21/11/2014
Nuestra Señora, dulcísima y bienaventurada Madre nuestra aquí estás, tu gracia y tu belleza tan pura resplandece en ti, llegas junto a dos de tus ángeles Divinos para hablarnos, aquí estamos Madre amada, te escuchamos.
Amadísimos hijos hoy vuestra Madre viene a vosotros para daros un mensaje. Vuestro Padre me envía hoy para deciros que se avecinan tiempos de renovación, la Luz de Dios se esparce por todo el mundo, las almas se renuevan y es necesario que todos mis hijos toméis conciencia de que ha llegado el momento de lograr en todos vosotros una apertura total de mente y de corazón, aceptando con donaire cuan equivocados estabais al consideraros únicos en la creación, es el momento en que vosotros debéis aceptar como reales a todos los seres que habitan otros planos y otros mundos quienes trabajan ahora en unión perfecta para la grandeza y mayor gloria de Dios.
Soy portadora de nuevas revelaciones, lo que antes fue secreto ahora es de vuestro conocimiento, el velo ha sido corrido, la renovación de la iglesia ya está en marcha y es fecundo el dialogo entre todas las creencias en búsqueda de la unidad, uno solo es vuestro Dios en tres personas distintas y con especifica función cada una, de igual modo uno solo son los seres de luz en multiplicidad de los planos antes divididos, se encuentran ahora unidos en el cordón lumínico y divino que poco a poco ha sido tejido con mucha dedicación y esfuerzo de mis hijos.
Hoy deseo pediros que me ayudéis con vuestra oración a cumplir con mi misión de embajadora ante todos los pueblos de la tierra y ante todos los planos en búsqueda de la armonía perfecta. A vosotros os encomiendo la tarea de ser escudos en la tierra de mi corazón y que atraigáis a Él a todos los que aún no creen en Dios a todos los que aun niegan su soberana majestad.
Comienza ahora el tiempo de oportunidades cada uno de vosotros es una flor de aroma delicioso que atraigo hacia mí y junto a mi os elevo al Padre celestial pues sois imagen del Dios viviente, sois perfección en Dios y en cada oración que hacéis mi corazón es glorificado, sed mi escudo pero nunca dejéis de ser proclamadores de la presencia real de mi hijo en el mundo, él es el camino, la verdad y la vida y yo su madre soy la señora de la verdad, mis palabras son la verdad pues mi vientre engendró y acunó dentro de él a la Verdad y esta es que Dios es fiel,
Dios es grande y no existe nada imposible para Él,
Vuestro Dios es rico y abundante en misericordia.
Vuestro Dios es bondadoso, no se goza en vuestro dolor sino que sólo goza en vuestra alegría.
Vuestro Dios es misterio pero al mismo tiempo es verdad que se revela pues solo se engrandece en la medida en que vosotros conocéis su intimidad.
Vuestro Dios es paciente no se altera ni se incomoda si es lento vuestro caminar sino que Él detiene su marcha para acompañaros en el camino.
Vuestro Dios es Maestro y le agrada mucho enseñar de igual modo es severo con quienes se sienten superiores a los demás y no saben guardar su lugar pues no existe nada ni nadie superior a vuestro Dios.
Hoy hijitos míos mis soldados de luz mi escudo llego como vuestra Señora de la verdad sed verdaderos siempre y defended esta verdad que yo he dicho sed fecundos en la oración, sed escudo de luz para mí y para el mundo.
Gracias por escuchar mi voz.
Piedad y misericordia.
Piedad y misericordia.
Piedad y misericordia.
Así sea.
Esto canta nuestra Señora ahora:
1«Dios me ha hecho muy feliz, Dios me ha dado muchas fuerzas. Puedo taparles la boca a mis enemigos; y estoy feliz porque Dios me ha salvado.
2 Nuestro Dios es único. ¡Nadie se le compara! ¡No hay quien pueda protegernos como nos protege nuestro Dios!
3 ¡Cállense! ¡No sean tan orgullosos! ¡No hablen como la gente presumida! Dios nos conoce muy bien; sabe cuándo hacemos lo bueno y cuándo hacemos lo malo.
4 Dios quita poder a los poderosos, y da fuerza a los débiles.
5 A los que antes tenían mucha comida, Dios los hace trabajar para ganarse el pan; a los que siempre tenían hambre, hoy los tiene bien alimentados. La mujer que no tenía hijos ahora es madre de muchos; la que tenía muchos hijos, ahora no tiene ninguno.
6 Dios nos da la vida y nos trae la muerte.
7 Dios nos hace ricos y nos deja pobres; nos humilla y nos exalta.
8 Dios saca del basurero al pobre, y lo hace reinar entre príncipes. ¡Dios es dueño de todo el universo!
9 Dios protege a quienes lo obedecen, pero los rebeldes mueren angustiados; ¡de nada les sirve su fuerza!
10 Dios destruye a sus enemigos; desde el cielo lanza truenos contra ellos. Dios es el juez de todo el mundo. Al que Él pone como rey le da riqueza y poder».
Hijo mío aquí tienes a tu esposa , gracias por tanto que me das cada día, paz y bien hijo amado.
Paz y bien madre amada.
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