23 DE OCTUBRE DE 2012
10:03 HRS.
En el Cenáculo de Oración por la Salvación de las Almas “La Sagrada Familia”.
Amados Míos, Mis pequeños niños, en este día os digo, he visto a la mayor parte de Mis Hijos arrepentidos por sus dudas y me uno a ustedes, con gran alegría y os digo: Los amo con todo Mi Corazón de Madre.
Ahora os voy a platicar a vosotros, algo muy hermoso de Mi vida en la Tierra: Cuando ya se acercaba el tiempo de la Encarnación del Hijo de Dios, por revelación de Él mismo, fui desposada con un varón justo, que su nombre es conocido por vosotros como “José” (Luc., 1, 27), certificándome Mi Padre de que no peligraría Mi castidad, a lo cual Yo obedecí prontamente. Sobre lo cual ponderaré las causas por qué quiso Dios nuestro Señor que Yo fuese desposada, en las cuales descubro la Providencia que tiene de los Suyos.
La primera razón fue para encubrir el misterio de la Encarnación y el parto Mío hasta su tiempo… Y también con esto por Mi honra, para que no Me tuviesen por adúltera y de igual forma tuviese quien me sustentase y sirviese en sus trabajos y acompañarme en Mis peregrinaciones. Y para que Mi Hijo tuviese ayo que le criase y mirase por Él. Y también, para tener ocasión de engrandecer a San José, levantándole a tal dignidad como es ser esposo de la Madre de Dios y ayo de Su mismísimo Hijo.
Lo segundo, se ha de ponderar en Mí, por la gran fe y confianza que tuve en Dios de que la castidad no peligraría en el casamiento. De igual forma la obediencia tan grande que mostré en aceptar este estado, que tanto rehusé, negando Mi voluntad y resignándome en la de Dios. En lo cual tengo de imitarla conforme a Mi estado, persuadiéndome que por obedecer a Dios, si me fío de Él con viva fe, no perderé virtud ni consuelo, ni cosa de cuantas con razón puedo desear por Mi salvación. Porque Dios sabe y puede juntar virginidad con desposorio, contemplación con ocupación, como por ejemplo: la hermosura de Raquel con fecundidad de Lía, sin que la una reciba daño de la otra.
Ahora os dejo esta reflexión: Nunca juzguéis de las cosas que dispone Dios, ni juzguéis a tu prójimo, porque llegará el día en que Mi Hijo Jesús, os juzgará a todos.
Os bendigo:
En el Nombre de Dios Padre Yavé
En el Nombre de Dios Hijo Jesucristo
En el Nombre de Dios Espíritu Santo Paráclito
En el Nombre de María Santísima Virgen de Guadalupe.
Amén, Amén, Amén.
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