El portavoz oficial del Vaticano, padre Federico Lombardi, ha precisado que en ningún momento el Papa pretendió justificar la violencia al comentar: "Si alguien dice una palabrota sobre mi madre, puede esperarse un puñetazo".
El Pontífice hizo estas declaraciones en el avión dirección a Manila tras preguntas de periodistas sobre si hay límites en la libertad de expresión.
"Evidentemente, no es que el Papa quisiera decir que justifica la violencia. Hablaba de una reacción espontánea que se puede sentir -que, de hecho, uno siente- cuando es ofendido profundamente y, en este sentido, se cuestiona su derecho a ser respetado", ha comentado Lombardi.
En este sentido, ha explicado el Papa usó simplemente un "ejemplo sencillo" para hacer entender que uno se ofende cuando se dicen las cosas "que le tocan muy profundamente yesto lo puede sentir también un creyente cuando se ofende la fe".
"Ha puesto el ejemplo más clásico del mundo, que nos viene a la mente a todos nosotros, cuando hablan de nuestra madre", ha dicho el portavoz oficial del Vaticano.
En este sentido, ha incidido en que para la Iglesia "no es indiferente que se ofenda a la fe". "Hay que tener esto en cuenta: que en una convivencia los derechos tienen que ser respetados, pero esto es obvio", ha agregado Lombardi.
Lombardi se refería así a las palabras del Pontífice, quien al ser preguntado por la libertad de expresión, sin citar al semanario y en relación con el atentado contra la redacción de la revista francesa «Charlie Hebdo», Francisco contestó en el avión que le llevaba de Sri Lanka a Filipinas que no se puede ofender, ni burlarse de las religiones.
Y puso el siguiente ejemplo: «Es verdad que no se puede reaccionar violentamente, pero si Gasbarri (el Papa aludió a uno de sus colaboradores que iban junto a él en el avión), gran amigo, dice una mala palabra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo. ¡Es normal!», señaló en la rueda de prensa que dio durante el viaje hacia Manila.
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