Imagen referencial. Foto: Eduardo Berdejo / ACI Prensa.
VATICANO, 19 Jun. 15 / 09:35 pm (
ACI/EWTN Noticias).- El Papa Francisco afirmó hoy en Roma que uno no puede anunciar la Palabra de Dios si antes no la ha vivido. “Para poder anunciar la palabra de verdad, hemos tenido que hacer nosotros mismos la experiencia de la Palabra: haberla escuchado, contemplado, casi tocado con nuestras manos”.
Así lo indicó en el discurso que entregó a los miembros de la Federación Bíblica Católica (FEBIC), que desde hace poco tienen como nuevo presidente al Cardenal Luis Antonio Tagle, Arzobispo de Manila (Filipinas).
En la audiencia, el Santo Padre habló de la necesidad de anunciar esta Palabra y de ayudar a que la gente se encuentre con Cristo. ¿Cómo hacerlo? Tomando la Palabra y venerándola, leyéndola, escuchándola, anunciándola, predicándola, estudiándola y difundiéndola. Por eso invitó a que exista “una preocupación real por el encuentro personal con Cristo que se comunica con nosotros en su Palabra”.
El encuentro fue organizado con motivo de la décima asamblea plenaria dedicada al tema “Lo que hemos visto y oído, os lo anunciamos también a vosotros” y al cumplirse 50 años de la promulgación de la Constitución dogmática sobre la Divina Revelación
Dei Verbum.
El Papa aprovechó la ocasión para dar algunas indicaciones sobre cómo los cristianos pueden acercarse a la Palabra.
Ellos son “el pueblo adquirido por Dios para anunciar sus alabanza” y “deben en primer lugar, como sugiere Dei Verbum, venerar, leer, escuchar, anunciar, predicar, estudiar y difundir la Palabra de Dios”.
Así, “la
Iglesia, que proclama la Palabra cada día, recibiendo de ella su alimento e inspiración, se hace beneficiaria y testigo excelente de la eficacia y la potencia inherentes a la misma Palabra de Dios”.
Sin embargo, “no somos nosotros, ni nuestros esfuerzos, sino el Espíritu Santo, que actúa a través de los que se dedican a la pastoral y hace lo mismo en los que les escuchan, predisponiendo unos y otros a la escucha de la Palabra anunciada y a la acogida del mensaje de
vida”.
En el discurso, el Papa también reconoce que aún hay lugares en el mundo donde la Palabra nunca ha sido proclamada o en los que hoy día no es aceptada “como Palabra de salvación”.
En estos sitios “hay lugares donde la Palabra de Dios se vacía de su autoridad”.
“La falta del apoyo y de la fuerza de la Palabra lleva a un debilitamiento de las comunidades cristianas de antigua tradición y dificulta el crecimiento espiritual y el fervor misionero de las Iglesias jóvenes”, explicó Francisco.
Ante esta realidad, “el mensaje corre el riesgo de perder su frescura y no tener el aroma del Evangelio”.
Por lo tanto, “sigue siendo válida la invitación a un fuerte esfuerzo pastoral para que emerja el lugar central de la Palabra de Dios en la vida de la Iglesia, favoreciendo la animación bíblica de toda la pastoral”.
“Debemos asegurarnos de que en las actividades habituales de todas las comunidades cristianas, en las parroquias, en las asociaciones y en los movimientos, haya una preocupación real por el encuentro personal con Cristo que se comunica con nosotros en su Palabra, porque, como enseña San Jerónimo, 'el desconocimiento de las Escrituras es desconocimiento de Cristo’”.
Por último, el Papa destacó que precisamente la misión de los “servidores de la Palabra”, es decir, obispos, sacerdotes, religiosos y laicos, es “promover y facilitar este encuentro, que despierta la fe y transforma la vida; por eso rezo, en nombre de toda la Iglesia, para que cumpláis vuestro mandato: hacer que 'la palabra del Señor siga propagándose y adquiriendo gloria'' hasta el día de Jesucristo'”.
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