8 de Junio de 1978
AMBOS VIVIMOS UNO DEL OTRO
Hijo carísimo,
Soy María, la Madre de mi Jesús y tuyo, me parece justo y lógico que después de Él, deba hablarte también Yo.
En un precedente mensaje mío de hace dos años[82] hube de decirte cosas importantes acerca de la comunión mía con Jesús, te dije que se trata de una comunión perfecta, del todo diferente de la que vosotros tenéis con mi Hijo divino, comunión de "naturaleza", Él me ha dado a Mí Su naturaleza Divina, Yo después le di a Él mi naturaleza humana de modo que, entrambos vivimos Uno del Otro en un modo único, perfecto e irrepetible, los pensamientos, los gozos, los dolores, los deseos, la voluntad de Uno son también los del Otro, comunión, por tanto, perfectísima, de manera que los sufrimientos Míos son también los sufrimientos Suyos.
Aquellos que hoy, rebasando todo limite de una justa prudencia, no aceptan las numerosas intervenciones de mi Hijo divino en su Iglesia para evitar que ellos mismos se hicieran la ansiada presa de Satanás y de sus innumerables legiones, para evitar a tantos consagrados míos el pavoroso camino de la perversión que lleva al Infierno, aquellos que por razones de comodidad y con el pretexto de la prudencia, virtud maravillosa y tan recomendada, pero tantas veces tan y tan a menudo mal usada, no creen tampoco en mis numerosas intervenciones en la tierra, ¿han hecho acaso todo para que estas intervenciones mías y las de mi Hijo Divino lleven a las almas los frutos esperados? Oh, no, por el contrario, han hecho de todo para sofocar los benéficos efectos que de ellas se habrían derivado; la prudencia por ellos invocada ha sido sólo un pretexto para enmascarar la verdadera razón, oculta bajo el manto de la prudencia, es notorio a todos que la incredulidad se ha universalizado, esto es, se ha difundido entre todos los pueblos, cristianos y no cristianos, admitir entonces hechos y acontecimientos que trascienden las leyes de la naturaleza humana querría decir chocar contra un mundo contra el que no se quiere chocar, aún a costa de la fe y, por tanto, de lo sobrenatural, y así se ha inventado la teoría del "saber hacer", teoría erigida en costumbre de vida; para ellos el arte de mentir está siempre de actualidad.
Quien se mete en las tinieblas se priva por sí solo de la luz
Fuertes los enemigos de Dios por la debilidad de Su Iglesia, envalentonada la iglesia de Satanás, por la aquiescencia de quienes deberían estar dispuestos a dar la vida en defensa de la Verdad, se hace cada vez más audaz y agresiva y pasa a la ofensiva, cada vez más venenosa, sobre los dos frentes, el de los "principios" y el de la "moral", herejías fomentadas y difundidas con profusión de medios, pornografía difundida con otra tanta largueza de medios: prensa, cine, moda, corrupción que irrumpe por todas partes como caudaloso torrente arrollando la inocencia de los pequeños, la adolescencia, la juventud, la familia, la escuela, las instituciones religiosas; divorcio, anticonceptivos, aborto, he aquí la victoria de la iglesia de Satanás, hecha fuerte, agresiva por la inedia, por el temor del respeto humano, por el profesionalismo que se ha sustituido al apostolado de la Iglesia de Dios, de aquí, hijo, los muchos males que han caído sobre la Iglesia de mi Hijo Divino.
Hijo, a quien te reproche que dices siempre las mismas cosas, responderás que los males son siempre los mismos, quien se zambulle por sí mismo en las tinieblas se priva de la Luz, y tinieblas son ambiciones, sed de poder, manía de erigirse siempre a toda costa contra quien no ama y no quiere las tinieblas... hijo, es simplemente absurdo el comportamiento de aquellos que en mi Iglesia ocupan puestos de responsabilidad y no son capaces de comprender cómo Dios, Creador y Señor de todas las cosas, que a todas sostiene, que a todas provee, no puede ser indiferente o extraño a sí mismo y a las cosas de Su Iglesia a la que tanto ama, siendo Él el Amor.
La Iglesia es sacramento de amor que ha brotado de Él, el Amor; y lo que se debe decir de Él, se debe también decir de Mí. Esta es la razón por la que he querido recordarte aquel precedente mensaje al principio de éste.
La oscuridad que hoy envuelve a la Iglesia es la soberbia, el pecado de Satanás
Hijo, cuántas cosas te ha hecho conocer la Bondad Divina en estos últimos días; no temas, ¿no se te ha dicho repetidamente que esta es la hora de las tinieblas y que la oscuridad envuelve a la Iglesia? Una vez más te re cuerdo que la oscuridad es la soberbia, pecado de Satanás, personificado en la iglesia de Satanás, que es la Masonería que impera en el mundo y en la misma Iglesia mía.
Hijo, no es ningún secreto que muchos consagrados han quedado víctimas de este pulpo monstruoso que extiende sus tentáculos por todas partes con la diabólica preocupación de que ninguna de sus víctimas pueda escapar y con la pérfida voluntad de atrapar a otras. Hijo, ésta es la verdad; la reacción incontrolada que suscita esta verdad en no pocos de mis consagrados es la confirmación de que forman parte ellos; pruebas, pruebas piden, pero pruebas y confirmaciones explícitas ¡cuántas se te han dado!… No te preocupes de sus amenazas más o menos veladas, no te preocupes de nada, ¡Yo, la Madre de Dios y Madre vuestra, os confirmo que estáis bajo Mi manto por lo que nadie podrá algo contra vosotros!
Adelante, hijo, reza, repara, ten una sola cosa en tu corazón, la Gloria de Dios y la salvación de las almas.
Te bendigo, os bendigo, ahora y siempre.
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