Imagen referencial / Foto: Flickr Kate Hiscock (CC-BY-2.0)
MADRID, 05 Oct. 15 / 01:12 pm (ACI).- El abogado de la familia Lago-Ordóñez,
Sergio Campos, dijo que el equipo médico de Pediatría del Complejo Hospitalario
Universitario de Santiago de Compostela (CHUS), cambió de opinión y retirará la
alimentación artificial que mantiene viva a Andrea, una niña de 12 años con una
enfermedad degenerativa, dejándole solo “una mínima hidratación”. Esto provocará
su muerte en “dos, cuatro, ocho o 38 días”.
Andrea padece una enfermedad degenerativa irreversible y sus padres Antonio
Lago y Estela Ordóñez pidieron que se le retire la alimentación artificial, algo que
fue rechazado en principio por los médicos tratantes. Sin embargo, informó el
abogado, los médicos han cambiado de postura y solo se le mantendrá "una
mínima hidratación" para que los fármacos hagan efecto.
Según la agencia EFE, Campos dijo que desde el momento en que se retire la
alimentación, el tiempo de vida que le quede a la niña "pueden ser dos, cuatro,
ocho o 38 días". Pero para el abogado, Andrea tendrá una muerte "dulce, un poco
más fácil que la vida que ha tenido".
Este caso ha conmovido España y desde la Iglesia se hizo el llamado a respetar
la dignidad humana de la menor.
Días atrás, el Obispo de Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig Plá, recordó
el documento de Benedicto XVI de 2007 en el que responde algunas preguntas
de la Conferencia Episcopal Estadounidense sobre la alimentación e hidratación
artificiales.
En el texto, el entonces Pontífice señaló que la alimentación y la hidratación artificiales
no pueden ser interrumpidas a una persona porque son “un medio ordinario y
proporcionado para la conservación de la vida”. “Por lo tanto es obligatorio en la
medida y mientras se demuestre que cumple su propia finalidad, que consiste en
procurar la hidratación y la nutrición del paciente”, indica el texto.
“De ese modo –afirmó Benedicto XVI- se evita el sufrimiento y la muerte derivados
de la inanición y la deshidratación”.
En aquella ocasión, los obispos también preguntaron si se pueden interrumpir la
nutrición y la hidratación artificiales a un paciente en “estado vegetativo permanente”,
cuando “los médicos competentes juzgan con certeza moral que el paciente jamás
recuperará la consciencia”.
Ante esto, Benedicto XVI respondió que esto no se puede interrumpir porque
“un paciente en ‘estado vegetativo permanente’ es una persona, con su dignidad
humana fundamental, por lo cual se le deben los cuidados ordinarios y proporcionados
que incluyen, en principio, la suministración de agua y alimentos, incluso por vías
artificiales”.
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