361 Oh Santa Trinidad, Único Dios, inconcebible en la
grandeza de la misericordia hacia las criaturas y especialmente hacia los
pobres pecadores. Has revelado el abismo
de Tu misericordia inconcebible, impenetrable para toda mente humana o
angélica. Nuestra nulidad y nuestra
miseria se hunden en Tu grandeza. Oh
Bondad infinita, ¿Quién puede adorarte dignamente? ¿hay algún alma que entienda tu amor? Oh Jesús, tales almas existen, pero son
pocas.
362 + Un
día, durante la meditación matutina, oí esta voz: Yo
Mismo soy tu guía, he sido, soy y seré; pero como Me pediste una ayuda visible,
te la he dado. Lo había elegido antes de
que Me lo pidieras, porque esto lo requiere Mi causa. Has de saber que las faltas que cometes
contra él, hieren Mi Corazón; evita especialmente actuar a tu gusto, que en
cada cosa más pequeña haya un sello de la obediencia.
Con el corazón humillado y anonadado pedí el perdón al Señor Jesús
por aquellas faltas. Pedí el perdón
también al Padre espiritual y decidí más bien no hacer nada que hacer mucho y
mal.
363
Oh Jesús bueno, Te agradezco
por esta gran gracia, es decir, de darme a conocer lo que soy por mi misma,
miseria y pecado, nada más. Por mi misma
puedo hacer una cosa solamente, es decir, ofenderte, oh Dios mío, porque la
miseria por si misma no puede hacer nada más sino ofenderte, oh Bondad
infinita.
364
(153) + Una vez me pidieron
rezar por cierta alma. Decidí hacer en
seguida una novena a la misericordia del Señor y a esa novena agregué una
mortificación que consistía en llevar en ambas piernas una cadenita [151]
durante la Santa Misa. Hacia tres días
que me ejercitaba en esa mortificación, cuando fui a confesarme y dije al Padre
espiritual que había comenzado aquella mortificación con el supuesto
permiso. Pensaba que el Padre espiritual
no tendría nada en contra, sin embargo oí algo contrario, es decir, que no
hiciera nada sin permiso. Oh Jesús mío,
otra vez el arbitrio, pero no me desaniman mis caídas, sé perfectamente que soy
la miseria. A causa de mi salud no
recibí el permiso y el Padre espiritual se sorprendió de cómo hubiera podido
ejercitarme en mayores mortificaciones sin su permiso. Le pedí perdón por mi comportamiento
arbitrario o más bien por haberme guiado por permisos supuestos y pedí que
cambiara [esas mortificaciones] por otras.
El Padre espiritual me las cambio por una mortificación interior que
consistió en meditar durante la Santa Misa ¿Por qué el Señor Jesús se
bautizo? Esta meditación no era para mi
ninguna mortificación, ya que hubo en ello una mortificación de la voluntad,
visto que yo no hacia lo que me gustaba, sino lo que me había sido indicado y
en eso consiste la mortificación interior.
365
Al alejarme del
confesionario y empezar a hacer la penitencia, oí estas palabras: He
concedido la gracia al alma, la cual Me habías pedido para ella, pero no por tu
mortificación que habías escogido tu misma, sino solamente por el acto de
obediencia total frente a Mi suplente he dado la gracia a esta alma, por la que
has intercedido ante Mi y por la que has mendigado la misericordia. Has de saber que cuando aniquilas en ti tu propia
voluntad, entonces la Mía reina en ti.
366
Oh Jesús mío, ten paciencia
conmigo. Estaré ya más atenta en el
futuro; no lo fundo en mi misma, sino en Tu gracia y en Tu bondad que es tan
grande para mi, una miserable.
367
(154) + En cierta ocasión
Jesús me hizo conocer que cuando le ruego por alguna intención que a veces me
recomiendan, está siempre dispuesto a conceder sus gracias, pero las almas no
siempre quieren aceptarlas. Mi Corazón esta colmado de gran
misericordia para las almas y especialmente para los pobres pecadores. Oh, si pudieran comprender que Yo soy para
ellas el mejor Padre, que para ellas de Mi Corazón ha brotado Sangre y Agua
como de una fuente desbordante de misericordia; para ellas vivo en el
tabernáculo; como Rey de Misericordia deseo colmar las almas de gracias, pero
no quieren aceptarlas. Por lo menos tú
ven a Mí lo más a menudo posible y toma estas gracias que ellas no quieren
aceptar y con esto consolaras Mi Corazón.
Oh, qué grande es la indiferencia de las almas por tanta bondad, por
tantas pruebas de amor. Mi Corazón esta
recompensado solamente con ingratitud, con olvido por parte de las almas que
viven en el mundo. Tienen tiempo para
todo, solamente no tienen tiempo para venir a Mi a tomar las gracias.
Entonces, Me dirijo a
ustedes, almas elegidas, ¿tampoco ustedes entienden el amor de Mi Corazón? Y aquí también se ha desilusionado Mi
Corazón: no encuentro el abandono total en Mi amor. Tantas reservas, tanta desconfianza, tanta
precaución. Para consolarte te diré que
hay almas que viven en el mundo, que Me quieren sinceramente en sus corazones
permanezco con delicia, pero son pocas.
También en los conventos hay almas que llena de alegría Mi Corazón. En ellas están grabados Mis rasgos y por eso
el Padre Celestial las mira con una complacencia especial. Ellas serán la maravilla de los Ángeles y de
los hombres. Su número es muy pequeño,
ellas constituyen una defensa ante la Justicia del Padre Celestial e imploran
la misericordia por el mundo. El amor y
el sacrificio de estas almas sostienen la existencia del mundo. Lo que más dolorosamente hiere Mi Corazón es
la infidelidad del alma elegida por mí especialmente; esas infidelidades son
como espadas que traspasan Mi Corazón.
368
(155) 29 I 1935. En la mañana de este martes, durante la
meditación vi. interiormente al Santo Padre celebrando la Santa Misa. Después del Pater Noster conversó con Jesús sobre el asunto que Jesús me había
ordenado decirle. Aunque yo no lo dije
al Santo Padre personalmente, sino que estos asuntos fueron tratados por otra
persona {152], no obstante yo sé, por conocimiento interior, que en este
momento el Santo Padre esta reflexionando sobre esta cuestión que en poco
tiempo se cumplirá según el deseo de Jesús.
369
Antes de los ejercicios
espirituales de ocho días fui a mi director espiritual y le pedí algunas
mortificaciones para el tiempo de los ejercicios, pero no obtuve el permiso
para todo lo que había pedido, sino solamente para algunas cosas. Recibí el permiso para una hora de meditación
de la Pasión del Señor Jesús y para cierta humillación. Pero estaba un poco descontenta de no haber
recibido la autorización para todo lo que había pedido. Cuando regresamos a casa, entré un momento en
la capilla; de repente escuché en el alma una voz: Una
hora de meditación de Mi dolorosa Pasión tiene mayor merito que un año entero
de flagelaciones a sangre; la meditación de Mis dolorosas llagas es de gran
provecho para ti y a Mí Me da una gran alegría.
Me extraña que no hayas renunciado todavía completamente a tu propia
voluntad, pero Me alegro enormemente de que este cambio se produzca durante los
ejercicios espirituales.
370
Este mismo día, mientras
estaba en la iglesia esperando la confesión, vi. los mismos rayos que salieron
de la custodia y se extendieron por toda la iglesia. Eso duró todo el tiempo del oficio; después
de la bendición [se proyectaron] sobre ambos lados y volvieron a la
custodia. Eran claros y transparentes,
como el cristal. Pedí a Jesús que se
dignara incendiar el fuego de su amor en todas las almas tibias. Bajo estos rayos se calentaría el corazón
aunque estuviera frío como un pedazo de hielo, aunque fuera duro como una roca,
se volvería polvo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario