Jesús: Camina alegre y confiada por esta senda que te marco, ajena a lo que digan, a lo que piensen. ¡Claro que no entiendes a Dios en su Magnitud! ¿Quién lo entiende? Pero sí entiendes Sus Caminos, porque para ti han sido revelados. Se ha corrido el velo para ti, para que tú los reveles a otros. Y, querida, para muchos estos diálogos contigo son de lo que más les ayuda. Les ayudan a tener confianza en Dios, que es de lo que se trata. Dirán que me paso el rato de la oración apuntando. ¿Y quién son ellos para ponerle puertas al campo? ¿Quiénes son ellos para ponerle puertas a Dios? ¡Ah, Marga! ¡Es que Yo disfruto contigo! ¿No lo ves? ¿No me ves feliz de tenerte aquí, y de poder hacer contigo lo que quiera? Déjate. Yo no me voy a aprovechar de ti. Yo, lo que voy a hacer, es hacerte crecer y crecer, hasta tu máxima santidad posible. ¿Puede ser eso malo para ti? Por eso Yo lo que hago es cogerte y soltarte. Si ahora te quiero conmigo, te cojo, y si ahora te quiero fuera de Mí, te arrojo. Te puede parecer que te arrojo, sí. Es lo que Yo llamo hacer mi Voluntad, es la noche oscura. Y no por eso estarías fuera de Dios, porque los santos permanecen en Dios. Pero sí te parecería que permaneces fuera de Mí, arrojado de mi Santuario, como una escoria. Es el camino que han pasado mis grandes santos. Y eso así, muy bien: pásalo con mi Madre y vuestra Madre. ¿Por qué a otros más fieles Yo no les di este Carisma, y a esta niña sí? ¿Y quién os dice que esta niña no me es fiel? Jesús, déjalo. No te canses defendiendo mi causa. No tiene sentido. Déjame a Mi valorar lo que tiene sentido o no. ¿Vosotros creéis que se puede perdurar en un Carisma, sin fidelidad? Los Carismas sin fidelidad se agotan, se cansan, no permanecen, desaparecen antes de tiempo. Esta niña ya no puede más de apuntar tanto, y Yo la sigo llamando. Y ella sigue diciendo sí. Jesús, por favor, no sigas, ¡me confundes! Pero no quiero que ellos anden confundidos en cuanto tu fidelidad. Jesús, vale ya. (Es que no puedo seguir, de la emoción. Ya empiezo a llorar, al ver tanto Amor)
La tensión que esta mujer se tiene que hacer a sí misma para continuar con sus escritos, en los que emocionantemente le llevo por las alturas, la cojo y la suelto, y tenga que estar como si nada, como lo más natural, como si de beber un vaso de agua se tratara, en medio de sus hermanos, tratada como uno más, e incluso por algunos despreciada por su poca apariencia, y por su poca apariencia de santidad. Como sigas más así, voy a pensar que no eres Tú. Ah… ¡no pretendas chantajear a Dios! ¿Crees acaso que así pararía…?320. Bueno, te dejo así, y vamos con lo serio. Para que no te enfades. Gracias, Jesús. (Sonríe. Menea la cabeza, como diciendo: “Genio y figura”) Jesús, pierdes tiempo conmigo. No me merezco que me dediques tanto tiempo. Y tu Libro está sin hacer. ¡Pero es que estoy Yo contento! Y lo quiero decir. Que estoy contento contigo. Gracias. ¡Sigue! Por favor. Bueno… porque tú me lo pides. (Bromea. Es porque Él lo quiere) En los caminos sedientos de Dios, amada, en esos que siguen tus contemporáneos, en esos por los que también caminas tú, polvorientos, horrendos como lo son los de los tiempos actuales, feos, donde la inmundicia ha hecho su entrada y se pega a vosotros, donde en vuestros zapatos se incrusta el lodo y hace que os pesen más, que sean más pesados, levantando con dificultad vuestros pies al andar, en esos caminos, también polvorientos, resecos, áridos, donde el polvo se os mete en las vías respiratorias, donde se os nubla el horizonte por la polvareda que levantan los carruajes, caminos de mentiras y de pecados, de inmundicia, en esos caminos, aparezco Yo y me hago el encontradizo. Aparezco contigo, estoy a tu lado. Y antes tú no me veías. Sin embargo estaba. Antes no me veías, y ahora sí. ¿Por qué? Porque Yo me he querido hacer el compañero de los hombres. ¿Cómo? A través de tus escritos. ¿Cómo?
Pues utilizándote a ti. Utilizando tus circunstancias de vida, tu idiosincrasia, tu forma de ser, tu historia. Cogiéndote a ti primero como libro donde podrán mirarse y leer. Una persona, cuyas circunstancias de vida hablan por sí mismas. Una persona que pudo dar mucho fruto, aunque todo se le puso en contra siempre, desde el inicio de su vida. Una persona controvertida, de la que sus contemporáneos “no saben qué pensar”: Por eso tu vida es y ha sido así, para tus contemporáneos, para que vean en ella tus contemporáneos. Y no has de renegar de ella, ni querer haber tenido otra. Esta me gusta, ésta es la que debes tener. Agradécenosla. Ridícula, a lo mejor, para algunos, sí, pero así la quiere Dios. Grata a su Dios. Es como un actor, que interpreta un papel para el resto. Interpretas tú también un papel mudo con tus actos, con tu tipo de vida. Y luego interpretas un papel escrito. Y otro hablado, con lo que Yo te digo para decir. Exposición del Santísimo. Jesús: ¡Marga! (Jesús es como un Enamorado Ardiente. Que siempre quiere estar con su amada. Que siempre la solicita, aunque ésta esté tranquila. Como lo estaba yo ahora, sin buscarle especialmente) La iniciativa siempre es Mía,321 aun cuando vosotras os sentís movidas, pensando que viene de vosotras. Siempre viene de Mí.
Soy Yo Quien os muevo. Deja de pensar en los otros, qué pensarán de verte siempre apuntando en las oraciones. Deja de pensar que tienes vergüenza, y abandónate en Mí. Yo no puedo vivir sin ti. Yo seré la que no puedo vivir sin Ti. Y Yo no puedo vivir sin tu presencia, porque me gusta que vengas largos ratos a estar con éste tu Jesús Sacramentado. Si me fallas tú, me faltaría algo de mi Cuerpo: la Iglesia. Me faltaría tu contribución a mi Cuerpo. Oíste este mediodía lo de “el cura Pepe”322, simpática alegoría. Y piensas que la realidad es mucho más hermosa. Oyéndolo, piensas que eso era antes, pero que ahora, tus diálogos Conmigo, los Míos con los tuyos si quieres…, son más hermosos todavía. Y los que aún os quedan por recibir. Y los que recibiréis en el cielo. Consagraos a María, para que Ella os presente como Eucaristía. María es el Sacerdote de la Nueva Alianza, el que ofrece al Nuevo Cordero Inmolado, el que está al pie del Altar del Calvario, ofreciendo a su Hijo en rescate por todos. Y junto con su Hijo, ofrecía a su Iglesia, a los miembros de Su Iglesia que, unidos a su Cuerpo Glorioso, serían inmolados en rescate por todos. ¿Cómo va a ser un holocausto en un Cuerpo Muerto, pero Resucitado? Porque ése es el Holocausto de la Eucaristía. En la Eucaristía estoy Yo Muerto y Resucitado, a la vez. Así estad vosotros. No es lo mismo que en el Calvario, porque ahí no había resucitado todavía. Aquí está mi Cuerpo también Glorioso. Pero sabes que para Dios no hay tiempo, y lo ve todo como en un acto: Pasión y Muerte-Resurrección, envío del Espíritu, para que pudierais comprender, Ascensión y Venida Gloriosa, todo en un Acto. Y vosotros los artífices, cristianos de todos los Tiempos, artífices conmigo de la Redención. Y ahora, esto nuestro, ¿qué tiene de especial? Es la inmolación que prepara la Segunda Venida.
Os ofrecéis en la Patena de María, como Corderos inmolados para el Sacrificio, hechos inmaculados con la Inmaculada. Pidiéndola que os purifique en las Entrañas de su Corazón. No es que ya hayáis terminado de ser purificados, con esta Consagración. Vais de camino a ello. Queréis serlo, y os habéis puesto en camino. La purificación de vuestras almas ha comenzado; muchos os habéis puesto en camino. Algunas almas terminarán de ser purificadas antes que otras, no todas sois iguales. Unas han comenzado antes su purificación. ¡Ah!, ¿es como una Consagración Eucarística? Sí, es un ofrecimiento eucarístico, en la patena de María, sacerdote de la Nueva Alianza. Ella me ofrece al Padre. Al igual que me ofrece al Padre, ofrece a mis hijos con Ella, al Padre. A los que han oído la Voz del Cordero, el Llamamiento del Cordero, y han querido asociarse a su labor, a su misión de quitar el pecado del mundo. La Víctima Pura no necesitaba purificación, sin embargo, ¡mira que sí la tuvo!, la tuvo en la Cruz. Fue desangrado, perdió toda su Sangre, fue molido a palos, para así su Carne ser más Tierna. ¿Por qué la Tortura así, si no hacía falta para que se cumplieran las Escrituras, que fuera tanto. Ni la Coronación de Espinas, ni los latigazos de la Flagelación Ni los clavos en las manos y en los pies? ¿Entonces? ¿Por qué tanto, en tanto exceso? (Eso debía pensar la Virgen, al vivir la Pasión.
Porque Ella conocía las Escrituras. Y aunque estaba predicha su Tortura, no estaba predicho tanto) Porque el Padre no se quiso escatimar nada. No quiso escatimar nada de su Hijo. (Parece que la Virgen decía: “¿Por qué tanto?” y era lícito pensar eso. Porque fue una exageración. Él nos podía haber redimido con menos) María, como Cordero inmolado para el Sacrificio, nos ofrece junto con Jesús, al Padre. Ella no puede hacer la ofrenda de algo impuro, por eso, cuando os ponéis en sus manos, os habéis puesto en unas manos de Madre que se encargarán, durante toda vuestra vida, de haceros más y más gratos a Dios Nuestro Señor. Y, así como lo estáis, completamente ofrecidos y puestos, voluntariamente, en sus manos, Ella podrá hacer. Meditad que le habéis dado el pleno derecho sobre vosotros y vuestras cosas. Ella puede cortar lo que deba cortar, añadir lo que deba añadir, extirpar con dolor lo que deba arrancar. Sin miedo, pues son manos de Madre, y nunca harán daño ni causará dolor, sino que siempre será redención y amor. Yo creía que nos purificabas Tú, Jesús.
Os purifica Ella. El sacerdote se encarga de presentar la ofrenda perfecta. Yo no fui a mi Suplicio sin su consentimiento. Aunque muchas de las cosas de mi suplicio el Padre se las veló para que no sufriera tanto, hasta que llegó Su Hora. Mi Hora es también Su Hora. Por eso, esta mi Segunda Venida es también la Suya. Yo no os he dejado desde la Primera, en la Eucaristía. Ella no os ha dejado tampoco. Es más, se ha encargado afanosamente de vuestra preparación, pues Yo se lo he encargado a Ella. Le he encargado que cuide de mis hijos como suyos, como si fueran otros Yo. ¡Y eso es lo que Ella hace!, siempre obediente. Le va la vida en esto, en que cada uno de mis hijos llegue al Cielo y se salve, tal y como Yo se lo he encargado. Fiel hacedora de su misión, de su encargo. Y, en preparación de mi Segunda Venida,
Ella viene como Precursora, y con Ella lleva a mis siervos, los Profetas. Ella hace una batida sobre la tierra, y os elige. Sois presentados al Padre por Ella, y el Padre da el visto bueno. Yo se lo he encargado. No es mera iniciativa Suya. Porta el encargo de su Hijo. Ella y los Profetas, preparan mi Segunda Venida. La Iglesia debe inmolarse como Sacrificio, debe colmar en su Cuerpo, lo que le falta a la Pasión de Cristo.323 ¿Es la Pasión de Cristo incompleta? No, pero quiso necesitar de su Iglesia, vosotros, para completarla. Y en espera de que todas esas Víctimas vengan a unirse Conmigo en mi Sacrificio, Yo retraso los Tiempos. Cuando hayan venido todas, quedará culminado el Tiempo. Vosotros venís ahora, como primicia de los que vendrán. ¿Llegará un momento que tu Pasión será completada? Sí. Entonces vendrá mi Manifestación Poderosa. Como una Resurrección. Resurrección de la Carne a una vida futura, inmortal. Ah. Todavía, durante el Reinado Eucarístico, no es la Resurrección. No. No lo es. Así como la Eucaristía es mi Cuerpo Glorioso, velado, así vosotros. Llegará un día que os haré partícipes de mi Resurrección, donde se correrá el velo de los cuerpos, y podréis ser glorificados conmigo. Todavía no habéis sido glorificados conmigo. Llevad el Camino de mi Cruz, para poder ser luego glorificados conmigo. Vuestro cuerpo sufre en la tierra. Y luego vuestra alma irá al Cielo, pero no se reunirá con vuestro cuerpo hasta la Resurrección.
Y esa teoría, Jesús, que dicen del “Arrebatamiento”. Y que luego viene a la tierra y se comportan en ella como cuerpos resucitados. Es falsa. Los 144.000 elegidos324 lo son de antes y de después. No lo son todos de una época y de un tiempo. No vendrán luego, resucitados, a la tierra. Pero resucitarán algunos cuerpos (En la 2ª Venida) Que Yo me llevaré conmigo en espera de la Resurrección final. En la Resurrección: el Cielo y la tierra han pasado. “Pero mis Palabras no pasarán”.325 En el Reinado Eucarístico, en la tierra, estamos a la espera, todavía, de la Resurrección. Cuando la Iglesia muera, vosotros moriréis con ella. Vuestro cuerpo habrá estado preparado para inmolarse conmigo en mi Sacrificio Perpetuo, y habrá estado preparado por La Madre, por mi Madre. Vuestra alma, junto con vuestro cuerpo, se presentará como Hostia Inmaculada. Eso es lo que venís a hacer hoy, el día de la Inmaculada. Ese sacrifico en potencia es entregado al Padre, por la Madre-el Sacerdote, como si fuera en acto. En espera de que llegue el día que lo realizaréis, y lo realizaréis como corderos inmaculados y santos, gracias a -por medio de- La Inmaculada-Santa, realizando lo que la humanidad estaba llamada a ser: sin mancha, sin pecado. Por el Rescate del Hijo, rescatada del Abismo.
Dando al Hijo el Placer, dando al Padre el Placer, y por medio del Espíritu Santo, de disfrutar de la humanidad tal y como había sido concebida “en el Principio”. Pero los cuerpos, entonces, ¿no estarán gloriosos en la tierra? No, la Gloria de los cuerpos, es para la Resurrección, y la Resurrección no es en la tierra. ¡Qué Misterios! (Entiendo que veo una mínima parte) Y así es. En el Reinado Eucarístico no es que paráis los hijos sin dolor, no es que sean anuladas las consecuencias del pecado original. Es que Resucitará la Iglesia. Es que no sentiréis en vuestros cuerpos la pesantez del pecado, como ahora. Es que se podrá decir: “¡Por fin Triunfó Cristo!”326 por medio de su Madre. Y será por medio de Su Madre, la que os prepara en la Patena de vuestro sufrimiento, en el Ara del Altar. La que, como tenéis ese privilegio, os hace conmigo Eucaristía. Hay ideas equivocadas conforme la Resurrección y el reinado Social. Pues dime si quieres, Jesús mío, que yo te las copio todas. Todas no. Reinado social: está condenado el Milenarismo por la Iglesia Pero “milenarismo” no es el Reinado Social. ¿No va toda la sociedad camino de que Cristo Reine? Cuando decís: “¡Que Cristo Reine!”, ¿a qué creéis que os referís? Os referís al Reinado Social, hijos, y mira cómo he obnubilado vuestra mente al alejaros de Mí. Tan obnubilados, que buscáis que prospere la Sociedad por medio de la Iglesia, y luego, a los que predican el Reinado Social -eso para lo que vosotros también estáis predicando cuando buscáis el bien social- les acusáis de “milenaristas”. ¿No sois vosotros, acaso, también milenaristas? ¿El Reinado de los 1.000 días? ¿Por qué Jesús tiene que acogerse a una fecha, a un número de días? Reinará lo que considere, lo que considere Su Padre Dios.
No Reinará visible en su Naturaleza Humana entre vosotros, tal y como estuvo su Naturaleza los 33 años sobre la tierra. Su Cuerpo ha sido Glorificado, y ha sido Eucaristizado. Su Cuerpo permanece aún Glorioso entre vosotros en la Eucaristía. Será un Reinado Social Eucarístico. Pero la Eucaristía tomará la forma del Corazón. ¿Y qué forma es ésa? ¡Ah! ¡Una forma Preciosa, Maravillosa! Que no podéis ahora imaginar. De su Presencia, Manarán Ríos de Agua Viva.327 Su Acción será irresistible a las almas. Las almas se alimentarán de Su Presencia. (Se alimentarán de Adoración al Santísimo) La Adoración Perpetua es el preludio de lo que será mi Reino Nuevo. Los Templos estarán abiertos al mundo, día y noche. No habrá ocaso en sus puertas. Las gentes no se cansarán de Adorarme, y vivirán de eso. Podrán no comer, pero no podrán no-adorarme, no podrán prescindir de Adorarme. En la mi Presencia eucaristizante, las almas serán transformadas, e incluso los cuerpos. Los cuerpos caminarán más en pos de la resurrección, en pos de conseguir un Cuerpo Glorioso como el Mío.
Nadie dudará de mi Presencia eucarística porque será materialmente visible para todos. Jesús, ¡qué pena no ver esto! (Sentía que nosotros, las víctimas, no estaríamos en este Reinado) ¿Pena? ¡Alegría, por haber sido de los artífices que me lo han conseguido para vuestros hermanos! Las víctimas que ahora os ofrecéis, en los días aciagos, las que sois quemadas en el holocausto, son las que conseguís el Reino futuro eucarístico para las gentes, para los pueblos, vuestros hermanos, las víctimas que completáis la Pasión de Cristo en vosotros, en favor de mi Descendencia, la Iglesia.328 Hay un número de ellas. Y deviene ya, en poco, a ser completado. ¿Y los 144.000 elegidos? Los 144.000 elegidos no significa el Resto de los salvados. El Resto, es otra cosa. Los 144.000 son los que enseñan el Camino a otros a lo largo de los siglos de la Iglesia, después de mi Pasión. Los 144.000 empezaron con mis Apóstoles, y siguieron por los demás que el Ángel marcó en su frente.329 Y aún espera por marcar, hasta completar el número.
No estoy entendiendo nada. Los Apóstoles de los Últimos Tiempos. ¿Tiene que ver con esto? Sí, y No. Apóstol es el marcado. Hoy en día todos quieren ser marcados y luchan por ello. De los 144.000 son los encargados de llevar a muchos a la Resurrección. Son los que enseñan a otros el camino. Entonces, somos Apóstoles de los Últimos Tiempos los que estamos en la Patena de María, los que somos presentados en Su Corazón, para este día de la Inmaculada. Mas no todos. Eso sí. Porque estamos en los Últimos Tiempos y habéis sido elegidos Apóstoles, “hijos de María”. Vosotros sois las víctimas que se ofrecerán con la Víctima, en el Holocausto de la humanidad. Sois los presentados con María para ese efecto. Sois por los que se viene a completar el número de los elegidos para ser víctimas con el Cordero. Luego es un Sacrificio de Holocausto. Es un Sacrificio Victimante de Eucaristía. Es un Sacrificio Eucarístico. Por vosotros tendrán vida. Por vosotros: que venga a vosotros mi Reino. No lo saben todavía. Pues se lo tienes que decir.
Virgen: Piensas que: ¡como te pillara todo esto con más juventud! Te acuerdas de ti hace unos años, al hacer Ejercicios, de tu fortaleza embarazada y con jaquecas, los partos, la crianza de los niños. Te alegras de haberte dedicado a ellos, dejando el trabajo. Piensas que ahora los ataques del Demonio son más fuertes, y vosotros más mayores. Te ves con menos fuerzas en el momento más duro. Te encuentras llamada ahora a una misión, que ojalá lo hubieras sido antes, cuando te encontrabas más joven, con más juventud y más garbo. Hasta tus movimientos se te hacen pesados, y piensas: “Parezco una ancianilla”. Te acuerdas de ti por los pasillos de esta casa, moviéndote con mucho más garbo. Y piensas cómo ahora, cuando la batalla se ha puesto más dura, hemos estado esperando a ahora, cuando sois más mayores. ¡Y más mayores serían entonces para esta hora vuestros antecesores! Y desde luego que tendría que tener lugar ahora. ¿Entonces? Entonces, hija, es que no confías en el Poder de Dios, que no se basa tanto en la fortaleza y juventud de sus guerreros, sino en la Fortaleza y Juventud de Él, de Su Espíritu. ¡Es Su Espíritu el que es Joven y Fuerte! No vosotros, no importa tanto vosotros. Buenas y Santas noches, hija. Yo te bendigo, en el Nombre del Padre, etc… (Ella sonríe) Confía en Mí. Confía más en Mí.
NOTAS:
320 Ríe.
321 Cfr. I Jn 4,10.
322 Una audición en el comedor.
323 Cfr. Col 1,24
324 Cfr. Ap 7,1-8; 3,12; 14,1ss; 22,4.
325 Cfr. Mt 24,35.
326 Se verá culminada Su Obra.
327 Cfr. Jn 7,37.
328 Cfr. Col 1,24.
329 Cfr. Ap 7,2-3; 3,12; 22,4; 14,1; Ez 9,4.
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