Durante la Comunión

Reverencia interna y externa. 

Cuando vamos a comulgar, recibimos al mismísimo Hijo de Dios, el Rey del Cielo y de la Tierra. Es por eso que tenemos que recibirlo con todos los honores internos y externos.

Es muy adecuado que vayamos a la Misa bien vestidos, como si fuéramos a una gran fiesta, pues la Santa Misa es una gran Fiesta.

También es muy bueno acercarse a comulgar con gestos de profunda reverencia y genuflexión, como haríamos seguramente si estuviéramos en presencia de un rey de la tierra. Y nosotros estamos en presencia del Rey del Cielo.

Pero sobre todo la preparación a recibir a Jesús Sacramentado debe estar en lo interior, puesto que Dios ve el corazón. Entonces ¡qué devoción debemos tener al recibir al Señor! ¡Qué humildad! ¡Qué amor, en definitiva! Porque lo que Dios quiere de nosotros es solamente el amor, y todo lo que hacemos al comulgar, ya sea en lo interno o lo externo, debe ayudarnos a encender el amor a Jesús Eucaristía.

El Papa actual da la Comunión sólo de rodillas y en la boca. Si sabemos interpretar este gesto, nos daremos cuenta cuál es la manera más digna de acercarnos a la Mesa eucarística.

Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar.