Clemente Ferrer (Madrid)
Mientras que Al Qaida amenaza con matar cristianos “allá donde estén”, el antiguo obispo anglicano de Richborough, Edwin Barnes, entró oficialmente en la Iglesia Católica y el próximo 5 de marzo será ordenado sacerdote católico en la catedral de Porstmouth; será el cuarto obispo ordenado sacerdote católico, en lo que llevamos de año.
Otros se incorporaron a la Iglesia Católica con anterioridad; en 2007 cuatro obispos episcopalianos (anglicanos de Estados Unidos) abandonaron la Iglesia Episcopaliana cansados de su deriva liberal. Tres se fueron a grupos anglicanos conservadores dependientes de obispos africanos. El cuarto, Jeffrey Steenso, obispo de Rio Grande, se integró en la Iglesia de Roma. El ejemplo más claro es el de Satoru Kato que, en Japón, era estudiante de budismo, luego se bautizó en una iglesia evangélica. (Fuente: F. J. Ginés)
En el atrio de una Iglesia Católica descubrí una pintada con el siguiente mensaje: “La única iglesia que ilumina es la que arde”. Dándole un sentido positivo no es una ofensa sino todo lo contrario: “La única iglesia que ilumina es la que arde dentro del corazón de cada cristiano”.
Por último, la Constitución china reconoce la libertad religiosa aunque, en realidad, el régimen chino solamente consiente que estén las organizaciones religiosas autorizadas por el Estado. En China se hostiga, de manera especial, a los católicos. China trató de abolir al Vaticano fundando, en 1957, la iglesia católica patriótica, separada de Roma. La Iglesia Católica, fiel al Papa, sufrió la clandestinidad. Buena parte de las diócesis de China, fieles a Roma, necesitan un obispo, mientras que la iglesia patriótica tiene sus prelados y dispone de templos para el culto. Benedicto XVI denunció esa situación como una; “grave violación de la libertad religiosa”.
Siempre he afirmado que el ataque a la religión, es el arma de los cobardes.
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