¡REBAÑO MÍO, ESTÁIS EN BATALLA ESPIRITUAL, NO OS DESCUIDÉIS CON LA ORACIÓN,
PORQUE SE OS PUEDE PERDER EL ALMA!
Ovejas de mi grey, mi paz os dejo, mi paz os doy.
El tiempo ha comenzado su acortamiento, los días, meses, y años, cada vez serán más cortos. Os digo, que vuestros días ya no son de veinticuatro horas, acordaos que estáis en el no tiempo y todo tiene que cumplirse como está escrito. Por eso, aprovechad al máximo cada segundo que os queda de tiempo en este mundo pasajero; no lo despilfarréis en vanidades mundanas, más bien dedicaos a la oración, ayuno y penitencia, para que podáis salvar vuestra alma y las almas de vuestros hermanos más necesitados de la misericordia de Dios. De nuevo os digo, que el tiempo se acortará hasta llegar al límite y mi misericordia dará paso a mi justicia donde ya no habrá marcha atrás.
Rebaño mío, estáis en batalla espiritual, no os descuidéis con la oración, porque se os puede perder el alma. Mi adversario acecha las almas para hacerlas perder, estad alerta y vigilantes, porque los ataques mentales irán en aumento. De nuevo os digo: Llevad todo pensamiento cautivo en obediencia a Cristo Jesús. (2 Corintios 10.5).
Acordaos que la pelea no es con gente de carne y hueso, sino contra los principados y potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso, contra los espíritus malignos que moran en los espacios celestes. (Efesios 6. 12). Revestíos de la Armadura de Dios para que podáis resistir los engaños del demonio (Efesios 6.11).
Os advierto de todo esto rebaño mío, para que no caigáis en las trampas de mi adversario. Los ataques mentales están llevando a muchos a la locura, haciendo que la sangre corra. Todas las obras de la carne y todas las desgracias que suceden en este mundo, son el producto del control que los espíritus mentales ejercen sobre aquellas almas apartadas de Dios. Fortaleced vuestra mente con la lectura de mi palabra, colocaos la Armadura Espiritual, invocad el poder de mi gloriosa sangre y consagraos a ella, rezad el Ángelus a mi Madre; el rezo del Ángelus tiene poder para ahuyentar las fuerzas del mal, unido al rezo del Santo Rosario es poderosa armadura. Os doy estas armas espirituales, para que permanezcáis en victoria y podáis derrotar toda fuerza de mi adversario.
Rebaño mío, no se os olvide el rezo del Exorcismo dado a mi siervo el papa León XIII, hacedlo después del rezo del Santo Rosario a mi Madre y os aseguro que mi adversario huirá despavorido. No olvidéis que la oración en cadena derrumba fortalezas; formad pequeños fortines de oración con vuestros hermanos y las fuerzas del mal serán derrotadas. Que mi paz os acompañe, ovejas de mi grey. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca. Vuestro Maestro y Pastor. Jesús de Nazareth.
Dad a conocer mis mensajes en todos los confines de la tierra.
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