El sectarismo masónico y el odio acervo a la Iglesia Católica da un nuevo paso con la pretensión del Gobierno de sacar adelante la Ley de Libertad Religiosa, que supone de facto la restricción pública de símbolos cristianos en favor de los pertenecientes a otras religiones.
La secretaría general de Igualdad, Bibiana Aído, defiende que se abra un debate acerca de que la citada ley prohíba el uso del hábito utilizado por las monjas, al considerarlo contrario a la ideología de género y a la libertad de las mujeres. Aído ha señalado que “si se pretende prohíbir el velo islámico en los lugares públicos, la primera pregunta que surge es: ¿Por qué una monja puede y una mujer musulmano no?”.
Otras representantes feminístas del Gobierno se alinean con las tesis de Bibiíana Aído y rechazan cualquier tipo de imposición contra los musulmanes en la citada ley. “Prohibir el burka supone imponer una ideología imperialista occidental a los ojos de quienes son diferentes a nosotros”, ha defendido una socialista melillense.
Los socialistas, como se ve, pasan por alto el hecho de que resulte ofensivo equiparar el velo islámico con el de las monjas. “Siguen sin comprender que los principios de la religión católica son valores fundamentales de nuestra identidad y que defender nuestra identidad quiere decir defender la religión católica”, señala el arzobispo de Granada.
Para polemizar más acerca de este asunto, la secretaría de Política Internacional y Cooperación del PSOE, la feminista Elena Valenciano, se muestra partidaria de que la futura Ley de Libertad Religiosa no permita crucifijos en las aulas de los colegios, pero sí admita que las alumnas acudan a clase con el velo islámico. Valenciano sostiene que el Gobierno no debe legislar sobre el uso del velo islámico en la escuela pública porque “no es un problema en España”.
La dirigente socialista llega aún más lejos al equiparar el uso del burka con el hecho de que algún alumno lleve en su atuendo un crucifijo, y defendió la eliminación de dichos símbolos “que están puestos sobre la pizarra o en la entrada”.
Por su parte, el minsitro de Justicia, Francisco Caamaño, explica que la Ley de Libertad Religiosa tiene como objetivo básico “que haya un claro deslinde entre el fenómeno religioso y la laicidad del Estado. Nuestra idea es que en los colegios públicos no exista ningún símbolo religioso para evitar una confusión entre las funciones públicas estatales y las religiosas”. Sin embargo, esta distinción no afectará a las vestimentas islámicas de marcado carácter religioso.
Altos cargos del Ministerio de Igualdad pretenden incluso la prohibición de todo símbolo cristiano ostensible, incluso en la vestimenta. Estamos hablando de que la gente no pueda llevar un crucifijo ni pendientes u otros abalorios que sean una cruz. Para el PSOE, la diferencia de los símbolos cristianos con los islámicos es que estos no tienen una naturaleza religiosa, “sino de identidad” (sic).
El PSOE no considera por tanto que el velo islámico pueda ser ofensivo para la sociedad, pero en cambio sostiene que la cruz sí lo es. “Con estos símbolos cristianos se está faltando al respeto y discriminando a muchos ciudadanos”, declara el secretario de las juventudes socialistas de Huelva, Ángel Romero.
Sobre la falta de respeto de su Gobierno al más de un millón de parados andaluces, el cachorro socialista no se pronuncia.
Noticias relacionadas:
No hay comentarios:
Publicar un comentario