San Miguel Arcángel 21 noviembre, 2015
Todas las religiones son iguales… Dios como energía… Yo tengo mis propias creencias… Todo es permitido: nada es pecado… Meditación a la oriental… Mantras… Desarrollo del potencial humano… Re-encarnación… Adivinación… Puedo lograr cualquier cosa con tan sólo proponérmelo… Comunicación con “ángeles”… Contacto con espíritus… Adivinación…
Todas estas falsas creencias y prácticas llevan a perder la Fe Cristiana. Todas van en contra de la Verdad revelada por Jesucristo
El “New Age”, movimiento teórico y práctico que envuelve antiguas y nuevas herejías ––es decir, errores contra la verdadera Fe–– ha ido permeando prácticamente todas las áreas en que nos movemos. Un artículo del New York Times del año 1986 ya informaba que tanto la educación, como la salud, el arte, la economía, gerencia, industria, gobierno, ciencia, entretenimiento y hasta religión, habían sido influidos por el “New Age”.
De tal manera ha influido en el área religiosa, que hay gente muy cristiana, católica practicante, que ha ido anexando a sus creencias y prácticas religiosas de siempre, teorías y prácticas que provienen del ocultismo.
Una de las fachadas usadas por los propulsores del “New Age” es la de vender como aparentemente inocuos ––y hasta buenos y compatibles con el Cristianismo–– estos errores y herejías. Para ello se valen de terminología tomada de la Biblia, del Cristianismo y hasta de actividades de la Iglesia Católica para confundir, engañar y atraer gente hacia ideas y prácticas que van en contra de la fe cristiana, provenientes más que todo del ocultismo, y promovidas desde y por la Masonería.
También se usa la fachada de la amplitud: todas las religiones son iguales; se está a favor de todas las religiones, por lo cual se acepta en primera instancia el Cristianismo, para después, error tras error, ir destruyendo la verdadera Fe.
El proceso de penetración de esta corriente de pensamiento y de acción ha sido paulatino y lento, pero efectivo y certero. Aunque la ideología del “New Age” fue ideada con ¡un siglo de anticipación! y su afloramiento tuvo lugar en la década de los años 1970, el proceso de cambio de mentalidad a que fue sometida la humanidad comenzó a tener lugar en la década de 1960, mediante la promoción de fases de alejamiento de la verdad que se han ido sucediendo exitosamente una tras otra:
La primera fase fue la que promovía la persona de Cristo en detrimento de la Iglesia: Cristo sí ––Iglesia no. En muchos países fue la época del florecimiento de las sectas de origen cristiano; en los nuestros (Latinoamérica) fue también de descrédito de la Iglesia y de los Sacerdotes. “Yo creo en Cristo, pero no en los Curas”, se oía decir. La siguiente etapa fue: Cristo no ––Dios sí. Es la etapa del iluminismo y de la invasión del misticismo oriental. Le sucedió la fase de Religión sí ––Dios no, en la que asuntos seculares se convirtieron en creencias cuasi-religiosas: en lo político el Marxismo; en la ciencia el Freudismo y los movimientos del desarrollo del potencial humano. En estos momentos nos encontramos en la cuarta fase: Sacro sí ––Religión no. Es propiamente la etapa del “New Age”, en que creencias y prácticas venidas del ocultismo y del paganismo son consideradas “sagradas”.
¿Qué puede hacer la gente preocupada al ver que estas tendencias, estas herejías y estas prácticas del “New Age” invaden casi todas las áreas en que se mueve?
Aparte de informarse sobre estos temas, una cosa hay que tener muy en cuenta: no se trata de filosofías meramente humanas que puedan contrarrestarse con medios humanos. Se trata de engaños demoníacos que requieren oración y otras armas espirituales para poder obtener la Sabiduría que viene del Espíritu Santo. Por ello dice San Pablo: “Nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra… los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal. Por eso tomad las armas de Dios para que podáis manteneros firmes” (Ef.6).
Con aprobación eclesiástica
Alfonso Alfonzo Vaz / Censor
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