Miércoles 05 de Junio del 2013
Primera lectura
Lectura del libro de Tobías (3,1-1a.16-17a):
En aquellos días, profundamente afligido, sollocé, me a llorar y empecé
a rezar entre sollozos: «Señor, tú eres justo, todas tus obras son
justas; tú actúas con misericordia y lealtad, tú eres el juez del mundo.
Tu, Señor, acuérdate de mi y mírame; no me castigues por mis pecados,
mis errores y los de mis padres, cometidos en tu presencia,
desobedeciendo tus mandatos. Nos has entregado al saqueo, al destierro y
a la muerte, nos has hecho refrán, comentario y burla de todas las
naciones donde nos has dispersado. SI, todas tus sentencias son justas
cuando me tratas así por mis pecados, porque no hemos cumplido tus
mandatos ni hemos procedido lealmente en tu presencia. Haz ahora de mi
lo que te guste. Manda que me quiten la vida, y desapareceré de la faz
de la tierra y en tierra me convertiré. Porque más vale morir que vivir,
después de oír ultrajes que no merezco y verme invadido de tristeza.
Manda, Señor, que yo me libre de esta prueba; déjame marchar a la eterna
morada y no me apartes tu rostro, Señor, porque más me vale morir que
vivir pasando esta prueba y escuchando tales ultrajes.»
Aquel mismo día, Sara, la hija de Ragüel, el de Ecbatana de Media, tuvo
que soportar también los insultos de una criada de su padre; porque Sara
se había casado siete veces, pero el maldito demonio Asmodeo fue
matando a todos los maridos, cuando iban a unirse a ella según
costumbre.
La criada le dijo: «Eres tú la que matas a tus maridos. Te han casado ya
con siete, y no llevas el apellido ni siquiera de uno. Porque ellos
hayan muerto, ¿a qué nos castigas por su culpa? ¡Vete con ellos! ¡Que no
veamos nunca ni un hijo ni una hija tuya!»
Entonces Sara, profundamente afligida, se echó a llorar y subió al piso de arriba de la casa, con intención de ahorcarse.
Pero lo pensó otra vez, y se dijo: «¡Van a echárselo en cara a mi padre!
Le dirán que la única hija que tenía, tan querida, se ahorcó al verse
hecha una desgraciada. Y mandaré a la tumba a mi anciano padre, de puro
dolor. Será mejor no ahorcarme, sino pedir al Señor la muerte, y así ya
no tendré que oír más insultos.»
Extendió las manos hacia la ventana y rezó. En el mismo momento, el Dios
de la gloria escuchó la oración de los dos, y envió a Rafael para
curarlos.
Palabra de Dios
Salmo
Sal 24,2-3.4-5ab.6-7bc.8-9
R/. A ti, Señor, levanto mi alma
Dios mío, en ti confío, no quede yo defraudado,
que no triunfen de mí mis enemigos;
pues los que esperan en ti no quedan defraudados,
mientras que el fracaso malogra a los traidores. R/.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R/.
Recuerda, Señor,
que tu ternura y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mi con misericordia,
por tu bondad, Señor. R/.
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R/.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Marcos (12,18-27):
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos saduceos, de los que dicen
que no hay resurrección, y le preguntaron: «Maestro, Moisés nos dejó
escrito: "Si a uno se le muere su hermano, dejando mujer, pero no hijos,
cásese con la viuda y dé descendencia a su hermano." Pues bien, había
siete hermanos: el primero se casó y murió sin hijos; el segundo se casó
con la viuda y murió también sin hijos; lo mismo el tercero; y ninguno
de los siete dejó hijos. Por último murió la mujer. Cuando llegue la
resurrección y vuelvan a la vida, ¿de cuál de ellos será mujer? Porque
los siete han estado casados con ella.»
Jesús les respondió: «Estáis equivocados, porque no entendéis la
Escritura ni el poder de Dios. Cuando resuciten, ni los hombres ni las
mujeres se casarán; serán como ángeles del cielo. Y a propósito de que
los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés, en el
episodio de la zarza, lo que le dijo Dios: "Yo soy el Dios de Abrahán,
el Dios de Isaac, el Dios de Jacob"? No es Dios de muertos, sino de
vivos. Estáis muy equivocados.»
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio del Miércoles 05 de Junio del 2013
Queridos amigos:
La primera lectura continua con la historia de Tobít, que después de su
ceguera y una discusión con su mujer no aguanta más y pide a Dios la
muerte para que pase la prueba a la que se ve sometido sin cuestionar la
razones que Dios tiene para el castigo. El asume su culpa como parte
que es de ese pueblo pecador e ingrato. Cuántas veces ante las degracias
que no trae la vida tenemos la misma actitud. Dios siempre nos invita a
la esperanza, a no aceptar pasivamente la desgracia lamiendonos
nuestras heridas, sino a buscar sentido y a confiar en Él. Nuestra vida
está en sus manos, en la manos de Abbá.
De un cielo a la medida de nuestros intereses a un cielo sorprendente.
Así titularía las palabras que Jesús nos dirige hoy. En cualquier caso,
la sustancia está en la imagen de Dios que Jesús nos revela: "No es Dios
de muertos, sino de vivos". Más aún, Jesús nos habla de la realidad que
seguirá a la resurrección. Todo será nuevo.
No es fácil hablar de esto. Sentimos un gran pudor y, en muchos casos,
una gran desconfianza. ¿Qué queremos decir con la palabra "cielo" o con
el término "resucitar"? Cualquier explicación se nos antoja pobre y, sin
embargo, no podemos mutilar este anuncio del evangelio de Jesús. El
futuro es la experiencia plena del Dios de la vida. Sólo hay Dios donde
hay vida.
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