LOS ÁNGELES, 25 Feb. 16 / 01:17 pm (
ACI).- Terry Crews es un famoso exjugador de fútbol americano y actor de Hollywood que ha actuado en diversas producciones como “Los indestructibles”, “¿Dónde están las rubias?”, “Norbit”, “Reyes de la Calle”, entre otras. Recientemente ha confesado haber sido un adicto a la pornografía y los estragos que este adicción causó en su
matrimonio.
“Era mi secreto, nadie sabía y eso hizo que creciera y que se hiciera peor”. “Algunos me dicen, ‘oye hermano ‘en realidad no eres un adicto a la pornografía. No hay forma’. Pero te voy a decir algo. Si ves cómo es de día y de pronto ya es de noche y sigues mirando, probablemente tienes un problema. Y así estaba yo”, relata.
“No le dije a mi esposa, no le dije a mis amigos, a nadie (…)”. Cuando se supo su esposa le dijo “ya no sé quién eres” y eso, dijo, “me cambió”.
Crews venció su adicción hace unos seis años y cuenta que fue capaz de hacerlo siguiendo una terapia. “Cuando se sabe ciertamente esto pierde su poder”, comenta
“Mujeres: necesitan ser valientes. Necesitan confrontar a sus hombres en relación a este problema”, exhorta. “No pueden aceptar la pornografía en sus vidas”, añade.
El actor afirma que “la pornografía cambia la forma en la que piensas sobre la gente. La gente se convierte en objetos, en partes del cuerpo, en cosas para ser usadas en vez de personas para ser amadas”.
Una pandemia que destruye y degrada
En octubre del año pasado y en el marco del Sínodo de la
Familia, el
Arzobispo de Filadelfia (Estados Unidos), Mons. Charles Chaput, explicó que “la pornografía daña gravemente a las familias porque aísla a sus miembros creando obsesiones sexuales privadas, lo que
destruye la intimidad entre los esposos con nociones de sexo ‘perfecto’ que no tienen nada que ver con los seres humanos reales”.
El Prelado, que también fue anfitrión del octavo Encuentro Mundial de las Familias que se realizó en Filadelfia a finales de septiembre de 2015, precisó que la pornografía “es un terrible engaño que roba la riqueza de la amistad sexual duradera y plena entre el esposo y la esposa; y la sustituye con algo podrido que nunca podrá alimentar verdaderamente el corazón humano”.
“La pornografía degrada lo mejor del espíritu masculino. Convierte a los hombres en adictos a una especie de comida chatarra barata cuando las mujeres verdaderas, con mentes y corazones reales, creencias y esperanzas, son bastante más interesantes. La felicidad se construye a partir de la realidad, con sus problemas y alegrías, no sobre ilusiones. La pornografía no es sino mera ilusión”.
Los hombres cristianos, continuó, “necesitan tener algo de caballerosidad en sus corazones. El mundo se burla de la pureza, pero un corazón y una mente limpios son la base del coraje de un hombre”.
“Y los hombres que quieren ser lo que Dios quiere que sean necesitan coraje porque su trabajo es proveer, proteger, enseñar con el ejemplo y liderar anteponiendo a los demás a sí mismos. La pornografía va matando todo eso”.
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