"Pagar salarios en negro es un pecado gravísimo". El Papa Francisco arremetió con dureza esta mañana, durante su misa en Casa Santa Marta, contra aquellos que maltratan a sus empleados, pero que después dan donativos a la Iglesia. "Están utilizando a Dios para encubrir la injusticia".
Jorge Bergoglio invitó a los presentes en la misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta a preguntarse cómo es su relación con los trabajadores a su cargo y criticó a aquellos que les pagan sin satisfacer los impuestos correspondientes.
"No haga donativos a la Iglesia para soportar las injusticias que comete con sus empleados. Este es un pecado gravísimo: Es utilizar a Dios para encubrir la injusticia", afirmó.
"El pueblo se lamenta delante del Señor porque no escucha sus ayunos". De este modo, el Papa ha hablado durante su homilía del pasaje de Isaías en la primera Lectura. Y así ha subrayado que es necesario distinguir entre "el formal y el real". Para el Señor "no es ayuno no comer carne" y después "pelear y explotar a los trabajadores". Por esto Jesús condenó a los fariseos porque hacían "muchas observancias externas, pero sin la verdad del corazón".
Sin embargo, el ayuno que quiere Jesús es el que rompe las cadenas injustas, libera a los oprimidos, viste a los desnudos, hace justicia. "Este es el verdadero ayuno, el ayuno que no es solamente externo, una observancia externa, sino que es un ayuno que viene del corazón", ha explicado.
Además, Francisco ha indicado que "en las tablas de la ley está la ley hacia Dios y la ley hacia el prójimo y las dos van juntas. Yo no puedo decir: ‘Pero, no, yo cumplo los tres primeros mandamientos... y los otros más o menos'. No, si tú no haces estos, esos no puedes hacerlos y si tú haces eso, debes hacer esto. Están unidos: el amor a Dios y el amor al prójimo son una unidad y si tú quieres hacer penitencia, real no formal, debes hacerla delante de Dios y también con tu hermano, con el prójimo".
Y como dice el apóstol Santiago, puedes tener mucha fe pero si no haces obras, no sirve de nada. Por eso el Papa ha advertido que uno puede ir a misa todos los domingos y comulgar, y se puede preguntar: "¿cómo es tu relación con tus trabajadores? ¿Les pagas en negro? ¿Les pagas el salario justo? ¿También pagas la contribución para la pensión? ¿Para asegurar la salud?"
Al respecto, el Santo Padre ha advertido sobre esos hombres y mujeres de fe que dividen las tablas de la ley: ‘sí, sí, yo hago esto' - ‘¿pero tú das limosna?' - ‘sí, sí, siempre envío el cheque a la Iglesia' - ‘Ah, muy bien. Pero a tu Iglesia, en tu casa, con los que dependen de ti --ya sean hijos, abuelos, trabajadores-- ¿eres generoso, eres justo?' "Tú no puedes hacer ofrendas a la Iglesia sobre los hombros de la injusticia que haces con tus trabajadores. Esto es un pecado gravísimo: es usar a Dios para cubrir la injusticia", ha advertido.
De este modo, el Pontífice ha indicado que esto es lo que el profeta Isaías en nombre del Señor hoy nos hace entender: "No es buen cristiano el que no es justo con las personas que dependen de él". Y no es buen cristiano, ha añadido, "el que no se despoja de lo necesario para él para dar al que lo necesita".
Asimismo, Francisco ha afirmado en la homilía que el camino de la Cuaresma "es esto, es doble, a Dios y al prójimo, es decir, es real, no es meramente formal. No es no comer carne solamente el viernes, hacer algo, y después hacer crecer el egoísmo, la explotación del prójimo, la ignorancia de los pobres".
Al respecto, el Papa ha querido poner un ejemplo: hay quien si necesita curarse va al hospital y como es socio de una mutua es atendido enseguida. "Es algo bueno, da gracias al Señor. Pero dime, ¿has pensado en aquellos que no tiene esta relación con el hospital y cuando llegan deben esperar 6, 7, 8 horas? también por una cosa urgente", se ha preguntado.
Y así, el Papa ha reconocido que hay gente aquí, en Roma, que vive así y la Cuaresma sirve para pensar en ellos: "¿qué puedo hacer por los niños, por los ancianos, que no tienen la posibilidad de ser visitados por un médico?", que quizá esperan "ocho horas y después te dan turno para una semana después". "¿Qué haces por esa gente?" "¿cómo será tu Cuaresma?"
Por otro lado, ha preguntado si en esta Cuaresma hay sitio en el corazón "para aquellos que no han cumplido los mandamientos", "que se han equivocado y están en la cárcel". Si tú no estás en la cárcel --ha advertido el Papa-- es porque el Señor te ha ayudado a no caer.
Finalmente, el Pontífice ha pedido al Señor que nos acompañe en nuestro camino cuaresmal para que la observancia exterior corresponda con una profunda renovación del Espíritu.
(RD/Agencias)
No hay comentarios:
Publicar un comentario