"Nuestra sociedad vive en el dominio tiránico de una lógica económica que excluye y a veces mata, y de la que muchos son víctimas". "Vivimos en una cultura del descarte, que incluso a veces viene promovida".
REDACCIÓN HO.-
Contundente defensa del derecho a la vida y de la familia fundamentada en el matrimonio por el Papa Francisco, en la apertura de las jornadas cardenalicias para preparar el Sínodo sobre la familia de octubre y en su mensaje a la Academia Pontificia para la Vida, cuya asamblea debate el tema 'Envejecimiento y minusvalía'.
Defensa de la familia
Breve pero clarísima intervención del Santo Padre en la apertura de las dos jornadas de reflexión que mantendrá con los 185 Cardenales convocados a Roma para preparar el Sínodo sobre la Familia –previsto para octubre próximo- y que debe reflexionar sobre posibles evoluciones doctrinarias en la materia. "En estos días, reflexionaremos en particular sobre la familia, que es la célula fundamental de la sociedad humana", dijo el Papa. Y, basándose en la Biblia, agregó: "Desde el comienzo, el Creador puso su bendiciónsobre el hombre y la mujer a fin de que sean fecundos y se multipliquen sobre la tierra, y así la familia representa en el mundo como el reflejo de Dios, Uno y Trino [N.de la R.: que contiene 3 cosas]".
"Nuestra reflexión tendrá siempre presente la belleza de la familia y del matrimonio, la grandeza de esta realidad humana a la vez tan simple y tan rica, hecha de alegrías y esperanzas, de penas y sufrimientos, como toda la vida", señaló Francisco.
Pese a tratarse de un método atribuido a la orden jesuita a la que perteneció, el Papa pidió evitar la casuística (parte de la teología que estudia los casos de conciencia. Más concretamente, es un método que se atribuye en particular a los jesuitas: el de analizar los principios o reglas morales a la luz de cada caso particular). "Buscaremos profundizar la teología de la familia y la pastoral que debemos tener en las condiciones actuales. Hagámoslo en profundidad y sin caer en la casuística, porque ella haría inevitablemente descender el nivel de nuestro trabajo", señalaba el Pontífice.
Denuncia el maltrato a la familia
Por lo tanto, en el lanzamiento de la consulta a los 185 cardenales reunidos en Roma, el Papa transmitió claramente que quiere defender una visión "tradicional" de la familia, a la que elogió, y a la cual considera en peligro: "La familia hoy es despreciada, es maltratada, y lo que se nos pide es reconocer cuánto es bello, verdadero y bueno el formar una familia, el ser una familia hoy; cuán indispensable es para la vida del mundo, para el porvenir de la humanidad. Se nos pide poner en evidencia el luminoso plan de Dios sobre la familia y ayudar a los cónyuges a vivirlo con alegría en su existencia, acompañándolos en sus muchas dificultades".
Así concluyó la breve intervención del Papa al inicio de una reunión que concluye este viernes por la noche. Posteriormente, el sábado 22 de febrero, en la Catedral de San Pedro, tendrá lugar el Consistorio para la creación de 19 nuevos cardenales, entre ellos, monseñor Mario Poli, sucesor de Bergoglio en el Arzobispado de Buenos Aires.
"La salud no determina el valor de una persona"
"La falta de salud o una minusvalía no son una buena razón para excluir, y aún menos para eliminar a una persona", dijo también hoy el Papa en una contundente condena a la eutanasia. La frase es parte del mensaje que envió al director de la Academia Pontificia para la Vida, Ignacio Carrasco de Paula, cuya asamblea debate el tema "Envejecimiento y minusvalía".
El Papa sostuvo en su misiva que "la salud es un valor importante, pero no determina el valor de la persona". "Además la salud no garantiza la felicidad, y ésta puede sentirse también con una salud precaria", aseguró.
Frente a la sociedad del descarte
Señaló además que nuestra sociedad vive en "el dominio tiránico de una lógica económica que excluye y a veces mata y de la que muchos son víctimas". Y reiteró un concepto varias veces expresado a lo largo de este primer año de pontificado: "Vivimos en una cultura del descarte, que incluso a veces viene promovida. La situación sociodemográfica del envejecimiento nos revela claramente la exclusión de la persona anciana, sobre todo si es enferma o minusválida, o por vulnerable por cualquier otra razón".
Francisco, que con frecuencia ha exhortado a cuidar los dos extremos más vulnerables de la vida, los niños y los ancianos, subrayó en esta ocasión que la más grave privación para las personas mayores "no es la debilidad del organismo o la minusvalía, sino el abandono y la exclusión y la privación del amor". En el seno de la familia, "maestra de solidaridad", se puede aprender "que perder la salud no es una razón para discriminar algunas vidas humanas", concluyó.
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