Jesús: ¡Hola, Marga! ¡Felicidades! No pienses que por quedarte en casa y por dedicarme a Mí este rato de oración larga todos los días, no estás trabajando. ¿Crees tú que los que salen afuera a trabajar, trabajan todos más que tú? Yo te digo que no. Oye las voces de los que hablan mientras “están trabajando”. (Unos jardineros, que estaban de charla y oía sus voces desde la ventana) Vete a la calle y mira los cafés que están llenos, a estas horas, de todos “los trabajadores”. ¿Y tienes que sufrir tú el desprecio de los que te dicen que “no trabajas”? No. Por lo menos tú no te lo lances contra ti misma. Tú no lo creas. Mírate a ti como trabajando por mi Reino. Trabajando para esta Hora. ¿Crees tú que toda tu labor callada y en silencio, por detrás, para remontarme esta Obra, no quedará sin recompensa? ¿Crees que una escritora vana, haciendo menos trabajo que tú, se cree a sí misma como no trabajando? Oh, no. Por menos las tienes como felices “trabajadoras”. Que se hacen valorar y se valoran a sí mismas como “mujeres trabajadoras”. Con todos sus derechos, que hacen cumplir hacia ellas a los demás. ¿Y tú? ¿piensas que has trabajado menos?
Marga: aquí estás. Y lo haces por Amor a Mí.
Yo te traigo mi Presencia y tú vienes, y tú respondes. Déjame descansar en ti como Yo quiero. Que quiero descargar en ti toda mi pena. Que necesito de mis discípulas, que me consuelen. Y tú has de llevar este mi Mensaje al mundo:
¡Oh, esclavos de mi Devoción! Esclavos, que donáis toda vuestra libertad al Creador. Esclavos, como “La Esclava”196, que estáis pendientes de las órdenes de su Señor. Que perdéis vuestra libertad, vuestro conducirse a vuestro antojo, vuestro orgullo. Y me lo dais a Mí. Os hacéis uno con la Eucaristía, Esclava de los hombres. Que a un grito viene a hacerse Hombre, y a una palabra de un hombre, se transustancia en el pan. Y obedece. Se hace esclavo de un hombre.197 Se hace esclavo de los hombres. Su Reino está en el servir.198 En el servir a los hombres. Dios lo levantó y le dio el Nombre sobre todo Nombre. Ante el cual toda rodilla se doble. En el Cielo, en la tierra y en el abismo.199 Al rebajarse. Al humillarse. Que se humilló a sí mismo hasta su muerte en la Cruz.200 No fue reconocido ante los hombres. Pero hoy, ante Él, toda rodilla se dobla. Por eso os digo, a quienes os humilláis: ¡Seréis ensalzados!201 Regocijaos en Dios, vuestro Salvador, porque Él os hará justicia frente al adversario.202 A los falsos humildes: Seréis abajados. Porque mi Corazón vomita vuestra arrogancia, que os creéis más listos que Dios, pretendiendo engañarle, engañando a los hombres. Ante Mí está vuestra soberbia y, encima de ésta, vuestra mentira con apariencia de santidad. Todo eso, hijos, os será arrebatado el día del juicio. La túnica blanca con que os cubrís vuestra negrura, os será quitada bruscamente y seréis presentados tal cual sois delante de los hombres, que se maravillarán de vuestra negrura e inmundicia, los que aparentabais candidez. Será mostrada vuestra alma tal cual es abiertamente a todos.
De vergüenza, moriréis eternamente, para la eternidad. Por eso ahora, los que me oís y queréis enmendaros, desproveeros de esa falsa túnica, para que Yo pueda lavar ese cuerpo destrozado por el pecado, por vuestro pecado, negro y sucio. ¡Venid a limpiaros! Para limpiaros, la primera condición es: despojaos de vuestra falsa túnica. Mirad que lo que los hombres piensen de vosotros, al fin y al cabo, se acaba pronto, en esta vida, y lo que sois dura eternamente. No. No. No hagáis sufrir a los santos para conservar vuestro estatus: no. Sed lo que sois. No hagáis daño a vuestro alrededor. Mirad que Yo permito que hagáis daño hasta cierto punto. Luego, en un segundo, todo puede volverse contra vosotros. Mirad si mentís, haciendo daño al otro para salvaguardaros vosotros ante los hombres. Mirad que quien os ve es Dios. Y ante Dios, la mentira os la echáis sobre vuestras espaldas, sobre vosotros mismos, acumulando más y más perversión en vuestra alma. Llegado un momento, esa alma no sabrá volverse a Mí y no será capaz de reconocerme, acostumbrada a vivir en la mentira. Odio a los soberbios que se encumbran sobre el débil.203 Que para encumbrarse necesitan pisar al débil. Caerá su emporio construido desde la mentira, la mentira de vida, caerá. Y vosotros, mis santos: esforzaos en siempre servir y en ser esclavos del Señor. Obedeced siempre a vuestro Dios. Sed sumisos a Él. Y obedientes. Sed esclavos con el Esclavo. El Esclavo es la Eucaristía. Es el Corazón hecho Hombre de Dios en la Eucaristía. Ésa es la esclavitud que Yo deseo. Sed Eucaristía.204 Se sacrifica y se humilla por vosotros. Muere por ti. Muere tú por él. Hazte eucaristía con Él. Da tu carne. Da tu sangre. Junto con Él. Al Nombre de Jesús, toda rodilla se doble en el Cielo, en la tierra y en el abismo.205
Dobla la rodilla ante Él. Humíllate ante Él. Sólo a él adorarás. Sólo a Él darás culto.206 Adorarás al Nombre sobre todo Nombre. Y pondré a tus enemigos como escabel de tus pies.207 Tú camina valerosa. Has de ver los prodigios de Dios. Por eso: ven, Adoradora de la Eucaristía, Adoradora del Sagrario. Ven. Que voy a encumbrarte. Tu poder sobre el mal. Levanta la mano, y los demonios caerán fulminados. No temas. Y ven. Ven: Esclava del Sagrario. Ven: Esclava de mi Devoción. Ven a servirme a Mí. Que Yo me levantaré, y te serviré a la mesa a ti, mi amiga, en quien puedo confiar. ¡Oh, Marga, ven...! ¿No notas cómo mis moradas se abren para ti? Ven. (Me abría su Corazón para que pasara. Me dice que todo el día esté en Él) Espera, espera, espera en el Señor, sé valiente, ten ánimo: espera en el Señor.208 ¡Oh, Jesús mío!, ¡te amo! Ven ya. ¡Ven ya a Reinar! Oh, impaciente. He dicho que ya vengo, vengo pronto, y no tardo.209 No tardo, niña, no tardo. Confía en Mí. Espera en Mí. Amén. Bendiciones para ti en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén. Camina todo el día como si me vieras, que estoy a tu lado y acompañándote en todo. Y cuando tengas que frenar al Demonio, lo frenas con mi Brazo. Levantando mi Brazo al levantar el tuyo. No lo olvides, hija, no lo olvides. Lástima tener que acabar la oración. Sí, pero tienes otras muchas cosas que hacer. ¡Camina! ¡Camina conmigo! Amén. Marga amada, nuestros diálogos harán mucho bien a mucha gente, pequeña mía, pequeña constructora de mi Devoción. Amén.
NOTAS:
196 Cfr. Lc 1,38.48.
197 El sacerdote.
198 Cfr. Mt 20,28.
199 Flp 2,9-10; Is 45,23.
200 Cfr. Flp 2,8.
201 Cfr. Lc 14,11; 18,14; Mt 23,12.
202 Cfr. Lc 18,3.
203 Cfr. Pr 8,13.
204 Benedicto XVI: “Ser Eucaristía. Que éste sea, precisamente, nuestro constante anhelo y compromiso, para que el ofrecimiento del cuerpo y la sangre del Señor que hacemos en el altar vaya acompañado del sacrificio de nuestra existencia.” (11-06-2009).
205 Cfr. Flp 2,10.
206 Cfr. Mt 4,10; Dt 6,13.
207 Cfr. Sal 110,1; Hch 2,35; Hb 1,13.
208 Cfr. Sal 27,14.
209 Cfr. Ap 22,12.22.
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