Sábado 08 de Junio del 2013
Primera lectura
Lectura del profeta Isaías (61,9-11):
La estirpe de mi pueblo será célebre entre las naciones, y sus vástagos
entre los pueblos. Los que los vean reconocerán que son la estirpe que
bendijo el Señor. Desbordo de gozo con el Señor, y me alegro con mi
Dios: porque me ha vestido con un traje de gala y me ha envuelto en un
manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que se
adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace
brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos
ante todos los pueblos.
Palabra de Dios
Salmo
1Sam 2,1-8
R/. Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador
Mi corazón se regocija por el señor,
mi poder se exalta por Dios;
mi boca se ríe de mis enemigos,
porque gozo con tu salvación. R/.
Se rompen los arcos de tus valientes,
mientras los cobardes se ciñen de valor;
los hartos se contratan por el pan,
mientras los hambrientos engordan;
la mujer estéril da a luz siete hijos,
mientras la madre de muchos queda baldía. R/.
El Señor da la muerte y la vida,
hunde en el abismo y levanta;
da la pobreza y la riqueza,
humilla y enaltece. R/.
Él levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para hacer que se siente entre príncipes
y que herede un trono de gloria. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Lucas (2,41-51):
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre
y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedo en
Jerusalén, sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en
la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los
parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su
busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio
de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le
oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos
has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
Él les contestó: «¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a
Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su
corazón.
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio del Sábado 08 de Junio del 2013
Queridos amigos:
Hablar del corazón, y más hablar del corazón de una mujer bendita, es
situarnos en un campo de esperanza. El lenguaje popular dice: "tiene un
corazón de oro", "te lo digo de corazón", "es toda corazón". Corazón
significa intimidad, vida interior, el motor y la raíz de la persona. En
la Biblia, corazón es igual a la persona misma. El corazón de la Virgen
María es representado con dos símbolos: la espada del dolor y del
martirio y las llamas del amor y la ternura.
Con qué temblor apunta el evangelista: "Su madre conservaba todo esto
en su corazón". Otro tanto se afirmaba en la Noche de Navidad. No se
dice cómo era este corazón; pero si María, madre y formadora, hizo al de
Jesús manso y humilde, Jesús, como Dios, hizo al de María,
misericordioso y clemente.
Contemplar hoy a Nuestra Señora es mirar el misterio del hombre desde
la luz que brota de María. Y decirse devoto del Corazón de María es ser
hombre o mujer de corazón misericordioso, donde habita el amor y la
ternura. Aquí es inconcebible cualquier integrismo o rigorismo moral,
están fuera de sitio los corazones duros e inflexibles o los discursos
retóricos y curialescos. La Iglesia es madre y maestra, pero maestra va
delante.
Corazón es emoción, sentimiento y pasión. Sólo la palabra que sale del
corazón y se dice de corazón puede llegar al corazón del otro. Lenguajes
rutinarios, formalistas, abstractos no pueden ser los de un profeta
porque nada dicen ni a nadie llegan.
Finalmente, cantar al Corazón de la Virgen María es adentrarse por el
camino de la profundidad, de la contemplación, del silencio interior. Lo
que guardaba y meditaba en su corazón nos señala la senda. Del hondo
silencio brota la palabra insondable. "No se ve bien sino con el corazón
(El Principito).
Así lo deseo para todos en esta fiesta. "Tener corazón" es la herencia y
el regalo que nos ofrece hoy Maria. Por eso suplicamos: "Danos un
corazón grande para amar".
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