Imagen referencial / Foto: Flickr Estitxu Carton (CC-BY-SA-2.0)
VATICANO, 03 Oct. 15 / 09:00 am (
ACI).- Satanás es el que seduce con el encanto y la fascinación, con la vanidad y con el poder. El Papa Francisco se encargó de recordar esta mañana en el Vaticano que esta es la lucha diaria que todo hombre tiene cada día.
Lo dijo al presidir una
Misa por el Cuerpo Diplomático de la Gendarmería del Estado de la Ciudad del Vaticano en ocasión de la Fiesta su patrono, San Miguel Arcángel.
El Pontífice comentó las lecturas de la liturgia. En la primera, del Libro del Apocalipsis, asegura que “se entabló una batalla en el
cielo”.
Francisco explicó que es “la guerra final”, pero “durante toda la historia esta guerra se hace cada día: se hace en el corazón de los hombres y de las mujeres, se hace en el corazón de los cristianos y de los no cristianos…”.
“Existe la guerra entre el bien y el mal donde nosotros debemos elegir qué queremos, el bien o el mal. Pero el método de guerra, los métodos de guerra de estos dos enemigos son totalmente opuestos”.
Francisco aseguró que uno de los “métodos” del diablo son “las insidias”: “
es un sembrador de insidias, nunca cae de sus manos una semilla de
vida, de unidad, siempre insidias, insidias. Es su método, sembrar insidias”.
Pero Satanás también “es un seductor”. “Es uno que siembra insidias y un seductor, y seduce fascinando, con encanto demoniaco, te lleva a creer todo”.
“Él sabe vender con este encanto, vende bien, ¡pero paga mal al final!”, exclamó.
El Santo Padre pidió recordar la primera vez que en el Evangelio “este señor aparece”: “es un diálogo con Jesús”. “Jesús está orando cuarenta días en el desierto, ayunando, y al final está un poco cansado y tiene hambre”.
“Y él viene, se mueve lentamente como una serpiente, y hace esas tres propuestas a Jesús”, que son las tentaciones.
“Los tres pasos del método de la serpiente antigua, del demonio. Primero, tener cosas, en este caso el pan, las riquezas, las riquezas te llevan lentamente a la corrupción, y esta corrupción no es un cuento de hadas”, aseguró.
“La corrupción está en todas partes: por dos monedas muchos venden el alma, vende la felicidad, vende la vida, vende todo”, este “es el primer paso: el dinero, las riquezas”.
El segundo paso es “la vanidad”. “Aquello que decía el diablo a Jesús: ‘Vamos a lo alto del templo, tírate desde ahí, ¡haz el gran espectáculo!’. Es “vivir por la vanidad”.
El tercer paso es “el poder, el orgullo, la soberbia”. “’Yo te daré todo el poder del mundo, tú serás el que mandes’”.
Francisco aseguró que “esto nos ocurre también a nosotros, siempre, en las pequeñas cosas: enganchados demasiado a las riquezas, nos gustan cuando nos alaban, como un pavo real”.
“Y mucha gente se hace ridícula, mucha gente. La vanidad te hace parecer ridículo. O, al final, cuando tienes poder, te sientes Dios, y esto es un gran pecado”.
El Papa aseguró en la homilía que “esta es nuestra lucha, y por eso hoy le pedimos al Señor que por intercesión del Arcángel Miguel nos defienda de las insidias, del encanto, de las seducciones de esta serpiente antigua que se llama satanás”.
“Si vamos al relato de las tentaciones de Jesús no encontramos jamás una palabra suya. Jesús no responde con palabras propias, responde con palabras de la Escritura, las tres veces”.
“Esto nos enseña –continuó– que con el diablo no se puede dialogar, y esto ayuda mucho, cuando viene la tentación. ‘Contigo no hablo’, sólo la Palabra del Señor”.
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