Queridos hijos:
Llenos de gozo y alegría, y sin perder la esperanza y el regocijo de estar dentro de Mi Inmaculado Corazón, hoy les anuncio que Dios me envía hacia ustedes y a estar entre todas las almas, para bendecirlos y prepararlos en nombre de Mi Hijo Jesús para los tiempos que llegarán.
Todos los días sábados Yo los visitaré, como Mi Materno Espíritu de Paz visitó a Isabel.
Por eso, queridos hijos, que vuestros seres no se cansen de orar desde el corazón, de rezar por la conversión del mundo. Como en Medjugorje, Mi Corazón Inmaculado llega a ustedes para demostrarles el Amor de Dios y el Poder de Su Divina Misericordia, tan necesaria para la vida de todos Mis hijos en el mundo.
Los días sábados, días que también se abre el manantial de la Misericordia, el ayuno los prepara para comulgar con Mi Hijo, para comulgar con Su Luz, con Su Bendito y Amoroso Espíritu Redentor.
Queridos hijos, que vuestras almas estén en el Eterno Gozo de Dios, porque la Bienaventurada siempre Virgen María y Madre Vuestra, estará caminando semana a semana junto a vuestros corazones. Este pedido del Altísimo tiene un fin espiritual y universal, por eso queridos hijos, que vuestras consciencias sepan que estarán delante de Mis Bienaventuranzas Celestiales, las cuales hoy en nombre del Amor de Dios les dictaré, para que las contemplen como una aspiración de Mi Corazón de Madre por toda la humanidad, la que está cansada, debilitada y con poca fe.
Si ustedes, en nombre de todos Mis hijos, contemplan estas intenciones de Mi Inmaculado Corazón, ayudarán en la conversión y en la redención de la humanidad.
Las Bienaventuranzas de la Virgen María
- Primera Bienaventuranza de la Virgen María:
“Ser pacificadores en la Tierra, como los Ángeles lo son en el Cielo”.
- Segunda Bienaventuranza de la Virgen María:
“Vivir y predicar el Reino de la Paz desde el corazón”.
- Tercera Bienaventuranza de la Virgen María:
“Dejarse inundar por la Fuente del Espíritu Santo a través de la oración”.
- Cuarta Bienaventuranza de la Virgen María:
“Alzar los brazos hacia Cristo Jesús, a través del Materno Corazón de María”.
- Quinta Bienaventuranza de la Virgen María:
“Difundir la expresión de los nuevos rebaños de Cristo, a través de los grupos de oración”.
- Sexta Bienaventuranza de la Virgen María:
“Amar al enemigo mediante la oración, para que así la Paz se alcance en toda la humanidad”.
- Séptima Bienaventuranza de la Virgen María:
“Permitir que el alma brote, como un manantial de Vida Eterna”.
Queridos hijos, queda para vuestros corazones la tarea de meditar y contemplar estos principios maternales. En Mis brazos los llevo hacia el encuentro con Cristo Jesús.
¡Les agradezco por contestar a Mi llamado en este día!
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad.
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MENSAJE SEMANAL
RECIBIDO POR HERMANA LUCÍA
Mensaje dedicado a Mis pequeños hijos, predilectos servidores de la Divina Madre.
Queridos hijos:
Cada uno de vuestros esfuerzos es recibido en el Cielo y entregado al Padre como gran tarea de oración y servicio a Su Plan de Paz.
Sepan, queridos hijos, que esta tarea debe ser imantada por la oración y el amor a Mi Inmaculado Corazón.
Hoy les digo que es muy importante la confesión diaria con Mi Hijo, para que sus corazones estén siempre limpios de aflicciones y para que no de se dejen tomar por el cansancio.
Renueven sus corazones en Mi Fuente Inmaculada de Paz. En cada aspiración les traigo ese código de Paz, para que sean depositados en sus consciencias y fortalezcan cada día sus espíritus, aunque a veces no me perciban.
Así como ustedes se esfuerzan por cumplir Mis pedidos, también sus Ángeles, enviados por Mí, los sustentan día a día. No se olviden jamás queridos de la importancia de contar, día a día, con esta presencia angélica que les envié para sustentar a cada uno de Mis servidores.
Aquí estoy hoy con ustedes, para darles una Gracia especial. Los invito a que tengan presentes Mis mensajes semanales, siempre que sea posible, para que renueven así los votos a Mi Inmaculado Corazón y al Corazón Redentor de Mi Hijo, Jesús.
Así, semana a semana, podrán estar Conmigo, unidos internamente a Mi Corazón.
Así Me lo pidió el Señor, nuestro Dios, para alimentar a Sus hijos en la Fuente de la Divina Misericordia.
Agradezco inmensamente sus esfuerzos día a día.
Dios los ha reconocido.
Paz para sus corazones.
María, Madre de la Divina Concepción de la Trinidad
Y sepan que Dios consagró sus almas a Mi tarea maternal, uniendo así sus corazones eternamente a Mi Inmaculado Corazón, guardando para ustedes un lugar a Mi lado en el Paraíso.
http://www.divinamadre.org
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