“El mundo con estas tensiones va por el camino de la perdición.
El mundo si quiere ser salvado debe encontrar la Paz, pero no encontrará la Paz si no encuentra a Dios.
Aquellos que encuentran a Dios, experimentan el gozo del
corazón del cual proviene la Paz”.
Más tarde, con lágrimas en los ojos, dijo:
“Paz, Paz, Paz, reconciliaos con Dios y entre vosotros”
y también “Convertíos, es la palabra urgente que digo al mundo”.
“Queridos hijos:
Hoy os invito a orar por la PAZ. En este tiempo la PAZ está siendo amenazada de un modo especial.
Os pido que renovéis el ayuno y la oración en vuestras familias, como al principio de Mi Venida. Hijos míos, deseo que comprendáis la importancia de Mi Venida y la seriedad de la situación y que mucho de lo que sucederá depende de vuestras oraciones.
Vosotros oráis poco”. (Julio 1991)
“Amados hijos, vosotros sois importantes. Os necesito.
Ayudadme con vuestra oración y ayuno para que Yo pueda realizar todo lo que deseo a través de los Secretos que comencé en Fátima. Procurad de forma muy sencilla el TRIUNFO DE MI INMACULADO CORAZÓN en un mundo de pecado”.
“Ahora más que nunca Satanás es fuerte y desea destruir los Planes de Paz y de Felicidad y desea destruir no sólo vuestra vida humana sino la Naturaleza y el Planeta en el cual vivís.
Quiere pervertir al mayor número posible de personas y encaminarlas al pecado y a la muerte.
Yo estoy con vosotros, y agradezco a Dios cada uno de los momentos que paso con vosotros.
He venido aquí para ayudaros a vivir la BUENA NUEVA y guiaros al Cielo. Deseo salvar a todas las almas y llevarlas a Dios”.
“No deseo que habléis de oración, sino que oréis. Dios me ha enviado a vosotros para ayudaros.
Si queréis, aferraos al ROSARIO. Sólo el ROSARIO puede hacer milagros en el mundo y en vuestra vida.
No deseo que vuestra vida transcurra sólo en palabras sino que glorifiquéis a Dios con vuestras obras hechas con Amor”.
“Queridos hijos, orad y haced sacrificios por MIS INTENCIONES, para que Yo pueda presentar vuestras ofrendas a Dios por aquellas necesidades que son más apremiantes.
Amados hijos, poned a un lado vuestros propios deseos y orad por lo que Dios quiere y no por lo que vosotros deseáis”.
(Septiembre 1991)
“Queridos hijos: orad, orad, orad”. (Octubre 1991)
“Gracias por haber respondido a MI LLAMADA”.
La Santísima Virgen nos suplica también que
“oremos especialmente por LOS NO CREYENTES y
por LOS QUE NO VIVEN SU FE, pues no saben lo que les espera”
(Palabras a Mirjana).
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