En los últimos años, algunas comunidades religiosas se han sumado con entusiasmo a la enseñanza de técnicas orientales para mejorar la meditación cristiana.
La Congregación para la Doctrina de la Fe, en una
carta a los obispos católicos sobre algunos aspectos de la meditación cristiana, advertía que “con la difusión actual de los métodos orientales de meditación en el mundo cristiano y en las comunidades eclesiales, se encuentra frente a una renovación aguda de la tentativa, no exenta de riesgos y errores, de mezclar la meditación cristiana y la meditación no cristiana”.
En los últimos años, ha crecido el número de comunidades religiosas y parroquias católicas que se han sumado al fenómeno del “mindfulness” o técnica de atención plena, una práctica que constituye la esencia de las meditaciones budistas.
La reciente fascinación de Occidente por la espiritualidad oriental ha llegado a algunos sectores de la Iglesia católica, desde donde se promueve que la meditación y la oración cristiana se puede ver favorecida por la influencia de algunas prácticas tradicionalmente budistas que facilitan la concentración y la atención plena.
Por este motivo, cada vez son más las casas de ejercicios y las parroquias que ofrecen actividades para enseñar a los fieles católicos la práctica del mindfulness, una técnica oriental que tiene su origen en la tradición budista y que consiste en tomar conciencia de la realidad y el momento presente.
Un ejemplo de esta nueva moda se encuentra en la comunidad de las monjas trinitarias del Monasterio de Suesa, que ofrecen una actividad del 26 al 28 de febrero que recibe el sugerente nombre de “Mindfulness en el camino espiritual”.
La actividad estará dirigida por Vicente Simón, especialista en la práctica de mindfulness y en la enseñanza de la meditación y se informa a quien quiera participar que “la Comunidad de Monjas Trinitarias, acompañará la liturgia, recreando a través de la misma lo expuesto en los encuentros”.
A pesar de la proliferación de este tipo de prácticas en el entorno católico para favorecer la oración, el Catecismo de la Iglesia católica previene contra el “concepto erróneo sobre la oración” que la considera “una simple operación psicológica” o “un esfuerzo de concentración para llegar a un vacío mental”.
Asimismo, la Congregación para la Doctrina de la Fe advierte que “para evitar caer en un pernicioso sincretismo” se deberán revisar cuidadosamente estas prácticas, para evitar generar confusión entre los fieles y no desviar la oración de su verdadero objetivo que es el encuentro con Cristo, y no la relajación o la mera calma de los sentidos.
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