Ante la situación de inseguridad y violencia que enfrentan algunos sacerdotes en México, como asaltos, secuestros y asesinatos en el desempeño del ejercicio pastoral, se hace más necesario el apoyo y acompañamiento espiritual de los fieles católicos a sus presbíteros.
Es por ello que el movimiento católico social Unión de Voluntades convoca a participar en la “Campaña de oración por Nuestros Sacerdotes” que inicia a nivel nacional el mes de febrero.
Dicha campaña, se realizará bajo el amparo de la Virgen de Guadalupe, en el marco del Año de la Vida Consagrada, que el Papa Francisco ha pedido rezar por todos las religiosas y religiosos, entre ellos los sacerdotes, “quienes como discípulos misioneros diariamente se entregan al prójimo para servir a Dios y al mundo”.
Por ello se invita a los fieles a unirse a esta jornada de oración, especialmente los primeros sábados de mes, con el Rezo del Santo Rosario y el ofrecimiento de la Eucaristía, iniciativa a la que ya se han sumado varias diócesis del país.
Particularmente en la Arquidiócesis de México, se convoca a los fieles a reunirse todos los martes del mes en la Parroquia Nuestra Señora del Sagrado Corazón, conocida como la Votiva, desde las 17:30 hrs para rezar por los sacerdotes de la Iglesia capitalina.
“Esta iniciativa no sólo es por los sacerdotes que conocemos sino por aquellos que sufren abandono e indiferencia, la labor de ellos es imprescindible ya que sin ellos no hay Sacramentos, no hay comunidad, no hay Iglesia”, explicó Guillermo Ferrer, coordinador del movimiento.
Los organizadores detallaron que esta campaña busca una cercanía entre los fieles y su sacerdote, “es necesario el acompañamiento espiritual pero también la parte afectiva, muchos de ellos ya están retirados y enfermos por eso es necesario visitarlos, platicar con ellos, conocer y atender sus necesidades”, explicaron.
Oración de santa Teresita de Niño Jesús por los sacerdotes
Oh Jesús!
Te ruego por tus fieles y fervorosos sacerdotes,
por tus sacerdotes tibios e infieles,
por tus sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones,
por tus sacerdotes que sufren tentación,
por tus sacerdotes que sufren soledad y desolación,
por tus jóvenes sacerdotes,
por tus sacerdotes ancianos,
por tus sacerdotes enfermos,
por tus sacerdotes agonizantes
por los que padecen en el purgatorio.
Pero sobre todo, te encomiendo a los sacerdotes
que me son más queridos,
al sacerdote que me bautizó,
al que me absolvió de mis pecados,
a los sacerdotes a cuyas Misas he asistido
y que me dieron tu Cuerpo y Sangre en la Sagrada Comunión,
a los sacerdotes que me enseñaron e instruyeron,
me alentaron y aconsejaron,
a todos los sacerdotes a quienes me liga
una deuda de gratitud, especialmente a...
¡Oh Jesús, guárdalos a todos junto a tu Corazón
y concédeles abundantes bendiciones
en el tiempo y en la eternidad! Amén
Artículo originalmente publicado por SIAME
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