Los enfrentamientos entre el ejército filipino y el Estado Islámico, y las acciones de los terroristas, han provocado la muerte de casi 200 personas.
Actuall / Aci Prensa -
17/06/2017
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Compartir en Twitter Catedral de San Sebastián en Filipinas / Wikimedia
La Iglesia en Filipinas ha emprendido una campaña a gran escala de concienciación, solidaridad y oración ante la ola de ataques yihadistas que están sufriendo las comunidades cristianas en la isla de Mindanao.
En concreto, los ataques se están concentrando en la ciudad de Marawi, donde el Estado Islámico ha logrado implementarse y emprender una campaña terrorista contra iglesias y otros objetivos cristianos del territorio bajo su control.
La indignación se generalizó entre la sociedad filipina cuando a principios del mes de junio se hicieron públicas unas imágenes del asalto, profanación
y destrucción de la Catedral de Marawi por parte de terroristas del Estado Islámico.La ciudad se encuentra bajo control de ese grupo terrorista desde el 26 de mayo.
Esta zona del país, de mayoría islámica, se encuentra sumida en una grave crisis desde hace años debido a la insurrección de dos grupos guerrilleros musulmanes: el Frente Moro de Liberación Nacional y el Frente Moro de Liberación Islámica.
No obstante, estos dos grupos, que en la actualidad se encuentran en tregua con el gobierno de Filipinas, son contrarios al asalto del Estado Islámico contra Marawi.
Los enfrentamientos entre el ejército filipino y el Estado Islámico, y las acciones de los terroristas, han provocado la muerte de casi 200 personas
Para tratar de pacificar la región, el gobierno filipino ha dado orden de emprender una ofensiva contra los yihadistas de Estado Islámico, sin embargo, algunas organizaciones humanitarias temen que esa intervención, tal y como está planteada, sólo sirva para avivar el fuego de la violencia.
Hasta el momento, los enfrentamientos entre el ejército filipino y el Estado Islámico, y las acciones de los terroristas, han provocado la muerte de casi 200 personas, la mayoría terroristas, pero también soldados filipinos y civiles. Además, casi 200.000 personas han huido de sus hogares, lo que ha generado un grave problema humanitario.
La Iglesia se está implicando en la ayuda a estos refugiados con iniciativas emprendidas por las diócesis, las parroquias y las asociaciones eclesiales para buscar refugios y lugares de acogida.
En este sentido, han realizado un llamado a la nación para que los ciudadanos abran sus hogares a los refugiados.
Esta noticia se publicó originalmente por
Miguel Pérez Pichel en AciPrensa.
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