El Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia ha elaborado un decálogo de desagravios a una asignatura maltratada y en peligro, sobre todo tras la victoria de Pedro Sánchez como secretario general del PSOE.
Ana Fuentes -
03/06/2017
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Compartir en Twitter Materiales para la clase de Religión /Flickr
La batalla de la izquierda radical para sacar la asignatura de Religión de las aulas en España está más viva que nunca. A la victoria de Pedro Sánchez por la secretaría general del PSOE -un hombre que quiere un estado laico al estilo de Francia- se une la reciente petición de medio centenar de organizaciones por evitar que esta materia sea estudiada por los alumnos.
Representantes
de 50 colectivos se concentraron ante el Congreso de los Diputados el pasado miércoles para pedir que la religión confesional salga de la escuela pública y del Pacto Educativo, para lo que piden la denuncia y derogación de los Acuerdos con la Santa Sede así como con musulmanes, judíos y evangélicos.
Ante semejante y constante ataque a la libertad de educación -cabe recordar que Religión es una asignatura optativa que elige alrededor del 70% de los alumnos- rescatamos las 10 vulneraciones que el Observatorio para la Libertad Religiosa y de Conciencia considera que se dan en España:1.- La ofensiva contra la asignatura de Religión vulnera los derechos fundamentales de libertad religiosa y libertad de educación, recogidos en los artículos 16 y 27.3 de la Constitución Española. Todos los ciudadanos tienen derecho a la libertad religiosa. Además, los padres tienen derecho a educar a sus hijos según sus convicciones morales.
2.- Se incumplen los acuerdos con las confesiones religiosas. Por ejemplo, en los centros en los que se esconde a los alumnos la posibilidad de poder cursar la asignatura se están incumpliendo los Acuerdos.
3.- Durante casi 40 años esta materia ha sido escogida por la mayor parte de los padres y los estudiantes. La sociedad demanda esta asignatura y reducirla a su mínima expresión implica gobernar en contra de sus prioridades y sus derechos.
4.- La asignatura de Religión no es catequesis, como se afirma en numerosas ocasiones. En catequesis se enseña la “experiencia religiosa”. En Religión se enseña “el conocimiento religioso”.
Total de horas de Religión en Primaria, Secundaria y Bachillerato por Comunidades Autónomas. Curso 2016/2017
5.- Se trata a la asignatura de Religión como si fuera menos importante que el resto; en la ley reduciendo su carga lectiva, y en la práctica utilizándola como “comodín” para actividades del centro.
6.- Adjudicar, como ocurre en algunas Comunidades Autónomas, tan solo 45 minutos semanales a la asignatura implica despreciar la asignatura y tratarla de forma diferenciada con respecto al resto de asignaturas.
“Está en juego la libertad fundamental de los padres para elegir la educación moral y religiosa que quieren para sus hijos”, explican desde el Observatorio
7.- Con esta reducción, la asignatura pierde calidad y los profesores de la materia pueden quedarse sin sus puestos de trabajo o ver reducidas sus horas, perdiendo también calidad de empleo.
8-. Mientras que del resto de profesionales de la enseñanza se da por hecho que enseñan sin estar “contaminados” por sus creencias personales, en los profesores de Religión se presupone que “adoctrinan”, minusvalorándoles en su labor profesional y a pesar de ser profesionales con dos títulos (universitario y teológico).
9.- Esta discriminación también es palpable en otros ámbitos de su labor profesional. Por ejemplo, prohibiéndoles ejercer tutoría con alumnos, como si por el simple hecho de enseñar Religión les invalidara para cualquier otra tarea.
10.- España es un país de raíces cristianas. Negar el derecho de una o varias generaciones de alumnos al conocimiento del cristianismo sería negarles el conocimiento en otros ámbitos de la vida relacionados, por cultura, con la Religión, como es el arte, la literatura o la filosofía.
“Los políticos no pueden utilizar la asignatura de Religión como moneda de cambio en ninguna negociación. Está en juego la libertad fundamental de los padres para elegir la educación moral y religiosa que quieren para sus hijos”, explican desde el observatorio.
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