Padre, amado
y tierno Padre, desde lo más hondo de mi corazón te alabo y te canto, pues eres
Mi Padre, porque eres el Padre de toda la humanidad, el que nos conoce profunda
e íntimamente, somos bendecidos al tener un Padre como Tú, gracias Padre por
tanto y perdona por tan poco que a veces suelo entregar.
Hija mía hay
algo que siempre me das, y es tu corazón abierto a mi voz, son tus oídos que
pueden escuchar y descifrar en tu mente, las palabras que una a una voy
desgranando para ti, y es por que conoces el don de tu Padre, ese don de amor y
de misericordia, de milagros diarios, de caminos juntos, de manos entrelazadas
y de corazones unidos en un solo palpitar.
Tristemente el hombre, ese hombre que es mi mayor obra, la más perfecta, el
hombre que un día llamé a la vida soplando sobre su nariz mi aliento, ese
hombre que amo porque es mi misma esencia dedica su vida en matar al fabricante
de su vida, día a día escucho una y otra vez las mismas palabras: ¡No quiero
saber nada de ti!!, me quitan la vida dentro de su ser, destruyen los planos en
los cuales diseñé sus vidas, y al poco tiempo irremediablemente viene la
pregunta: ¿Por qué nada me sale bien?
Quisiera que mis hijos comprendan que si prescinden de mí, que soy su
Padre y quien los ha escogido para un propósito en especial, morirán en el más
cruel olvido, sus vidas no habrán servido de nada, no habrán huellas ni en el
cielo ni en la tierra de sus pisadas, serán como huellas en el mar, que se
desvanecen con el ir y venir de las olas, es por eso que veis en vuestro mundo
hoy tantos abusos de poder, tantos abusos del hombre contra su pareja, contra
su mujer, su hermana, su esposa, su amiga, su compañera, y es el resultado de
haberme apartado de su vida.
El único camino a la vida, es permitir que la vida habite en vosotros, debéis
ser ordenados en vuestra vida, no os hagáis daño a vosotros mismos, cuidad
vuestra vida como lo que es, un valioso tesoro, tampoco destruyas tu propia
vida y la de los demás usando tu lengua, pues todo lo que decís, funcionará a
vuestro favor o en vuestra contra.
Cuando mi hijo
estuvo caminando en la tierra ¿qué es es lo primero que os enseñó?
- Nos habló de ti
Padre, nos dijo como habríamos de llamarte.
Has dicho bien
hija mía, os enseñó a hablar a vuestro padre, y os dijo que la fe es el único
camino, pues lo único que produce fe en vosotros es que vosotros seáis capaces
de hablar a otros de vuestra fe, qué distinta sería vuestra vida si en lugar de
hablarme cada momento para que atienda vuestros problemas, vosotros le
hablaríais de mi a esos problemas, háblale a los problemas de cuán grande soy,
que no existe nada en el mundo imposible para mí, y si puedo ordenar sobre la
vida y la muerte, ¿pensáis acaso que no puedo mandar sobre vuestros problemas?
Pero veo a mis hijos sumergidos en un mar de dudas, los veo inestables,
inseguros de sí mismos, no saben ni lo que desean, muchas veces han venido a
mí, se han postrado de rodillas y había tanta confusión dentro de su ser, que
las palabras correctas jamás afloraban para decirme ¡Padre esto necesito!
Ahora, si vosotros mismos no sabéis qué queréis ¿cómo esperáis que otros os
comprendan?
Bueno sería que al
orar pidáis la asistencia del Espíritu santo para que os ayude a ordenaros
interiormente, y que de esa manera la oración trabaje a vuestro favor, pues el
verdadero lenguaje de la oración en santa comunión con vuestro Dios, es un
lenguaje que vosotros no conocéis, y en esos niveles de unión perfecta vuestro
lenguaje no sirve, sirve el lenguaje de los ángeles, el cual solo obtendréis si
dentro vuestro no habéis matado la presencia de vuestro Padre.
Hija mía, la
Palabra de Dios jamás regresa a vosotros vacía, sino plena de significado y
plena de claridad, una palabra que llegada a vosotros os librará de toda
depresión, de toda angustia, una palabra que os abrirá a nuevos caminos, nuevos
horizontes nuevos modos de vivir de obrar y de servir, entonces y solo entonces
recibiréis un sueño un sueño que cambiará toda vuestra existencia, un sueño
como el que yo os he dado a ti y a tu esposo, y que arde mi corazón de deseos
de que muchos de mis hijos puedan recibir. Un sueño que cambiará sus vidas,
dándole nuevos hábitos, y nuevos deseos de vivir, un sueño que forjará dentro
una autodisciplina de saber, de estudiar, de conocer, y que despertará
interrogantes en los demás, y os dirán ¿cómo lo haces? Y mis hijos orgullosos
responderán sin bajar la mirada: si superas como era yo antes de este sueño que
mi Dios me regaló… si tú supieras cómo era mi vida… Ese sueño es maravilloso de
vivir y de llevar adelante porque es MI SUEÑO, un sueño que vosotros habéis
experimentado y que sabéis muy bien cuán maravilloso puede ser, pero que
también os genera muchos adversarios y enemigos, pues no todos aplaudirán ese
sueño, como no todos os aplaudieron a vosotros, pero vosotros sabías bien que
no ibais tras los aplausos, soportasteis que muchos salieran de sus madrigueras
diciendo ¡No! Dios no puede hacer eso contigo, es imposible, tú deliras, tú
sueñas, tú eres un traidor a Dios y a su doctrina, olvidándose de que un día
vino mi hijo a la tierra y tampoco le creyeron, por eso hija mía quisiera
renovar hoy mis esperanzas en que mi sueño, sea aceptado y vivido por muchos
más de vosotros mis hijos.
Dejad vivir en
vosotros el sueño de Dios, llevad a mis hijos a vivir como vosotros lo habéis
vivido este camino de encuentro en el amor pleno de Dios, y aunque muchos
salgan de sus escondites tratando de aplastar lo que vuestro padre os regala,
que seáis capaces de responder en un solo grito, Yo defenderé este regalo y me
atreveré a vivir este sueño, porque es de mi padre Dios y como Él nadie más me
ama.
Vuestro padre ha
hablado
Así sea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario