Madrid y otras
muchas ciudades españolas acogerán este domingo domingo por cuarto año consecutivo
una gran manifestación, bajo el lema
«Sí a la vida». Mucho más que un simple eslogan. Para Inés Cuartero esta frase lleva un nombre propio. La de su hijo Juan Pablo. A las 19 semanas de gestación una ecografía de rutina reveló que el niño que venía en camino (el segundo de los tres hijos que tiene actualmente) padecía una
cardiopatía grave incompatible con la vida. Pese a que los médicos le plantearon la posibilidad de abortar -la actual normativa contempla el aborto eugenésico hasta la semana 22- Inés y su marido decidieron
seguir adelante con el embarazo.
«Era un niño enfermo a quien había que cuidar especialmente», explica Nuria, quien no entiende «el ambiente de rechazo que se ha creado» en torno a
las personas con alguna discapacidad o enfermedad. «Además de la preocupación que sentía por la patología que tenía mi hijo, se unía el dolor por el hecho de que hubiera gente para quien la vida de
un niño enfermo valía menos. Nadie tiene derecho a decidir quién tiene derecho a la vida y quién no», asegura Inés, cuya experiencia le ha llevado a ser este año la portavoz de la Plataforma Sí a la Vida, que aglutina a más de
500 entidades de la sociedad civil convocantes de esta manifestación, que saldrá el domingo al mediodía de la
Plaza de Cibeles y concluirá en la Puerta del Sol.
Ayudas a la maternidad
Durante los quince meses que vivió Juan Pablo, Inés y su marido se volcaron por hacerle feliz. «Siempre supimos que su vida sería corta -señala-, pero nunca lo vimos como un día menos que le quedaba entre nosotros, sino como un día más que estaba a nuestro lado. Nos dejó a mí y a su padre enamorados porque junto a él aprendimos a valorar lo que de verdad merece la pena».
Los días compartidos junto a su hijo hace que la manifestación que se celebrará mañana domingo sea especialmente significativa para esta familia madrileña. «Es muy importante reivindicar las ayudas a la maternidad. Yo tuve
el privilegio de sentirme apoyada por mi marido y de poder dejar de trabajar para poder acompañar a mi hijo. Si no recibes ayuda te abocan a tomar una decisión que de otra manera no tomarías», señala Inés, para quien
la eliminación del supuesto de aborto eugenésico en la futura ley del aborto «conecta mucho más con la Constitución y
los deseos de la sociedad española». «Algo puede cambiar en España y podemos ser parte de ese cambio», asegura con claro optimismo.
Las ayudas a la
maternidad no son un «capricho» de las asociaciones provida. Estas instituciones comprueban a diario cómo
el apoyo psicológico, económico y social puede ser determinante para
evitar el drama del aborto. Esther y Eva Ortiz Prieto son la prueba más contundente. «Nuestras hijas nos cambiaron la vida a mejor», asegura Sergio, su padre. Sin embargo, los inicios no fueron
fáciles.
«No querían saber nada»
Cuando los padres de su novia, Ángela, se enteraron de que estaba embarazada y además de mellizas «no quisieron saber nada». Apenas tenía 20 años y la primera consecuencia que tuvo su embarazo fue la pérdida de su trabajo.
«Su madre y su familia decían que éramos demasiados jóvenes y no hacían más que repetirnos todas las desventajas», comenta. Pese al entorno hostil, Sergio decidió apoyar en todo momento a su novia. «Hice lo que tenía que hacer. Creo que fui un pilar muy importante en su vida». Luego conocieron la Fundación Red Madre, que se convirtió «en una verdadera familia», asegura. «En ese momento necesitábamos apoyo psicológico y nos ayudaron en todo. También con los pañales, los carritos para las niñas, la ropa, todo», explica.
Desde entonces, la
Fundación Red Madre forma parte de sus vidas. «Somos voluntarios y ayudamos en todo lo que podemos por todo lo que han hecho por nosotros. Mientras que hubo gente que nos dejó de lado,
ellos no nos abandonaron», explica.
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