MONS. BECCIU, COLABORADOR DE FRANCISCO: EL PAPA SIENTE MUCHO LA DESORIENTACIÓN QUE SE HA CREADO SOBRE LA CUESTIÓN DE LAS FAMILIAS NUMEROSAS
Queridos amigos, siguiendo con el tema del Papa Francisco, los hijos y la familia, les ofrecemos esta entrevista realizada por el diario “Avvenire” al arzobispo Angelo Becciu, uno de los más estrechos colaboradores del Papa Francisco. Mons. Becciu estuvo presente en la entrevista que originó las polémicas, por lo que el diario italiano le interrogó sobre el sentido de las palabras del Papa:
-Mons. Becciu, ¿el Papa se ha reconocido en la interpretación preponderante dada por los medios a sus palabras, cuando dijo que para ser buenos católicos no hace falta ser como conejos?
-Al ver los títulos de los periódicos, el Santo Padre, con el que hablé ayer, se quedó un poco sorprendido por el hecho de que sus palabras –voluntariamente simples- no han sido puestas en su contexto respecto a un pasaje clarísimo de la Humanae Vitae sobre la paternidad responsable.
La frase del Papa debe interpretarse en el sentido de que el acto procreador en el hombre es un acto responsable enraizado en el amor y en la recíproca donación de uno mismo. Lamentablemente, a menudo la cultura contemporánea tiende a disminuir la auténtica belleza y el alto valor del amor conyugal, con todas las consecuencias negativas que se derivan de ello.
-Algunos dicen que, hablando de tres hijos por pareja, el Papa ha querido indicar un número “taxativo”.
-¡De ningún modo! El número 3 se refiere únicamente al número mínimo indicado por sociólogos y demógrafos para asegurar la estabilidad de la población. De ningún modo el Papa quería indicar que ése es el número “justo” de hijos por matrimonio. Cada pareja cristiana, a la luz de la gracia, está llamada a discernir, según una serie de parámetros humanos y divinos, cuál es el numero de hijos que puede tener.
-Muchas familias numerosas están desorientadas ante la versión que los medios de comunicación han presentado de las palabras del Santo Padre.
-El Papa verdaderamente siente mucho que se haya creado esa desorientación. Él no quería disminuir para nada la belleza y el valor de las familias numerosas. En la audiencia general (de ayer) afirmó que la vida es siempre un bien, y que tener muchos hijos es un don de Dios por el que hay que dar gracias.
-¿Cuál es entonces la correcta interpretación de la paternidad responsable de la que habla la “Humanae Vitae”, subrayada por el Papa Francisco en diversas ocasiones?
-Es la interpretación que nace de la enseñanza del Beato Pablo VI y de la tradición milenaria de la Iglesia reafirmada en la Casti Connubii (enciclica de Pio XI de 1930): que no hay que dividir nunca el carácter unitivo y procreativo del acto sexual, y que éste debe inserirse siempre en la lógica del amor, por la que la persona entera (física, moral y espiritual) se abre al misterio del don de sí misma en el vínculo del matrimonio.
-¿Podemos decir que el Papa Francisco ha reafirmado la validez de este documento en todos sus aspectos?
-No tengo la menor duda. El Papa Francisco es un gran admirador de Pablo VI, lo ha dicho en varias ocasiones. Además, ha sido él quien lo beatificó. Y en Filipinas, hace pocos días, contemplando una nación tan joven, ha querido subrayar que la posición expresada por Pablo VI en 1968 fue “profética”.
-¿Cómo conciliar entonces la indispensabile apertura a la vida con las dudas reales de las parejas que deben afrontar tantos problemas, a veces incompatibles con la acogida de una nueva vida?
-Sabemos que esto es un verdadero drama para muchas parejas. Aquí se debería hablar del apoyo económico de los gobiernos a las familias con rentas bajas. De todas formas, como dice a menudo el Papa Francisco, es preciso tratar cada caso con misericordia y con mucha atención pastoral. Los problemas pueden nacer de cuestiones médicas, económicas o psicológicas. Para algunos cónyuges, el desafío es enorme, y la Iglesia tiene como primer dever ayudarles y confortarles.
-El Papa se ha referido a la crisis demográfica en Italia. ¿Cuál es el mensaje para los países en la misma situación?
-Podría decir que este gravísimo síntoma sociológico es representativo de una cultura que no tiene alegría ni esperanza, una cultura del descarte. El deseo de tener niños es, de hecho, la prueba de que se cree en el futuro, en lo que uno es. Italia y Europa están perdiendo su identidad, se están volviendo viejas. El espectáculo de la juventud desbordante de los países asiáticos ha confirmado aún más esta percepción del Papa.
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