos cientos.
Para la misa, se ha trasladó a la iglesia de un hospital en Bengasi, un lugar más pequeño que lo usual. Midiendo sus palabras, no quiso basarse en esperanzas y temores respecto del futuro de su congregación.
El lugar usual para la misa de Magro, un edificio mucho más grande levantado en 1872, fue confiscado por Gaddafi en 1969 y retornado a la iglesia en 1976, dijo el religioso.
"Por el momento, es el conflicto el que nos preocupa. Es la situación negativa, la tensión. El futuro es incierto. El presente es mencionado en las plegarias para que acabe el conflicto", sostuvo Magro.
(Editado en español por Marion Giraldo)
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