El papa Francisco pidió hoy a los peregrinos y fieles una oración en silencio durante El Ángelus por los inmigrantes muertos en la travesía para alcanzar Italia, que son: "Hermanos y hermanas nuestros, hombres, mujeres y niños, empujados por la sed, el hambre y el cansancio".
El papa Francisco improvisó estas palabras sobre los inmigrantes que se ponen en marcha "para alcanzar unas condiciones de vida mejores"
"Esta tarde iré al cementerio del Verano y celebraré misa por los difuntos, rezaré por las víctimas de violencia y por cristianos perseguidos. [Rezaré] en modo especial por todos aquellos hermanos y hermanas nuestros atacados por la sed, el hambre y el cansancio en el camino para llegar a una condición de vida mejor", dijo.
"En estos días -comentó- hemos visto las imágenes crueles del desierto"
El obispo de Roma rezó el Ángelus desde la ventana del apartamento de los Palacios Apostólicos del Vaticano ante una muchedumbre que se congregó en la Plaza de San Pedro en el Día de Todos los Santos.
Los santos no son superhombres, ni nacieron perfectos. Son personas que antes de llegar a la gloria del cielo han vivido una vida normal, con alegrías y tristezas, con sus luchas y esperanzas, refirió.
"Pero cuando conocen el amor de Dios, lo han seguido con todo su corazón, sin condiciones ni hipocresías, han dedicado la vida al servicio de los demás, han soportado el sufrimiento y la adversidad sin odio y respondido al mal con el bien, difundido la alegría y la paz", mantuvo.
Para el papa argentino, los santos son hombres y mujeres que tienen alegría en su corazón y lo transmiten a los demás.
Y aseguró: "Ser santo no es un privilegio de unos pocos, pero es una vocación para todos".
Anunció que esta tarde acudirá al cementerio del Verano de Roma, donde rezará especialmente por los cristianos que han perdido la vida a causa de las persecuciones.
El Papa Francisco saludó cordialmente a los numerosos fieles romanos y peregrinos presentes en la Plaza de San Pedro, en particular a las familias, grupos parroquiales y asociaciones. Así como a los participantes en la «Carrera de los Santos», que también este año, coincidiendo con la solemnidad de Todos los Santos, tuvo su meta final en la Plaza de San Pedro, para rezar con el Santo Padre, escuchar sus palabras y recibir su bendición:
Dirijo un caluroso saludo a cuantos han participado esta mañana en la ‘Carrera de los Santos', organizada por la Fundación ‘Don Bosco en el mundo'. San Pablo diría que toda la vida es una ‘carrera' para conquistar el premio de la santidad: ¡ustedes nos dan un buen ejemplo!
Esta sexta edición, de la iniciativa promovida por la Fundación Don Bosco en el Mundo, para sostener cada año un proyecto solidario, contó con unos seis mil participantes, de 31 países. Este año, con el lema «Una ayuda para los confines del mundo», se propone ayudar un proyecto misionero en las Islas Salomón. Con la creación de un puesto móvil de asistencia sanitaria y de formación de personal sanitario para combatir enfermedades como el VIH - virus de inmunodeficiencia - la malaria, la tuberculosis y especialmente la Bakwa, que es una grave infección fúngica cutánea, difundida en las islas más remotas del archipiélago, las Shortlands.
Con su nombre y con la fecha elegida - 1 de noviembre, solemnidad de Todos los Santos - esta carrera anhela impulsar y afianzar el significado de la fiesta y devoción popular a Todos los Santos. Poner en primer plano una emergencia de ayuda humanitaria para organizar acciones concretas de solidaridad activa. Y proponer los valores del deporte según la tradición educativa salesiana.
En las pasadas ediciones, se recogieron fondos para las ‘Obras Mamá Margarita' de Lubumbashi, en el Congo. Para sostener un proyecto misionero en favor de los niños soldado de Sri Lanka. Ayudas para Pakistán y Haití, donde después de una primera fase de abastecimiento para las necesidades inmediatas de supervivencia - gracias a la entrega de alimentos, como harina y aceite, lentejas, azúcar, té y medicinas, el proyecto se propuso ayudar a las familias damnificadas por el trágico terremoto a volver a contar con un techo y a reanudar las actividades que tuvieron que abandonar. El año pasado, se ayudó el proyecto de una casa de acogida para chicos y chicas de la calle, en Porto Alegre, Brasil. (RD/RV/Agencias)
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