13-02-2015
(Aniversario de mi Boda)
Jesús: (Estaba en el ordenador, corrigiendo el tercer
libro, cuando me llamó) ¡Hija mía! ¡Ven! (Irresistible e inconfundible impulso
de Amor. Es como un arrebato interno que te viene de fuera. Como si Otro te
estirara hacia sí, con una cuerda, el alma. Es el Espíritu el que te estira. El
impulso no es tuyo) Amada hija, los demás también me buscan, como tú. Quiero
que tu encuentro Conmigo sirva para que los demás puedan encontrarme. Tú me
quieres encontrar. Recorres los mismos pasos que recorren todos, ni más ni menos,
por tener esto. Ni más ni menos. Pero en el momento que me encuentras, ahí Yo
me derramo en Profusión para que los demás reciban. Y lo que muestro es mi
Corazón. Cuando estás fuera de este Don te parece que nada sabes de Mí. Soy Yo
el que te doy ese Conocimiento mío. Quiero que tú experimentes, fuera de Mí, lo
que eres tú sola, para que lo tengas bien diferenciado de cuando te muevo Yo.
(Por eso estoy tan vacía fuera de la oración y experimento
esta nulidad) Tú sola, te encuentras incapaz de explicar nada. Conmigo, nadas
(nadarás) en la elocuencia. Tú sola, pobre, hasta sin poder dar un mendrugo de
pan a tus hijos. Conmigo, rica y llena de riquezas para repartir. Tú sola,
invadida por la tristeza de una vida humana sin proyección de futuro. Conmigo,
encontrándole un sentido y una alegría a todo. Tú sola, sin idea de cómo hay
que hacer este Libro y a dónde quiero llegar. Conmigo, repleta de mis Gracias,
andando el Camino sin preocuparse y dejando que fluya el Espíritu en ti y que
hable el Espíritu. Querida, quiero que tú seas un cable transmisor… (Me veía
como tomando contacto con mi mano de la corriente del Cielo, para transmitirla
a la tierra) … de todas mis Gracias para el mundo. ¿Todas? Las que Yo
quiero regalar a través de ti. Querida, no te tienes que preocupar de cómo Yo
lograré triunfar en ti y sobre tus Enemigos. Marga, mañana es nuestro día370.
Que no te importe nada más. Nada más que Yo, en mi Gran Misericordia, estoy
Enamorado de ti. Pensando en eso, que se te borre el resto. Querida, no estoy
Enamorado de ti como para hacerte un favor y porque me da pena de tu pequeñez y
necesidad. ¡No, no…! ¡No es eso! ¡No es así! Estoy Enamorado como el que más.
Querida, tus virtudes enganchan, tienen el poder de mover
los corazones, pero no es por eso tampoco que me atraes a Mí: Yo Soy Dios. Tus
dones pueden resultar pesados a los ojos de los hombres. El amor humano se
cansa hasta de eso: de los dones y de la virtud. Tampoco eres tan mala que
necesites de Mí tanto como un Sanador, aunque te sane en tu interior. Entonces,
¿qué Soy Yo? ¿Quién Soy, y qué tipo de Enamorado Soy? ¿Por qué te quiero? Es que Yo amo a las criaturas por ser criaturas y Yo Ser
Dios.371 Es que mi Amor no necesita de un por qué, no necesita un motivo. Amo.
Y Soy Amor. Soy Amor Único, Exclusivo. Por eso os pido lo mismo a vosotros. Mi
relación con el alma humana no puede ser otra que la exclusividad, porque mi
Alma se entrega a vosotros en Exclusividad. El amor humano, hombre y mujer en
matrimonio, busca ser eso, ese reflejo. Ésa es una imagen. La imagen que más se
puede asemejar.372 Mas veis en vuestra andadura que no llega, que falla, que no
es exclusivo, que siempre es infiel. Quisiera que, por tu medio, se conociera
tanto que Dios os pide en matrimonio exclusivamente, que todas vuestras
relaciones se volvieran fieles. Viviendo vuestro matrimonio Conmigo,
conseguiríais hacer ciertos todos vuestros amores. Y os voy a decir por qué.
Porque cuando uno ha tomado contacto con el Amor y ha conocido al Amor, no
puede más que amar. ¡No le sale otra cosa! No cabe rencor, no cabe odio, no
cabe pecado, porque ofende al Amado que te Ama. Él te enseña a Amar. Venid a Mí
para saber Amar. ¡Ah, hija…! ¡Estáis inquietos siempre! Eso es porque no habéis
estado Conmigo. Porque aunque decís que estáis y algunos hasta dais
conferencias maravillosas sobre eso, y escribís libros preciosos sobre vuestra
conversión, no os habéis convertido realmente a Mí.
Lo que muchos narráis, muchas veces, es el momento en el que
recibisteis mi Gracia “tumbativa”, pues si estáis muy alejados, no hay otra
manera, pero no narráis que en vuestro corazón todavía no reino Yo. Es
peligroso a veces tener gran éxito como conferenciante narrando tu
“conversión”, porque se te olvida que aún estás en proceso de convertirte. Y
cuando narras tus pecados, aunque llores, lo haces complacido en el efecto que
van a tener en los demás, al verte como “gran pecador” que eras, “gran
pecadora”, anteriormente. Hijo, mira esa etapa como pasada, si realmente
pasó en ti. Si te congratulas con ella, es porque realmente todavía existe.
¡Cuidado! Cuidado con esto. Ahora está muy de moda, por eso te hablo y te lo
digo a ti, para que ayudes al resto. Está de moda en la Iglesia española, sí,
porque se compone de grandes pecadores, a los que Yo amo en profusión y quiero
sacar de su pozo.
Querida, cuando
tú narres tu conversión, querida, nunca te regodees en tu pecado. Tenle horror.
Habla sólo de mi Amor. Y di que hasta un mínimo pecado venial para vosotros,
para Mí, lacera tanto mi Corazón de Enamorado como un mortal. No hagáis
distinción en los pecados. No pequéis.
Jesús mío: Original, eres un rato con estos Mensajes que
me das.
Un Original, para una hija original.
Jesús mío: sólo encuentro que me entiendes Tú.
¡Es que sólo te entiendo Yo!
370 Es “el día de los enamorados”.
371 También dijo a la vez: “Yo Soy Yo”.
372 Al Mío.
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09-03-2010
Virgen: ¡Amada
Marga! No te aflijas. Estás bajo mi servicio. Me sirves bien. No te aflijas,
hija mía, no te aflijas. ¿Situación de comodidad?, ¿la tuya? No, no, hija mía,
no. Eres profeta. Los profetas nunca están en una situación de comodidad. Sigue
avanzando. Estás en medio del fuego enemigo, pero sigue avanzando bien
parapetada. Coge mi Coraza, envuélvete en mi Manto. Ponte el yelmo
de la Paz, embraza el escudo de la Fe,251 y ármate del valor de los Ángeles. No vas sola, hija, no vas sola. Aunque te parezca que sí…
No vas sola. Te rodea la multitud de lo Ángeles y Santos que luchan contigo. No
estéis como ingenuos, pensando que esta lucha es sólo contra los poderes de la
carne: lo es contra los poderes del Demonio y del Mundo.252 Estos se han hecho aún más poderosos que la
concupiscencia de vuestra carne lo es con vuestra alma. No vayáis nunca a
la batalla sin haberos preparado antes, sin haberos entrenado antes. Sois como
un Ejército que Yo envío. Entonces, antes de ir, tiene que venir a Mí para
recibir las órdenes. Yo no envío jamás a nadie en esta lucha que no haya sido
preparado por Mí con esmero antes. Corre un riesgo muy alto de perecer en el
primer embate. A los que envío, preparo antes con esmero. Les hago prosperar
con la Gracia, los purifico, les enseño. Y luego les envío. No antes. Podrían
perecer. Tan fiera es la batalla y tan poderoso el Enemigo. ¡Pero Poderoso es
Dios! Que es el Baluarte en quien confío y debéis confiar. Poderoso es Dios. El
Poder es de Dios. ¡Mensajero que porta la Palabra de Dios! ¡Ve a la feroz
batalla, y diles!: ¡Convertíos!
Ofrecedme el sacrificio de vuestras blancas vidas, que Yo
sabré tomarlo y aplicarlo por vuestros hermanos. ¡Perseverad! No tengáis miedo.
Perseverad en medio de la lucha, siempre con corazón ardiente. Y avanzad.
Avanzad en la santidad. No os conforméis con resistir: avanzad. ¿Qué
es la santidad? Santidad es hacer a cada momento lo que debes hacer. Como
éste era el momento de la oración y ahora viene el momento de hacer la comida.
Con pureza de intención. Con amor hacia Mí, hacia Dios y a los hermanos. Con
detalles de pulcritud a la hora de hacer todo. De perfección y de constancia.
Con la sonrisa en la boca y el ánimo siempre alegre. Esforzándose por animar y
alentar al Resto, por hacerles la vida agradable, por servirles. Esa es la
Santidad. Y ahora, vete a tus otras ocupaciones: en el Nombre del Padre, del
Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
251
Cfr. Ef 6,10-20.
252
Cfr. Rm 5,12ss.
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05-06-2002
Jesús: Sí,
hija, los hombres no podéis plasmar nunca las Palabras exactas de Dios, pues
son Palabras con tanta enjundia, con tal unción, que no alcanzan vuestros
registros humanos a traducirlas. Me encantaría, Señor, poder plasmar fielmente
todo lo que tú dices para que, al transmitirlo no lo tergiverse. No te
preocupes, no es por el idioma que se tergiversan mis Palabras: es por la
intención de los corazones. Una Palabra dicha por Dios y transmitida con
fidelidad por sus traductores,502 tiene tal fuerza en el alma pura, que le hace
poder alcanzar las cimas del Amor. Yo, por mi Espíritu, le infundo Vida503 para
que la comunique a los hombres de buena voluntad. Mi Corazón arde en Deseos de
comunicarse contigo, no le cierres tu amor. No por ti misma, que no eres nada,
es porque mi Corazón no puede contener esta ansia expansiva de Amor y viene a
explotar en mis más pequeños, en todos aquellos que me sepan comprender. ¡Venid a Mí! Venid a Mí como al principio, con más fuerza,
con más amor... como si nunca me hubierais abandonado. Como si siempre hubiera
sido Yo tu Dios y tú mi criatura. Como si tú a Mí, si Yo a ti, me hubieras
amado y te hubiera amado siempre correspondido, como el Esposo fiel ama y es
correspondido por la esposa de sus entrañas.
¿Qué
es el matrimonio con Dios? Hijos,
no alcanzáis todavía a comprenderlo.504 La unión mística a la que estáis todos
llamados y para la que Yo os he creado, y que no deseo que nadie se sustraiga a
ella. ¿Qué es? Mira
cómo Yo en algunas almas os doy la primicia de lo que será. Manifestación de
Dios a sus profetas que cada vez más y cada vez más ha ido viniendo hasta
manifestarse del todo en los últimos tiempos, en los albores de la Nueva
Creación. Creación en la que toda alma alabará a su Creador y se encontrará
unida a El con esta Gracia del desposorio espiritual. ¡Qué dicha, qué dicha sin
par!, no te la imaginas: Imagina a todo el mundo amando a tu Dios y tu Dios
unido a ellos para la eternidad con Lazos de Unión, con Lazos de Amor.505
¡Oh qué Jesús más Jesús!, ¡no te vayas!, ¿por qué no te puedo sentir siempre
así?
No estás todavía en la Nueva Creación. Acoge, acoge a todos, buenos y malos,
acógelos, porque Yo he querido que tú seas un reflejo de mi Corazón, y en mi
Corazón tienen cabida todos, consuelo a todos, acojo a todos: a buenos y a
malos. ¿Cómo, qué posibilidades de redención tendrían los malos entonces si no
les acojo? Acoge a todos. No juzguéis y no seréis juzgados.506 Puede haber
muchas razones, incluso materiales, por las que tiendo un lazo de unión a mis
almas, amarradlo vosotros, y una vez aquí, descubriréis la verdadera razón, que
es la espiritual: es mi anhelo y el suyo de encontrarlos y encontrarme.
¿Entiendes? Sí, mi Amor. Sí, hija: recógelos a todos. Son mis últimas almas
salvadas del desastre. Sí, hija, es como lo ves y lo sientes: Es un naufragio
de un barco y que Yo, en el agua, llevo a la barca de salvamento, una a una, a
las almas que cayeron y aún están vivas. ¿Lo entiendes? Sí, Amor mío.
¡Querida!, te digo más “lo entiendes” para que tú me digas así: “sí, mi Amor”,
“sí, mi Amor”...507
NOTAS:
500 Entonces su Corazón estaba fuera de su Pecho para mí, para los hombres, y
yo lo cogí y me lo introduje en el mío, quedando mi pequeño y sucio corazón a
un lado. Pero El me invitó a coger mi corazón y a arrojarlo en el Suyo para que
se destruya allí y sólo reine El, y sólo ame con su Corazón dentro de mi
cuerpo, el mío haya desaparecido aniquilado por el ímpetu, la fuerza de Amor
del Suyo
501 Cómo le cuesta a Jesús despedirse de mí, me ama como a su esposa. Si debe
ausentarse de su intimidad lo hace, pero El la añora, aunque haga otras cosas
estando unida a El, pero esos ratos de intimidad son necesarios para todo
matrimonio; y cuando hay verdadero amor, duelen las separaciones físicas,
aunque sepas que en espíritu estáis unidos. ¡Ah en el Cielo!, en el Cielo será
la continua adoración y la continua unión. Eterna, sin fin
502
A la Voluntad de Dios sobre ellos.
503 A esa Palabra.
504 En torno a este tema, tan citado en los mensajes, San Juan Pablo II
escribe; “En la Carta a los Efesios el autor expresa la verdad sobre la Iglesia
como esposa de Cristo, indicando además que esta verdad se basa en la realidad
bíblica de la creación del hombre, varón y mujer. ... La Carta a los Efesios
compara el carácter esponsal del amor entre el hombre y la mujer con el misterio
de Cristo y de la Iglesia. Cristo es el esposo de la Iglesia. La Iglesia es la
esposa de Cristo. Esta analogía tiene sus precedentes: traslada al Nuevo
Testamento lo que estaba contenido en el Antiguo Testamento, de modo particular
en los profetas Oseas (1,2; 2,16-18), Jeremías (2,2); Ezequiel (16,8) e Isaías
(50,1; 54,5-8). Citemos al menos un texto: Dios, por medio del profeta, habla a
su pueblo elegido de esta manera: «Tu Esposo es tu Hacedor, el que te rescata.
Mi amor no se apartará de tu lado» (Is 54,4-8.10). ... Esta imagen del amor
esponsal junto con la figura del Esposo divino encuentra su afirmación y
plenitud en la Carta a los Efesios (5,23-32). Cristo es saludado como esposo
por Juan el Bautista (cf. Jn 3,27-29); más aún, Cristo se aplica esta
comparación tomada de los profetas (cf. Mc 2,19-20). ... La plena expresión de
la verdad sobre el amor de Cristo Redentor, según la analogía del amor esponsal
en el matrimonio, se encuentra en la Carta a los Efesios: «Cristo amó a la
Iglesia y se entregó a Sí mismo por ella» (5,25)". "La medida de un
verdadero amor esponsal encuentra su fuente más profunda en Cristo, que es el
Esposo de la Iglesia, su Esposa". "Según la Carta a los Efesios la
esposa es la Iglesia, lo mismo que para los profetas la esposa era Israel; se
trata, por consiguiente, de un sujeto colectivo y no de una persona singular.
Este sujeto colectivo es el pueblo de Dios, es decir, una comunidad compuesta
por muchas personas, tanto mujeres como hombres. «Cristo ha amado a la Iglesia»
precisamente como comunidad, como Pueblo de Dios; y, al mismo tiempo, en esta
Iglesia, que en el mismo texto es llamada también su «cuerpo» (cf. Ef 5,23), El
ha amado a cada persona singularmente". Cristo entró en esta historia y
permanece en ella como el Esposo que «se ha dado a Sí mismo». Por medio de la
Iglesia, todos los seres humanos -hombres y mujeres- están llamados a ser la
«Esposa» de Cristo. En la Iglesia, cada ser humano hombre y mujer- es la
«Esposa», en cuanto recibe el amor de Cristo Redentor como un don, y también en
cuanto intenta corresponder con el don de la propia persona". "En el
ámbito del «gran misterio» de Cristo y de la Iglesia todos están llamados a
responder -como una esposa- con el don de la vida al don inefable del amor de
Cristo, el cual, como Redentor del mundo, es el único Esposo de la Iglesia. En
el «sacerdocio real», que es universal, se expresa a la vez el don de la
Esposa". "Si el autor de la Carta a los Efesios llama a Cristo Esposo
y a la Iglesia Esposa, confirma indirectamente mediante esta analogía la verdad
sobre la mujer como esposa. El Esposo es el que ama. La Esposa es amada: es la
que recibe el amor, para amar a su vez". (San Juan Pablo II: Carta
Apostólica «Mulieris Dignitatem»; 15-08-1988; nº 23; 24; 25; 27; 29).
505 Cuando Jesús dice esto lo veo como el Enamorado joven y dulce que está loco
por su amada y quiere unirse a ella para colmarla de dichas
506 Cfr. Mt 7 1-5; Lc 6, 37-42
507 Lo dijo con tanta necesidad y tan ardiente que me hizo llorar
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