3 de Junio de 1978
CAMBIO RADICAL DE LA SITUACIÓN
Escribe, hermano Don Octavio, soy Lorenzo.
Don Octavio, qué cambio tan radical de la situación; quiero decir que cómo es diferente la visión que se tiene de las cosas aquí en el Paraíso, de la visión que se tiene en la tierra... ¡Qué esfuerzo se necesita en la tierra para poderse formar una visión de los acontecimientos humanos más cercana a la realidad. Nuestro juicio en la tierra está tan afectado por tantos elementos diversos, y frecuentemente opuestos entre sí, por lo que con dificultad y fatiga llegamos a una justa realidad como:
- La naturaleza humana herida por la culpa, y de por sí inclinada al mal, a la falsedad.
- Intereses personales a menudo nos hacen tergiversar la verdad.
- Simpatías y antipatías influyen bastante en nuestros juicios... pero aquí las cosas son diferentes, aquí todo se ve en Dios, suma y eterna Verdad, por lo que la verdad de las la ves nítida, limpia, libre de todo elemento extraño, por lo que, Don Octavio, tú puedes bien imaginar mi asombro cuando después de un breve, pero siempre largo, Purgatorio, en Él he visto la realidad de mis cosas y de la Asociación Esperanza.
Qué áspera y dura es la lucha por la Verdad y por el bien; pero ay en dejarse atropellar sería cobardía el ceder. Él ha muerto en la Cruz por el triunfo de la verdad y de la justicia; quien está en Él y en Él pone fe, su su confianza estará seguro de la victoria; pero tú, Don Octavio, conoces, todos conocéis el camino de la victoria: paciencia, humildad y amor; no el instinto de la naturaleza herida, sino la fe os debe guiar hacia el conocimiento y a la realización de la Justicia y de la Verdad.
Don Octavio, la obra querida e iniciada por Dios en el modo deseado por Él, Dios, suma y eterna Sabiduría, procede según su designio divino. ¿Qué sería de C. si no hubiéramos acogido la invitación divina? ¡Ahora habría caído en las fauces de los lobos hambrientos!
Animo; tenéis muchos amigos en el Paraíso que os miran, que os siguen y que por vosotros interceden y, entre ellos, estoy también yo.
Lorenzo
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