781
El amor no conoce temor (189),
pasa por todos los coros angélicos que hacen guardia delante de su trono. No tiene miedo de nadie; alcanza a Dios y se
sumerge en Él como en su único tesoro.
El querubín con la espada de fuego que vigila el paraíso, no tiene poder
sobre él. Oh, puro amor de Dios, qué inmenso
e incomparable eres. Oh, si las almas
conocieran Tu fuerza.
782
+ Hoy estoy muy débil, ni
siquiera puedo hacer la meditación en la capilla, sino debo ir a
acostarme. Oh Jesús mío, Te quiero y
deseo glorificarte con mi debilidad, sometiéndome totalmente a Tu santa
voluntad.
783
+ Tengo que vigilarme mucho,
sobre todo hoy, porque empieza a envolverme una excesiva sensibilidad por
todo. Las cosas que, estando yo de buena
salud, no llamarían mi atención, hoy me irritan. Oh Jesús mío, mi escudo y mi fuerza,
concédeme la gracia de salir victoriosa de tales circunstancias. Oh Jesús mío, transfórmame en Ti con el poder
de Tu amor, para que sea un digno instrumento para proclamar Tu misericordia.
784
(190) + Agradezco al Señor por
esta enfermedad y las dolencias físicas, porque tengo tiempo para hablar con
Jesús. Es mi deleita pasar largos
momentos a los pies de Dios oculto; y las horas me pasan como minutos, sin
saber cuándo. Siento que dentro de mí
arde un fuego, y no comprendo otra vida sino la del sacrificio que fluye del
amor puro.
785
29 XI [1936]. La Santísima Virgen me ha ensenado como debo
prepararme para la fiesta de la Natividad del Señor. La he visto hoy sin el Niño Jesús; me ha
dicho: Hija mía, procura ser mansa y humilde para que Jesús que vive
continuamente en tu corazón pueda descansar.
Adóralo en tu corazón, no salgas de tu interior. Te obtendré, hija mía, la gracia de este tipo
de la vida interior, que, sin abandonar tu interior, cumplas por fuera todos
tus deberes con mayor aplicación. Permanece
continuamente con Él en tu corazón. Él
será tu fuerza. Mantén el contacto con
las criaturas si la necesidad (191) y
los deberes lo exigen. Eres una morada
agradable a Dios viviente, en la que Él permanece continuamente con amor y
complacencia, y la presencia viva de Dios que sientes de modo más vivo y
evidente, te confirmará, hija mía, en lo que he dicho. Trata de comportarte así hasta el día de la
Navidad, y después Él Mismo te dará a conocer cómo deberás tratar con Él y
unirte a Él.
786
30 XI [1936]. Hoy, durante las vísperas un dolor ha
traspasado mi alma, veo que esta obra supera mis fuerzas en cada aspecto. Soy una niña pequeña frente a la inmensidad
de esta obra y solo por una orden clara de Dios procedo a cumplirla; y por otra
parte también estas grandes gracias se han hecho una carga para mi y apenas la
puedo llevar. Veo la incredulidad de las
Superioras y las dudas de todo tipo y en consecuencia el comportamiento
desconfiado hacia mí. Oh Jesús mío, veo
que también las gracias tan grandes pueden ser un sufrimiento, y verdaderamente
es así; (192 no sólo puede haber sufrimientos por este motivo, sino que tienen
que existir como una característica de la actuación de Dios. Entiendo bien que si Dios Mismo no reforzara
al alma en estas distintas pruebas, el alma por si misma no lograría nada, pues
Dios Mismo es su escudo. Durante las
vísperas, mientras continuaba contemplando esta especie de mezcla del
sufrimiento y de la gracia, oí la voz de la Santísima Virgen: Has de
saber, hija mía, que a pesar de ser elevada a la dignidad de la Madre de Dios,
siete espadas dolorosas me han traspasado el corazón. No hagas nada en tu defensa, soporta todo con
humildad, Dios Mismo te defenderá.
787
1 XII [1936]. Ejercicios espirituales de un día.
Hoy, durante la meditación matutina, el Señor me ha dado a conocer y
comprender claramente el carácter invariable de sus deseos. Y veo claramente que nadie puede liberarme de
este deber de cumplir la voluntad de Dios, conocida por mí. Una gran falta de salud y de las fuerzas
físicas no es una razón suficiente, y no me dispense (193) de esta obra que el
Señor Mismo está realizando; debo ser solamente un instrumento en sus
manos. Pues, Señor, heme aquí para
cumplir tu voluntad, mándame según Tus eternos designios y predilecciones, dame
solamente la gracia de serte siempre fiel.
788
Cuando hablaba con el Dios
oculto, me ha dado a conocer y comprender que no debo reflexionar mucho ni
tener miedo de las dificultades que puedo encontrar. Has de
saber que Yo estoy contigo, establezco las dificultades, las supero, y en un
solo instante puedo cambiar las posturas contrarias en actitudes favorables a
esta causa. Durante el coloquio de
hoy el Señor me ha aclarado mucho, aunque no escribo todo.
789
Dar siempre la prioridad a los
demás en todas las circunstancias, especialmente durante el recreo, escuchar
tranquilamente sin interrumpir aunque me contaran diez veces lo mismo. Nunca preguntaré por la cosa que me interese
mucho.
790
(194) Propósito: continuar lo mismo, es decir unirme al cristo
misericordioso.
Propósito general:
recogimiento interior, silencio.
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