MENSAJE DE JESUS - Pedro ¿Me amas?

Canal: Starr – 18/4/2012

Tu voz Padre llega hacia mí y también siento dentro de mi ser la voz del Amado Maestro que se eleva por el tiempo e inunda todo mi ser. Eres Tu amado Maestro nuestro quién una vez más se hace presencia cercana en nosotros tus hermanos, aquí estamos dispuestos a oír lo que tu corazón de divino redentor desea transmitirnos en esta tardeya noche.

Amado Pedro ¿Me amas?

Pedro hermano mío ¿Me amas?

¿Me amas Pedro servidor del Altísimo?

Otra vez mi voz pregunta lo mismo que hace tiempo pregunte a tu ser, y te preguntas en este momento ¿Por qué Maestro otra vez me interrogas?

Dentro de ti siento, tú sabes que te amo Maestro.

Hermano mío así como vuestro corazón marca el pulso de vuestra vida, así como vuestra sangre late al ritmo de vuestro corazón de la misma manera yo vuestro Maestro tomo el pulso del alma de mis servidores.

Son palabras que os interrogan, no son meras palabras, sino es la palabra ¿Me amas?

Al hacer esta pregunta deseo que miréis en lo profundo de vuestro corazón y respondáis con total claridad.

Pues hermano mío muchas veces me has preguntado ¿Cómo puede ser que alguien que ha estado tan cercano a Ti Jesús, que ha estado tan alto en las esferas el plano divino pueda caer tan bajo?

Y la respuesta es simple, no fue sincera su respuesta a mi pregunta ¿Me amas?

Realmente profesas el amor como os he mostrado y enseñado, un amor capaz de dar la vida por el ser amado, un amor capaz de amar hasta el extremo, sin miramientos como el de vuestro Dios.

¿Realmente me amáis?

Muchos han respondidos, pero Maestro hemos dejado todo y te hemos seguido,

Todo lo que teníamos lo hemos abandonado por ti por la justa causa del reino de Dios,

No hemos recibido nada a cambio, al contrario, han abusado de mí con frecuencia,

Me han recriminado por tu causa por defender el plan de Dios y aun espero mas reproches, te he sido fiel y estoy dispuesto a sufrir hasta el fin, Y sin embargo tu Señor sabiendo todo esto me interrogas, si te amo.

Hermano mío hoy traigo ante ti una verdad muy grande, una verdad que tal vez explique en tu interior las grandes luchas que en el plano espiritual también se libran.

Hermano mío reconozco Yo tu Maestro que muchos de mis hermanos, muchos de los hijos de Dios han hecho grandes sacrificios, han sufrido prisión por defender mi verdad que es la verdad de vuestro Padre, incluso muchos de ellos han ofrendado sus vidas entregados su cuerpo a las fieras o a la hoguera murieron proclamando que me amaban, pero no les sirvió de nada, pues el amor debe ser el mismo amor que Yo os he demostrado, muriendo gritando que me amaban pero dentro no tenían amor, solo se amaron a si mismos durante toda su vida terrena.

Hoy vuestro Maestro a cada uno de vosotros os interroga nuevamente ¿Me amáis?

Si me amáis verdaderamente no precisáis de ser grandes lectores ni ser grandes sabios ni con una inteligencia superior a la de vuestros hermanos, no, precisáis un alma que lata al pulso de mi amor en esa alma os reconozco como mis hermanos.

El hombre no es solo corazón, el hombre no es solo cuerpo, el hombre posee en su cerebro toda la gracia de Dios, por eso vuestra cabeza es la conexión directa con vuestro Señor. Muchos os afanáis con el alma, voy a sanar mi alma, voy a limpiar mi corazón, pero se olvidan de su mente, de su cerebro que debe ser consagrado y santificado, es necesario que con detenimiento y pasión leáis y estudies mi Palabra la del libro sagrado y mis mensajes, es necesario que cada uno de vosotros os convirtáis en escribas bien instruidos del cielo de vuestro Señor. Si cada uno de vosotros purificara su mente, su cerebro y estuviera en verdadera conexión con el creador, en verdad te digo, hermano mío que el mundo se tapizaría con mis mensajes, con mis palabras, cada hombre, cada mujer, cada anciano y cada niño sería un canal abierto a Dios, capaz de transmitir mi Palabra.

Hermano mío. Pedro convivió conmigo durante tres años cada día y cada noche pasamos juntos, Pedro junto a Juan, también vieron en el Tabor fueron testigos de mi gloria, les enseñé particularmente y me uní a ellos en unión perfecta y sin embargo al momento de testificar dieron marcha atrás, por eso os pido quedaos quietos un instante, dejad todo lo que estáis haciendo, limpiad vuestra mente y vuestro corazón y respondedme ¿Me amáis?

Yo Soy vuestro Maestro y Señor, soy mejor que cualquier libro, mejor que todos los estudios y hoy vengo a preguntaros a todos. ¿Sentís un amor cálido por Mí?

Mi corazón arde de deseos de que seáis maestros diligentes que estéis llenos de ese amor verdadero por vuestro maestro, pues si ustedes mismos no están llenos de Mi, ¿como podéis mostrar a los demás cuanto os amo?

Por eso hermano mío porqué muchas veces os traiciona vuestro propio corazón haciendo que quede de lado todo lo que habéis hecho por Mi, haciendo que por tan solo un instante de deseo personal, de ego personal se eche por tierra lo que habéis construido, es por eso que os interrogo, como interrogué a Pedro mi discípulo, se que tu hermano mío haces como el, eres pescador que retiras las redes colmadas de peces y los instruyes uno a uno para que sean mis amados hermanos, para que en ellos se avive la llama del amor, pero hermano mío ten presente que todas estas cosas pueden no ser prueba de que me amáis. Si vuestro amor no es cada día y todos los días de vuestra vida como mi amor.

Maestras y maestros han llevado mi Palabra, han hecho discípulos, han enseñado el rostro amable de Dios, pero no pudieron responder todos los días de su vida con lealtad a mi pregunta ¿Me amáis? ¿Verdaderamente me amáis?

Aquí tienes tu respuesta hermano mío, sobre como puede ser que un maestro que ha estado en el seno de Dios que ha visto la gloria de Dios ahora sea un ciego mas que camina errante por la vida, no se puede amar a dos señores, sino a uno solo y cuando respondéis a vuestros deseos personales, cuando respondéis a vuestras mezquindades aunque tan solo sea un segundo no me estáis amando, aunque hayáis entregado toda vuestra fortuna poca o mucha, aunque sufráis la cárcel y la persecución aunque dediquéis vuestra vida a mi servicio si no podéis responder cada instante de vuestra existencia con profundo ardor y amor a mi pregunta entonces no me amáis en absoluto.

Hoy como vuestro Maestro elevo mi oración al Padre e invocando el poder de su Espíritu para que vosotros sintáis su poder a todos los que habéis sido llamados a contender ardientemente por la fe a todos los que estáis combatiendo contra los enemigos del Rey de Reyes defendiendo la verdad de Dios como si fuera vuestra propia vida.

Hoy suplico a mi Padre rogando por vosotros para que seáis buenos soldados del ejército celestial, precisa vuestro Dios de que seáis siempre fieles,

Padre amado te ruego por ellos tus hijos para que puedan sentir en su ser el ardor de tu fuerza y de tu amor que todo lo puede y que todo lo traspasa.

Te ruego por los que hoy en la tierra te sirven apártalos del mundo que los acosa, apártalos del poder del enemigo que desea verlos tambalear en su fe y en su entrega.

Yo pasé por el mundo como hombre y sé lo que dentro de su ser se mueve, hoy como tu hijo me inclino suplicante hacia Ti para que dentro de su ser siempre reine su fortaleza que es la tuya, para que tu Santo Espíritu los cubra con su sombra y los proteja bajo el techo divino de tu amor de manera que puedan amar con tu mismo amor, sentir con tus mismos sentimientos, luchar con tu misma fuerza y entregarse generosamente con tu misma entrega de manera tal que siempre puedan responder fielmente,

Amado Dios tu sabes que te amo, dales a gustar de lo que es bueno, justo y recto y que puedan gozar siempre de tu divino consuelo en las horas de dolor.

Así sea