Foto referencial - Crédito :Flickr - Smile Kerry(CC-BY-NC-20)
MADRID, 18 Ene. 16 / 08:42 pm (
ACI).- El Obispo de Córdoba (España), Mons. Demetrio Fernández, ha enviado su carta pastoral semanal en la que habla sobre el amor en el
matrimonio como el “vino en las Bodas de Caná” y anima a pedir a la Virgen que no falte nunca en la unión de los esposos. “Que no falte el vino bueno de un amor renovado en todos y cada uno de los hogares”.
Tomando el Evangelio de las bodas de Caná en donde Jesús realiza su primer milagro, el Obispo ha recordado la importancia del matrimonio, “fundamento de la
familia, según el plan de Dios”, como unión entre un hombre y una mujer “unidos en el amor bendecido por Dios, abiertos generosamente a la
vidahasta que la muerte los separe”.
En ese sentido, el Prelado ha afirmado que el deseo natural que todo hombre tiene en su corazón, de ser querido para siempre “sólo puede ser satisfecho plenamente por Jesucristo”, “entendido con su luz y alcanzado con su gracia”.
“Jesús ha instituido el sacramento del matrimonio por el que los esposos son consagrados por la acción del Espíritu Santo para darse plenamente durante toda la vida el uno al otro, en una entrega de amor”, explica el Obispo de Córdoba y precisa que en ese camino “todos los días hay que estrenar el amor verdadero”.
Por eso el Prelado destaca la importancia de la petición humilde de los esposos para que “no falte el vino de la alegría en el hogar, el vino del amor que Jesucristo entregó a cada uno de los esposos el día de su boda”.Por eso, cuando se “acaba el amor” y parece que todo termina, el Prelado anima a dirigirse a la Virgen, como en el milagro de las bodas de Caná: “No tienen vino”.
“Si ese amor primero se ha enfriado, puede reavivarse con la petición humilde a Jesús, que ha venido para llenar el corazón humano en todos los sentidos, también en esta dimensión esponsal”, asegura.
“Es posible la fidelidad para toda la vida, es posible un amor que no se acaba nunca, es posible la felicidad en el matrimonio que Dios ha inventado y Cristo ha santificado”, asegura el Prelado, pero subraya que “hay que pedirlo con fe humildemente cada día”.
“Este es el milagro que Jesús está dispuesto a multiplicar en nuestro tiempo, de manera que no falte el vino bueno de un amor renovado en todos y cada uno de los hogares”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario