Señor Dios, a lo que veo, la paciencia me es muy necesaria, porque en esta vida acaecen muchas adversidades; pues de cualquier suerte que yo ordenare mi paz, no puede estar mi vida sin batalla y sin dolor.
Así es, hijo; pero no quiero que busques tal paz, que carezcas de tentaciones, o que no sientas contrariedades, antes, cuando fueres ejercitado en diversas tribulaciones, y probado en muchas contrariedades, entonces piensa que has hallado la paz. Si dijeres que no puedes padecer mucho, ¿cómo sufrirás el fuego del Purgatorio? De dos trabajos, siempre se ha de escoger el menor. Por eso, para que puedas escapar de los tormentos eternos, procura sufrir con paciencia por Dios los males presentes. ¿Piensas tú que poco o nada sufren los hombres del mundo? Esto no lo hallarás ni aún en los muy regalados.
Pero dirás que tienen muchos deleites, y siguen sus apetitos, y por eso sienten poco el peso de sus tribulaciones.
Mas aunque fuese así, que tengan cuanto quisieren, dime, ¿cuánto les durará? Mira que los muy ricos en el siglo, desfallecerán como humo, y no quedará memoria de los gozos pasados, pues aún mientras viven no se huelgan en ellos sin amargura, congoja y miedo; porque de la misma cosa de que consiguen el deleite; de allí las más veces reciben la pena del dolor. Y justamente se hace con ellos; porque así como desordenadamente buscan y siguen los deleites, así los tengan con amargura y confusión. ¡Oh cuán breves son todos, cuán falsos!, ¡cuán desordenados y torpes! Mas, por estar privados de juicio y con gran ceguedad, no lo entienden; sino como animales brutos, por un poco de deleite de vida corruptible, caen en la muerte del alma. Por eso, hijo, no vayas tú tras tus desordenados apetitos; apártate de tu propia voluntad, deléitate en el Señor y él te dará lo que pidiere tu corazón.
Porque si quieres tener verdadero gozo y ser consolado por mí abundantísimamente, tu suerte y bendición estará en el desprecio de todas las cosas del mundo, y en cortar de ti todo deleite de acá abajo, y así se te dará copiosa consolación. Y cuando más te desviares de todo consuelo de las criaturas, tanto hallarás en mí más suaves y poderosas consolaciones; mas no las alcanzarás sin alguna pena, trabajo y pelea. La costumbre te será contraria; pero la vencerás con otra costumbre mejor. La carne resistirá; mas la enfrentarás con el fervor del espíritu. La serpiente antigua te instigará y provocará; pero con la oración huirá, y a más con un trabajo útil le cerrarás la puerta.
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