7 de Junio de 1976
SE NECESITA CAMINAR
Escribe, hijo mío: es Padre Pío quien te quiere hablar.
Te había dicho que me volverías a escuchar, y heme aquí fiel. Hijito, no debes abatirte ni parar el ritmo de tu vida interior.
Hay
quien hace de todo para paralizar tu voluntad, pero recuerda que hay una virtud importante: la perseverancia en el bien.
¡Ay de poner la mano en el arado y después volverse atrás!
Es necesario caminar, aunque el caminar a veces se haga pesado y
traiga fatigas. Esta maña de desanimar es el arte del que siempre está al acecho para descubrir el momento oportuno a su acción
demoledora.
Yo, Padre Pío, he perseverado por toda la vida y no cedí nunca ni a los halagos, ni a las insidias, ni a sus amenazas. Y no fueron
sólo amenazas, sino verdaderos sufrimientos que el Maligno me procuró en los años de mi vida y que se convirtieron en arma
formidable para capturar almas, para arrancarle almas y devolvérselas a Cristo.
El director espiritual
Hijo mío, relee atentamente los mensajes que te he dado.
¡El dogma de la comunión de los Santos es una realidad! Se te ha dicho
muchas veces que vivas y hagas vivir este maravilloso dogma a las almas de tu mundo.
Hazte paladín de esta maravillosa realidad espiritual que tantas veces ha sido olvidada: son pocos los que os creen y que la viven.
Escucha, hijo, otra cosa de extrema importancia.
En los mensajes, que se te han dado por mí y por otros, encontrarás comunicaciones que te afectan directamente a ti: todas estas
comunicaciones son válidas.
Aquí, en el Paraíso, vivimos de la Vida divina de un modo perfecto, diferente del modo en el que vosotros vivís la vida de la
Gracia, que también es ya Vida divina.
Por consiguiente, aquí no se puede decir mentiras, no se pueden decir cosas que no
responden a la verdad, por ninguna razón del mundo. Por eso todo lo que se te ha dicho responde a la verdad.
Es justo que te atengas, en todo y para todo, a las directrices de tu Director espiritual.
"Padre, ¿cómo hago yo para distinguir si lo que se me dice es de vosotros, o bien de aquel del Fuego, o bien fruto de mi fantasía?"
Pruebas, hijo mío, no te han faltado, señales las has tenido y otras tendrás.
Pero para ti debe bastar el veredicto del Director
Espiritual.
Nos escucharemos todavía y te confirmo que también nos volveremos a ver: ten confianza y mira con más atención los Mensajes
precedentes.
Te bendigo: soy Padre Pío.
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