Papa Francisco presidiendo la Solemnidad del Corpus Christi 2017 en Roma / Crédito: Daniel Ibañez (ACI Prensa)
VATICANO, 18 Jun. 17 / 01:15 pm (
ACI).- En la homilía de la
Misa en el exterior de la Basílica de San Juan de Letrán, en Roma, por la Solemnidad del
Corpus Christi, el Papa Francisco aseguró que la Eucaristía es el “sacramento de la memoria que nos recuerda, de manera real y tangible, la historia del amor de Dios por nosotros”.
“En la solemnidad del
Corpus Christi aparece una y otra vez el tema de la memoria: ‘Recuerda todo el camino que el Señor, tu Dios, te ha hecho recorrer’. Nuestra historia personal de salvación se funda en el recuerdo de lo que el Señor ha hecho por nosotros”, dijo el Santo Padre.
En ese sentido, recalcó que “recordar es esencial para la fe, como el agua para una planta: así como una planta no puede permanecer con
vida y dar fruto sin ella, tampoco la fe si no se sacia de la memoria de lo que el Señor ha hecho por nosotros”.
“La memoria es importante, porque nos permite permanecer en el amor, recordar, es decir, llevar en el corazón, no olvidar que nos ama y que estamos llamados a amar”, agregó el Pontífice.
No obstante, afirmó que esta facultad que Dios ha dado se encuentra hoy “debilitada” debido al “frenesí en el que estamos inmersos”.
“Eliminando los recuerdos y viviendo al instante, se corre el peligro de permanecer en lo superficial, en la moda del momento, sin ir al fondo, sin esa dimensión que nos recuerda quiénes somos y de dónde venimos. Entonces la vida exterior se fragmenta y la interior se vuelve inerte”, advirtió.
Luego, el Santo Padre enfatizó que ante la debilidad humana “el Señor sale al encuentro con una fragilidad amorosa que es la Eucaristía”.
“En el Pan de vida, el Señor nos visita haciéndose alimento humilde que sana con amor nuestra memoria, enferma de frenesí. Porque la Eucaristía es el memorial del amor de Dios”, añadió.
Más adelante, dijo este sacramento “es nuestra fuerza, el apoyo para nuestro caminar. Por eso, nos hace tanto bien el memorial eucarístico: no es una memoria abstracta, fría o conceptual, sino la memoria viva y consoladora del amor de Dios”.
El Santo Padre indicó que la Eucaristía “sana las heridas del pasado y nos mitiga el recuerdo de las injusticias sufridas e infligidas; una memoria paciente, porque en medio de la adversidad sabemos que el Espíritu de Jesús permanece en nosotros”.
“La Eucaristía nos anima: incluso en el camino más accidentado no estamos solos, el Señor no se olvida de nosotros y cada vez que vamos a él nos conforta con amor”.
Finalmente, el Papa pidió que “viviendo la Eucaristía, adoremos y agradezcamos al Señor por este don supremo: memoria viva de su amor, que hace de nosotros un solo cuerpo y nos conduce a la unidad”.
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