23 de Noviembre de 1978
YO ESTARE EN MEDIO DE VOSOTROS HASTA LA CONSUMACION DE LOS SIGLOS
Toma de nuevo la pluma y escribe, hijo mío soy Jesús, el Redentor, el Salvador que ha venido para recoger, no para desparramar; para reunir y poner a salvo la grey mortalmente herida por el Enemigo, y he hecho esto dando la vida por mis ovejas y por mis corderos; desde la Cruz sobre el Calvario desciende un torrente de Sangre Divina, en la cual la humanidad pecadora y rebelde se puede sumergir en un baño purificador.
¡Esto he hecho y esto continúo haciendo hasta la consumación de los siglos!
Los hombres sin fe de este siglo desventurado no saben ver el gran prodigio de amor que se perpetúa y se consuma para ellos y para su salvación eterna;
"sine effusione sanguinis non est remissio".[103]
he aquí, hijo mío, bastaría que los hombres vieran y creyeran en este gran prodigio de amor para transformarse, para convertirse y cambiar el rumbo de su camino en la tierra, porque existe, sí, el mal en la humanidad y en Mi misma Iglesia, pero mi Amor Divino os ha provisto a fin de que ninguno pueda decir que se había perdido por la falta de los medios necesarios para la salvación.
Yo estaré en medio de vosotros hasta la consumación de los siglos, éste es un don tan grande y tal que ningún otro lo puede, no digo igualar, sino sólo lejanamente bosquejar, en efecto Conmigo, Verbo eterno de Dios hecho Carne, presente entre vosotros tenéis "todo". Conmigo en efecto ¿qué cosa os puede faltar?
Conmigo tenéis la vida, el camino, la verdad, la luz, la fuerza Y la potencia para derrotar al Enemigo, el agua que apaga la sed, el pan que sacia, la sabiduría, la justicia, la paz, la misericordia...
¡Conmigo tenéis verdadera mente todo!
pero la mayoría parece ignorarlo
Pero desgraciadamente si los hombres cansados, extenuados, sedientos y desorientados no saben que junto a ellos está un lugar delicioso que tiene en sí todos los consuelos de los que sienten necesidad, pueden desfallecer, aún teniendo la salvación al alcance de la mano... ¡y es precisamente esto lo que está sucediendo en la tierra!
Yo, Jesús, Hombre Dios, Salvador y Redentor, fuente perenne de Luz, de Vida, de Fe, de Amor, estoy en medio de los hombres con Mi Corazón cósmico sediento de almas, pero la mayoría parece ignorarlo; tanto es así que si algunos advierten mi presencia es sólo para renegarla e intentar destruirla ante la impasibilidad de Aquellos que he preferido llamándolos amigos e hijos míos, elevándolos al rango de Ministros míos y Embajadores ante los pueblos y naciones!
¿Por qué, hijo mío, en la humanidad y Mi misma Iglesia, a pesar de mi divina Presencia, los hombres continúan caminando hacia caminos de perdición, antes que hacia el camino de salvación?
Conozco lo que en este momento piensas, esto es, te desagrada que vuelva a lamentarme hablándote de cosas que te he repetido tantas veces y que has escrito repetidamente, pero ¿por qué te he elegido para una experiencia tan amarga, cual es el choque en acción desde la creación del hombre hasta hoy entre las potencias de la Luz y las de las tinieblas?
Precisamente porque tú, mi profeta, después de haber vivido y sufrido esta amarga experiencia pudieras llegar al conocimiento y ver con claridad los orígenes, la naturaleza y el desarrollo de este choque para decirlo, para poder hablar de él a los demás y ¡hacerlos conscientes de su elección y responsabilidades acerca de la gran finalidad de la vida!
sus penas en el infierno serán centuplicadas
¿Cómo no hablar, hijo mío, de una situación verdaderamente triste en la cual el hombre a veces se debate desesperadamente y a la que está ligada su salvación o condenación eterna?
Seria como si quisiera hablarte del hombre callando todo acerca de su origen y de su naturaleza espiritual y además de la unión del alma con el cuerpo, ¿qué podría entonces decirte?
En otras palabras, tú sabes que es tu misión específica sacar a la luz las causas y los responsables de los males por los que Mi Iglesia sufre y languidece y por los cuales tantas almas se pierden... ¡y esto lo debes hacer con tenacidad hasta el fin!
Todos deben saber que a Mi Iglesia le ha sido dado todo lo necesario para la realización de su misión en el mundo;
he dicho todo porque a Ella me he dado y me doy Yo mismo, y Conmigo no lo puede faltar y no le falta nada;
sombras y luces deben ser conocidas por todos para que cada uno pueda responder con los abundantes medios de defensa que tiene a su disposición ante el mal que lo insidia.
¡Ay de aquellos que abandonando sus puestos de responsabilidad se pasan al Enemigo!
Pero peor aún para quienes manteniendo exteriormente sus posiciones clave, traicionan tramando y sirviendo al Enemigo en su rabiosa obra de perdición;
"más les valiera no haber nacido";
porque sus penas en el Infierno, escribe sin miedo esta palabra: Infierno, ¡serán centuplicadas en comparación con los demás condenados!
¡Como ves, hijo mío, no sólo tinieblas, sino también viva luz para quien ama la Luz!
Te bendigo, hijo, y Conmigo te bendicen mi Madre y San José, y juntamente contigo bendecimos a la Comunidad y a las personas que te son queridas.
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