El cardenas arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares Llovera / Wikimedia
El cardenas arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares Llovera / Wikimedia
La decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia, María Elena Olmos, ha asegurado en la apertura del Año Judicial de la Provincia Eclesiástica Valentina que “el derecho a la libertad religiosa no puede reducirse al ámbito privado ni tampoco dificultarse su ejercicio, ya que la religión no es un asunto meramente interno, tiene una dimensión pública”.
Por primera vez en las 15 ediciones de la apertura del Año Judicial una decana de la Facultad de Derecho de la UV ha impartido la lección magistral. Así, María Elena Olmos, que es también catedrática de Derecho Eclesiástico del Estado y presidenta de la Asociación Española de Canonistas, ha pronunciado la lección magistral “La libertad religiosa, un derecho de nuestro tiempo”, tras la lectura de la memoria del año 2015.

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En el acto, presidido por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha destacado María Elena Olmos que la religión “contribuye al desarrollo de la persona, configura y da sentido a su vida; sin contar, además, que la religión forma parte de nuestro patrimonio, identidad, tradición y cultura”, ha añadido.
“La libertad religiosa es un derecho inalienable de la persona”
La catedrática ha explicado que el derecho de libertad religiosa, “es un derecho inalienable de la persona, es decir, un derecho natural, fundado en su misma dignidad y que contribuye al pleno desarrollo de la persona”, informa AVAN.
Además, ha afirmado que “este derecho es previo al reconocimiento de cualquier estado; si bien es cierto que actualmente es un derecho de reconocimiento universal, que está presente en todos los textos internacionales de protección de derechos humanos, no siempre se respeta en todos los ordenamientos y estados”.
Olmos ha repasado la historia del reconocimiento legal al derecho de libertad religiosa y ha señalado que “la Segunda República marcó un hito al romper con la tradicional confesionalidad católica del siglo XIX” aunque “contemplaba una libertad religiosa restringida, no una auténtica libertad religiosa”.
Igualmente, ha asegurado que la Constitución de 1978, “bajo la fórmula armonizadora del consenso”, optó por “superar la confesionalidad católica de la etapa anterior en favor del reconocimiento y tutela de la libertad religiosa de los ciudadanos y de las confesiones”.
“Los poderes públicos deben tener en cuenta las creencias religiosas como hechos sociales que están presentes en la realidad española”
También ha considerado que “los poderes públicos deben tener en cuenta las creencias religiosas como hechos sociales que están presentes en la realidad española y que son fruto del ejercicio del derecho de libertad religiosa”.
“En otras palabras, el Estado laico es un estado garante del pluralismo religioso, de la libertad y la igualdad religiosas y de la convivencia pacífica de las creencias religiosas en el seno de la sociedad”, ha añadido.
Finalmente, ha concluido que “el derecho de libertad religiosa, por tanto, no es un derecho antiguo o pasado de moda; está presente siempre, es un derecho de nuestro tiempo, que cada vez con mayor fuerza se exige su protección por parte de los ciudadanos, teniendo presente que somos una sociedad plural”.

Cañizares: “La Iglesia pide respeto a las raíces cristianas”

El cardenal arzobispo de Valencia, que ha presidido el acto de apertura del Año Judicial del Tribunal Eclesiástico de Valencia, ha advertido por su parte de que, en las relaciones con los poderes públicos, “la Iglesia no pide en absoluto volver a formas de Estado confesional”, sino más bien el “respeto a las raíces cristianas que nos configuran” y a la libertad religiosa “ampliamente entendida” como la entiende el magisterio de la Iglesia en su Doctrina Social.
En los últimos años “somos testigos en ciertos países de Europa, entre ellos el nuestro, deuna actitud que podría poner en peligro el respeto efectivo a la libertad religiosa”. Así, el purpurado ha señalado que, en su opinión, “uno de los males, entre otros muchos, que aquejan a la España actual, es la amenaza precisamente a la libertad religiosa”.
Según el arzobispo, “con frecuencia se invoca el principio de laicidad, en sí mismo legítimo si es comprendido como la distinción entre la comunidad política y las religiones- distinción que no quiere decir ignorancia- porque “la laicidad no es el laicismo”.
“La libertad religiosa es la piedra angular en el edificio de los derechos humanos”
Según ha recordado el cardenal, “siempre, singularmente a raíz del Concilio Vaticano II, la Iglesia ha insistido en el derecho a la libertad religiosa que no es uno más entre los derechos sino la piedra angular en el edificio de los derechos humanos”. Por ello, “es necesario que en todos los países se abra paso y se ejercite con toda amplitud y sin ninguna restricción la libertad religiosa”.
El Arzobispo de Valencia ha elogiado las palabras de la decana de la Facultad de Derecho de la Universitat de València, en su lección magistral, en las que “ha insistido en la vocación de servicio de los poderes públicos a las personas y a sus derechos fundamentales que no deben ceder ante ideologías o pretensiones totalitarias”.