¡EJÉRCITO MARIANO MILITANTE, VUESTRO ESTANDARTE SERÁ MI ROSARIO Y LA CRUZ DE MI HIJO, IMPRESOS EN UNA TELA BLANCA Y ROJA CON LA IMAGEN DE NUESTROS DOS CORAZONES!
Mi ejército mariano que la paz de Dios esté con todos vosotros y mi protección maternal os asista siempre.
Mis valientes y fieles hijitos,
aceitad vuestra armadura con la oración y reforzad vuestras defensas con la fe, el amor y la confianza en Dios, porque la batalla final por vuestra libertad está por comenzar. Os necesito listos y preparados para que os unáis a mí y a los ejércitos celestiales y juntos derrotemos de la faz de la tierra a mi adversario y sus ejércitos de maldad.
Yo vuestra capitana os hago este llamado para que os preparéis física, sicológica y espiritualmente para la batalla espiritual que os dará vuestra libertad. La señal de la cruz de mi Hijo en el firmamento os anunciará la proximidad de todos los acontecimientos descritos en la santa palaba de Dios y en los mensajes que en estos últimos tiempos estamos enviando a la humanidad a través de nuestros mensajeros.
Ejército Mariano Militante, vuestro estandarte será mi rosario y la cruz de mi Hijo, impresos en una tela blanca y roja con la imagen de nuestros dos corazones. Ésta será la bandera que debéis imprimir y llevar consigo en la batalla. Mi adversario huirá si vosotros con fe la lleváis, alzad mi estandarte así como lo hizo nuestro siervo Moisés con el cayado que le dio la victoria al pueblo de Israel. Yo vuestra capitana estaré con vosotros en compañía de Miguel y los ejércitos celestiales guiándoos a la victoria. ¡Adelante mis guerreros, acordados que el triunfo es de nuestros dos corazones!.
Os anuncio hijitos, que el tiempo de la justicia divina está por desatarse, la cruz de mi Hijo muy pronto aparecerá en la bóveda celeste y todo mortal la verá; muchas gracias recibirán todos aquellos que la honren, es la cruz del Gólgota que os fortalecerá en el espíritu y os preparará para el aviso. Hijitos, durante los siete días y noches que permanecerá la gloriosa cruz de mi Hijo en el firmamento, os pido que le entreguéis todas vuestras miserias y pecados, lo mismo que a vuestros familiares más apartados de Dios, para que puedan convertirse en el despertar de conciencias y así puedan unirse al rebaño del gran pastor.
Hijitos, el tiempo del milagro será muy corto, pero suficiente para la gran evangelización en toda la tierra. Todos mis hijitos fieles ayudarán a terminar de despertar a las almas tibias para que no se pierdan y alcancen a definirse de una vez. El milagro será el tiempo de la gran cosecha, el trigo será separado de la cizaña y las ovejas serán separadas de las cabras, quedando así listo el rebaño de mi Hijo.
Estad pues despiertos hijitos, no os durmáis, no sea que os coja la noche sin estar preparados; acordaos que el tiempo ya no es tiempo y que en cualquier momento de este no tiempo todo se desatará. Que mi bendición y protección os acompañe rebaño de mi Hijo. Os ama vuestra Madre, María Rosa Mística. Santuario de la Aguacatala
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