JUAN
4, 43
Ese
es el problema del ser humano, antes en el tiempo de Jesús como
ahora en nuestro tiempo, hay poca fe, para creer precisa de ver con
los ojos fisicos, pues para ver con los ojos del alma hay que
escuchar el corazón, allí es donde Dios nos habla a todos, si nos
vaciáramos de nosotros podríamos llenarnos de Dios, pero
¿Quien
esta dispuesto? ¿Quien puede vivir en paz y feliz según la voluntad
de Dios? Quien tenga confianza total en Dios esa persona es quien
puede vivir en paz, no pide nada, solo desea lo que Dios desea, solo
fluye su vida amando, entregándose, haciéndose pan para el
hambriento, quien confia en Dios tiene la clave para hacer el gran
salto, pues acepta todo lo que venga, pues quien entrega su vida en
Dios, ya todo lo que le ocurra vendra determinado por la Santa
Voluntad del Criador, ahí es cuando se alcanza la felicidad, la paz
plena, allí nos vaciamos de nosotros de nuestros deseos mundanos que
no sirven, para llenarnos de Dios, llenarnos de calma, de fuerza
espiritual, de fe, nada nos turba del mundo, pues Dios nos alimenta,
como siempre digo no hay elegidos, sino quien responde al llamado,
pues Jesús llama a todos, para que sigamos el camino que El hizo,
vino a enseñarnos el camino al encuentro de Dios, a nuestro Ser
Cristico, y dejo su parte divina para enseñarnos que si El puede
nosotros también, vino humano, sin pecado, pero humano, precisamente
para que no digamos: Como Jesús es Dios por eso pudo unirse al
Padre, eso es un error, a partir que Jesús dió su vida por
nosotros, nos salvo a todos, a toda la humanidad, y estamos llamados
ser nuevos Cristos, todos, aqui y ahora, pues todos juntos, unidos
formamos el cuerpo mísitico de Cristo, eso quiere decir, que una
unidad con Cristo Jesús y María Santisima, y para ello debemos
hacer el proceso espiritual, de dejarnos llenar de Dios.
Quien
Confié en Dios, adelante, entreguese no de boca sino de verdad en
pensamiento, en sentimientos y en acción, y la Santa Trinidad le
habitará.
Que Dios os bendiga eternamente.
Pedro Cuenca Serrat
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