Amado Padre y Dios nuestro, sabiéndote cerca de mi, y sintiendo la alegría de saberme Tu hija, es que mi alma reboza de gozo, Padre hoy especialmente desearía que me inundes de tu sabiduría, hay tantas cosas que aún me cuesta comprender, tenemos tantas miserias que limpiar, tantas faltas de fe, que a veces me quita el sueño, nos hablas de la paz, de esa paz que debemos tener, para vivir como verdaderos hijos tuyos, y se, que tus enseñanzas son para ponerlas en práctica, Tu amado Hijo nos ha dicho, que nada podemos hallar ni esperar fuera de Él porque Él es el camino que nos conduce a ti, y sin embargo padre, los caminos se estrechan enredados en nuestros egoísmos, en nuestras faltas de diálogo, en nuestra falta de tolerancia y respeto hacia nuestros hermanos y aún con nosotros mismos, en esta tarde que se presenta tan gris, danos padre esa luz que brota de ti, y que inunde toda la tierra, dinos amado Padre cómo lograr ese camino de paz, dentro y fuera nuestro para que podamos sembrarla en el mundo.
Hija mía si vivierais como verdaderamente vive toda la creación, aún las plantas y las flores, que no importa donde se encuentren, aún en los terrenos más maltratados, y muchas veces, tierras en las que abunda el mal olor y la podredumbre, pero aún así jamás pierden su aroma y su grandioso verdor.
Es bueno a vuestro ser preocuparse por las propias culpas, por fortalecer las propias debilidades, pero dime amada hija ¿por qué te angustias por lo que es responsabilidad de otros?
Los defectos de vuestros hermanos les pertenecen a ellos y no a vosotros, el camino de la paz, es paz entendida como propia, como de vuestro ser y no del ser de los demás, no miréis nunca hacia afuera, mirad hacia dentro vuestro para alcanzar la paz debéis ejercitaros todos los días en la gran virtud de rechazar todo el mal que os viene desde fuera, y dedicaos sin descanso a perfumar con vuestro exquisito aroma, la vida de los demás, allí está hija mía la clave para vivir y practicar el evangelio de la paz.
Dedicaos a perfumar el mundo con el aroma de la bondad, dedicaos a hacer el bien cada instante de vuestros días, sed como las flores, que muestran su bello color, y toda su belleza resplandece aún en medio de espinos.
Si has recibido sabiduría, compártela, si has recibido alegría transmítela, si as recibido amor, entrégalo gratuitamente sin calcular que has de recibir a cambio, si has recibido vida espiritual, enséñala, entonces podrás alcanzar la comprensión cabal de lo que yo vuestro Padre vengo a enseñaros día a día a vuestros hermanos aceptadlos tal como son, no pretendas cambiar nada en ellos, el cambo hija mía, ha de ser en libertad y desde dentro de cada uno, la paz del mundo no la alcanzareis, exigiendo cambios, sino hija amada mostrando el camino hacia el cambio, mas bien corregid vosotros aquello que deba ser corregido, purificad lo que deba ser purificado, para poder ser un faro en el camino de los hombres sed vosotros el aire dulce y puro que la humanidad necesita.
Vuestra tarea consiste en allanar a vuestros hermanos el camino que los conduce hacia mi, es en mi corazón donde el hombre encontrara, su camino hacia la paz, en medio de un mundo oprimido por la oscuridad, mostrad que la luz aún vive y existe en él, dejad a vuestro Dios ser Dios, vosotros mis amados hijos, servid de puentes entre los hombres y Dios, no importa que las pisadas marquen en el heridas que sangren, aún en medio de la incomprensión y el dolor, sed sembradores de paz, y de luz.
Hoy como vuestro Padre vengo a mostraros un camino de excelencia, un camino de cambio, que os dará la paz y el amor verdaderos, os doy la oportunidad de practicar la paz que os permitirá ascender a otro nivel, de cambiar el rumbo de vuestras vidas, solo deseo que rompáis con aquellos hábitos que os alejan de mi, que inundéis vuestro ser de pensamientos y actitudes positivas, comienza si deseas declarando las bendiciones espirituales que yo vuestro Dios os he dado en todo este tiempo a vosotros, las misericordias de vuestro Padre son nuevas cada mañana, no os detengáis en el camino, no penséis cuanto mal habéis hecho y cuanto mal hacen vuestros hermanos, ni cuanto mal os han hecho a vosotros, es momento de soltar vuestras cadenas y encaminaros en la senda que os conduce a mis amantes brazos que extendidos hacia vosotros aguardan el regreso de sus hijos tan amados.
Con tu espíritu habitando y hablando en mi interior, te pido amado Dios, acaríciame, con tu brisa suave y fresca, dame amado Padre el aliento, de tu vida que es vida en nosotros, deseo acariciar tu divina imagen, y abrigarme en tu sol tan tibio y maravilloso, y así, en silencio escuchar la dulce melodía que brota de ti, melodía de amor que se asemeja al arrullo de las aves, permíteme contemplarte mi amado Dios, y redescubrirte en la naturaleza que me rodea, y dejarme amar por ti tiernamente, amarnos intensamente también con la multitud de hermanos que me diste. Amén
Nunca olvidéis hijos míos lo bellos que sois, la maravilla que fruto de mi creación y de mis manos surgió por un acto de extremo amor, mis obras son maravillosas, me he tomado mucho tiempo para hacerlas pues sois perfectas, lo que otros ojos ven como defectos y debilidades, son grandes cosas para mi, recuerda hija mía, vivid el evangelio de la paz sabiendo que yo vuestro Padre me glorifico en vosotros, y para que otros también se asombren y sirváis como testimonio de aliento, de inspiración y de fe.
Vuestro padre ha hablado. Así sea
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