12 de Julio de 1976
YO SOY FELIZ
Don O., soy la hermana de M.
Poco nos hemos conocido en la tierra, apenas nos hemos visto de lejos. Pero esto no tiene importancia, ya que somos hijos del
mismo Padre, pertenecemos a la misma familia de los hijos de Dios, estén ellos en la Gloria, como yo estoy, o estén todavía en la
tierra, como ahora estáis vosotros.
La realidad divina de la Comunión de los Santos, nos une en el amor de Cristo.
Don O., mi vida en la tierra fue humilde y escondida. Nunca soñé lo que tantas almas deslumbradas desean: placeres, honores y
riquezas, salud y cosas por el estilo. ¡Pobres almas ilusas! Si no va a haber quien, con la oración y con el sufrimiento, les abra los
ojos, irán perdidas para toda la eternidad.
Se necesita meditar
Yo soy feliz, nado en el júbilo, en la luz, en el amor de Dios. Jamas lamentaré mi vida terrena, fuente de mi felicidad eterna.
Don O., haz llegar este mensaje a mis queridos en la tierra; que también ellos sepan que la muerte no interrumpe la vida.
La vida, purificada del polvo de la tierra, se perfecciona e integra a la Bienaventuranza divina, porque en el Paraíso se vive en
Dios y de Dios, pero de modo diferente de las almas en Gracia, que aún están en camino hacia el Cielo.
Don O., no puedo menos de deplorar la necedad de todos aquellos que, sin reflexionar, se dejan engañar con tanta facilidad por el
Maligno.
Él es un lobo disfrazado de cordero.
Él odia sin tregua a todos los hombres que, en su loca desesperación, quiere arrastrar al mal y luego llevar al Infierno.
Si los hombres cesaran por un poquito de tiempo, sus actividades, sólo para meditar en estas dos palabras: "Infierno y Eternidad"
el mundo rápidamente cambiaría. Pero Él, el Maligno hace de todo para que esto no suceda.
Te bendigo.
Soy la hermana de M
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