En una ocasión la Virgen María le comunicó a Santa Brígida de Suecia (1303-1373) lo siguiente: “miro a todos los que viven en el mundo para ver si hay quien se compadezca de Mí y medite mi dolor, mas hallo poquísimos que piensen en mi tribulación y padecimientos”.
“Por eso tú, hija mía, no te olvides de Mí que soy olvidada y menospreciada por muchos. Mira mi dolor e imítame en lo que pudieres. Considera mis angustias y mis lágrimas y duélete de que sean tan pocos los amigos de Dios”.
La Madre de Dios prometió que concedería siete gracias a aquellas almas que la honren y acompañen diariamente, rezando siete Ave Marías mientras meditan en sus lágrimas y dolores.
- "Yo concederé la paz a sus familias".
- "Serán iluminadas en cuanto a los divinos Misterios".
- "Yo las consolaré en sus penas y las acompañaré en sus trabajos”.
- "Les daré cuanto me pidan, con tal de que no se oponga a la adorable voluntad de mi divino Hijo o a la salvación de sus almas".
- "Los defenderé en sus batallas espirituales contra el enemigo infernal y las protegeré cada instante de sus vidas".
- "Les asistiré visiblemente en el momento de su muerte y verán el rostro de su Madre”.
- "He conseguido de mi Divino Hijo que todos aquellos que propaguen la devoción a mis lágrimas y dolores, sean llevadas directamente de estavida terrena a la felicidad eterna ya que todos sus pecados serán perdonados y mi Hijo será su consuelo y gozo eterno".
Asimismo, según San Alfonso María de Ligorio (1696-1787), Jesucristo reveló a Santa Isabel de Hungría que Él concedería cuatro gracias a los devotos de los dolores de su Santísima Madre.
- Aquellos que antes de su muerte invoquen a la Santísima Madre en nombre de sus dolores, obtendrán una contrición perfecta de todos sus pecados.
- Jesús protegerá en sus tribulaciones a todos los que recuerden esta devoción y los protegerá muy especialmente a la hora de su muerte.
- Imprimirá en sus mentes el recuerdo de Su Pasión y tendrán su recompensa en el cielo.
- Encomendará a estas almas devotas en manos de María, a fin de que les obtenga todas las gracias que quiera derramar en ellas.
Entre los siete dolores de la Virgen se encuentran: la profecía de Simeón, la huida a Egipto, el Niño perdido en el Templo, María se encuentra con Jesús camino al calvario, Jesús muere en la
cruz, María recibe el cuerpo de Jesús al ser bajado de la cruz y el Señor es colocado en el sepulcro.
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