Hola, me llamo Javier y hasta que sentí la llamada de la Gospa me consideraba un católico creyente y practicante, que creía en Dios y en la Iglesia, tenía una vida muy cómoda, felizmente casado y con muchos hijos. Respecto al tema religioso era uno más, que funcionaba sinceramente en dicha cuestión como una costumbre cotidiana y practicaba principalmente como ejemplo para la formación de mis hijos. Mi asistencia a Misa los domingos era cerrada, tanto de espíritu como de corazón, era una parada más del quehacer del fin de semana.
¿Qué pasó en mi corazón?
Todo empezó a finales de abril de 2013 cuando en una de mis visitas a un buen amigo, con quien tenía relaciones laborales, quedamos para tratar de temas de trabajo y acabamos hablando de la crisis y de la situación mundial. Sin saber por qué, comentamos la importancia de los sacerdotes en la sociedad actual y de la necesidad de Dios y la Virgen en el mundo que nos toca vivir.
En el trascurso de la conversación mi amigo me comentó que si a todo el mal del mundo le sumábamos que la Virgen se estaba apareciendo a 6 videntes desde hace más de 30 años en un pueblecito muy humilde de Bosnia llamado Medjugorje, eso era ya una evidencia de que estaba todo muy mal.
¡Buenoooo, lo que dijo!
Mi reacción inmediata fue la de preguntarle: “¿la Virgen de qué?”
Él me contestó: “de Medjugorje, un pueblecito muy pequeño de Bosnia-Herzegovina”.
Seguimos la conversación y no le di más importancia al tema. Me fui a casa y pasé aquel día como cualquier otro.
Al día siguiente me entró una curiosidad tremenda sobre qué era eso de la Virgen de Medj…… no sabía ni escribirlo, así que tuve que ir a Google y poner Virgen de Medjug…. para que me saliera y apareció ese nombre tan complicado de escribir y de pronunciar para un español; rápidamente me envió a enlaces de Youtube en los que salían las apariciones de los diferentes videntes que ya conocéis e infinidad de vídeos relacionados con la historia de este pueblo y la Gospa (me costó entender que Gospa es Virgen en croata, iba perdido y sin rumbo). Bueno, el primer día me pasé horas, visionando vídeos del tema, pero es que los siguientes la cosa se convirtió en obsesión, necesitaba saber cada vez más sobre este fenómeno, y cuando llevaba tres o cuatro días, no me acuerdo exactamente, estando solo en mi despacho y mirando un vídeo, noté que me lloraba un ojo, lo que rápidamente relacioné con el aire acondicionado o algo así, luego mientras miraba vídeos sentía palpitaciones en el corazón como si me fuese a salir desde el mismísimo pecho contra la pantalla (lo recuerdo como una situación placentera).
Me fui a casa y no di más importancia al asunto, pensando que las lágrimas estarían relacionadas con el aire acondicionado y las palpitaciones, con mi obesidad y que se podían relacionar con alteraciones cardíacas, vamos que no había ningún cambio significativo en mi vida más que una obsesión por ver videos relacionados con la Gospa y con todo lo que tuviese que ver con el fenómeno Medjugorje. Pasa un día más y vuelvo al ataque, buscando información del tema, llega un momento en que me planteo si estoy enfermo pues siento la necesidad irrefrenable de saberlo todo sobre el tema, pero al cuarto o quinto día me pasa lo más raro y es que me empiezo a plantear que algo está pasando en mi corazón, porque siento la necesidad imperiosa de ir a Misa y de rezar el Rosario, una necesidad que no puedo dejar de satisfacer, tengo que hacerlo y no sé porqué, pero me gusta y hace que me sienta bien.
Aquí pongo punto y aparte porque en ese momento tuve que preguntarme qué narices me estaba pasando pues prácticamente nunca había rezado un Rosario y por supuesto tampoco iba a Misa entre semana, pero eso no es lo curioso, lo que me generaba incertidumbre y asombro era que lo hacía encantado de la vida y con mucho amor, sentía el amor, me gustaba mucho, me sentía totalmente lleno, es una sensación muy difícil de expresar pero solo de pensarlo ahora mientras lo escribo ya me gusta, esta sensación que os describo aún la sigo teniendo y espero no perderla nunca y de lo que estoy seguro es que quedó sellada en mi corazón el día que llegué a Medjugorje y pude estar en lo que creo es lo más cercano al cielo que tenemos en la tierra ya que se siente la presencia divina cuando estás con el corazón abierto.
Fui a casa se lo expliqué a mi mujer y le dije que nos teníamos que ir por San Juan a Bosnia a ver a la Virgen, que si quería venir con los niños genial y si no, yo tenía que ir de todas maneras. Podéis imaginar la reacción de mi mujer, a quien habían dado las vacaciones tan esperadas después de un año muy duro de trabajo, y resulta que llega su marido y le dice que se tiene que ir a Bosnia a ver una Virgen a un pueblo llamado Medjugorje. Tengo que decir que, junto con mis 6 hijos, mi mujer es el mayor regalo que me ha dado Dios, porque rápidamente lo entendió y accedió, solo por amor, a seguir al loco de su marido.
El viaje lo organizamos en menos de dos semanas gracias a dos ángeles, Inma y Josip (organizadores de peregrinaciones a Medjugorje) está claro que La Gospa los ha puesto ahí por algo, nada es casualidad en los planes de Dios.
Fue un viaje muy gratificante pero como muchos testimonios ya dicen, lo importante de Medjugorje es la vuelta a casa....
El Milagro llegó
Me llamo Cristina y soy la mujer de Javier. Hacía casi tres semanas que habíamos vuelto de Medjugorje. Estábamos revolucionados, locos de amor y con muchísimas ganas de compartir nuestras experiencias con nuestros conocidos, así que habíamos organizado una cena para explicar la multitud de experiencias, vivencias y sentimientos que vivimos.
Recuerdo que una de las cosas que personalmente más me impresionó fue una conversación que tuvimos con un sacerdote polaco, quien al conocernos y explicarle cómo habíamos llegado a Medjugorje, nos dijo: "Dios tiene un plan para vosotros" en ese momento, la emoción me embargó y rompí a llorar delante de todos los peregrinos y él me dirigió las siguientes palabras:"ÉL te dará la fuerza".
Al regresar a casa, la Gospa, nos concedió un milagro.
Estábamos en casa disfrutando de nuestros hijos, compartiendo la tarde de piscina, merienda y conversación con los abuelos, cinco de nuestros seis hijos, un sobrino y la chica que nos ayuda en casa. De repente se oyó un chillido de Javier (mi marido) que denotaba un dolor intenso, era un grito desgarrador, en ese momento pensé que le estaba dando un infarto, pero escuché nuevamente los chillidos de dolor intenso y el ruido de alguien que se tiraba a la piscina, pensé que estaría arreglando una de las luces de la piscina y se había electrocutado. Me asomé mirando a la piscina y vi a mi marido sacando de la piscina a nuestro pequeño Nico (18 meses), estaba completamente cianótico, con los ojos abiertos y en parada respiratoria y cardíaca, en ese momento con una entereza sobrenatural empezamos las maniobras de reanimación. Papá ventilando y mamá haciendo el masaje cardio-respiratorio. Solo recuerdo, la presencia de mi marido, la del bebé y la mía. Se oían lloros y chillidos de todos los familiares que estaban de espectadores en la terraza de arriba. Los abuelos se encargaron de gestionar la llamada a los servicios de urgencias 112.
Mientras, papá y mamá seguían haciendo la reanimación cardiopulmonar básica, llevábamos unos 5 minutos con las maniobras, mi marido cogió una de las piernecitas de Nico y la dejó caer. En ese momento, me di cuenta de que Nico había muerto, no sabíamos cuánto tiempo llevaba en la piscina, no respondía. En ese momento, visualicé su entierro, su cajita blanca, la ceremonia, el dolor... así que en ese momento comprendí por qué habíamos ido a Medjugorje, por qué aquella conversión, esa locura de amor, etc...
Me sentí desconcertada y Le pregunté: ¿Es por eso que has querido que fuéramos a Medjugorje? ¿Es ese el porqué de nuestra conversión, para poder soportar la muerte de un hijo?No lo entiendo, pero si TÚ crees que debe ser así.......
Recordé la frase del sacerdote "Él te dará la fuerza", le pedí: "dame la fuerza" y resignada, empecé a rezarle en voz alta "Dios te salve María....", empezamos todos a rezar y en ese momento, Nico empezó a respirar, vomitar, etc. A los 7 minutos llegó la primera ambulancia, Nico solo respiraba, saturaba mal, tenía un Glasgow 5 (para intubar sin respuesta neurológica) en menos de una hora, Nico tenía Glasgow 15, ¡¡¡¡sin ninguna secuela!!!! Llegamos al servicio de urgencias donde nos estaba esperando un despliegue impresionante de sanitarios y todos sorprendidos viendo el buen estado de Nico. Así que una radiografía, una analítica para comprobar los parámetros que se alteran cuando alguien ha sufrido una parada cardíaca, y a las 12 horas ¡a casa!.
Únicamente podemos decir que somos unos AFORTUNADOS, la Virgen nos quiere con locura y cada día no para de cuidarnos y transmitirnos su amor y bondad. Solo podemos estarle agradecidos continuamente e intentar cada día seguir con esta devoción y haciendo lo que nos pide. ¡Gracias Madre! ¡¡¡Te queremos!!!
Si buscamos a Dios en las cosas del día a día, Él nos devuelve mucho más de lo que podemos imaginar.
24 de septiembre de 2013, San Cugat, Barcelona (España).
Javier y Cristina
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